Feminismo

FEMINISMO

INTRODUCCION

Las mujeres han presionado a las estructuras dominantes para lograr el reconocimiento de su condición de sujetas, y de qué modo ese accionar ha incidido en cambios en las dinámicas de poder, en las definiciones de los “asuntos públicos”, en las arquitecturas institucionales, en los contenidos y significados de la “democracia” y en los imaginarios políticos. Las prácticas sociales y políticas feministas han tenido como objetivo la constitución de las mujeres como categoría social y la transformación de las estructuras de poder, de modo que han debido articular la crítica a su condición, con las críticas a las formas de opresión, subordinación y exclusión, presentes en las sociedades patriarcales.

El feminismo es una postura política, filosófica, epistémica profundamente crítica de los paradigmas y de las prácticas sociales y culturales de Occidente, elaboradas desde la subordinación, la marginalidad y en resistencia.

El feminismo, es un proyecto que tiene el objetivo de acabar con las situaciones de desigualdad, explotación y opresión de la mujer. Ese proyecto está asociado también a una teorización, la teoría política feminista. Podemos entender al feminismo como una alternativa teórica y práctica, crítica de los valores y las dinámicas patriarcales sobre las cuales se estructuraron los estados y las sociedades mundiales y que pretende reformular la estructura de un entorno internacional que se presenta caótico ante la presencia de los efectos de la globalización y la desaparición del equilibrio de poder bipolar.

El feminismo tiene sus orígenes en el siglo XVIII, con las ideas de los pensadores ilustrados como Condorcet o con acciones como las de Olimpia de Gouges, quien redactó en 1791 La Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana y se opuso valientemente a la política del terror de Robespierre.

En el siglo XIX, el Código Napoleón, declaraba a la mujer incapaz, legalmente sometida a la tutela del padre, el hermano o el esposo. Pero a su vez se fundaron diarios y conformaron clubes feministas.

Fue en el siglo XX, debido a las guerras mundiales y otros conflictos, que las mujeres se incorporaron al sistema laboral, y poco a poco la causa feminista tenía mayor alcance. En los setentas, con el auge de los distintos movimientos sociales que cuestionaban el statu quo imperante, el feminismo produjo un despliegue de rupturas epistemológicas, construcción de nuevos paradigmas y pautas de interpretación en torno a la realidad de la mujer desde el punto de vista sociopolítico. Así, pues, el feminismo asumía la lucha por la reivindicación sociopolítica, económica, legal y cultural de la mujer.

El transcurrir de los años, vino acompañado de nuevos escenarios que obviamente influyeron en el feminismo. La globalización abrió nuevos espacios para emprender la lucha por la reivindicación de los derechos ciudadanos. El feminismo enfrento la necesidad de ampliar sus luchas hacia el ámbito internacional, en virtud de la falta de voluntad e incapacidad de los estados de responder a las demandas ciudadanas, surge la participación de los movimientos feministas en las conferencias, cumbres mundiales y foros internacionales.

En el Siglo XXI, las luchas por la igualdad, la libertad y la justicia tienen un espacio diverso y vibrante de prácticas, resistencias, luchas, reflexiones y propuestas contra hegemónicas y anti neoliberales, con variadas situaciones y coyunturas de transformación radical y construcción de alternativas.

DESARROLLO

El feminismo como movimiento social ha permitido las grandes conquistas de las mujeres en cuanto a sus derechos, principalmente a partir de la segunda ola del feminismo el cual fue reconocido como el movimiento social de alcance mundial a partir de los 80.

En la llamada primera ola del feminismo, se producen las conquistas que fueron llevadas como bandera y dieron lugar a la conformación de movimientos feministas: el acceso al voto, derechos políticos y civiles como la educación y la propiedad de las tierras, inclusión en el ámbito laboral que dieron lugar a la incorporación de leyes (mínimas) de protección laboral a las mujeres, la visibilización de aquellas que formaron parte de la historia, y alguna otra de alcance político y civil.

A partir de los años 60 surge la necesidad del derecho reproductivo, la autodeterminación sobre el cuerpo y a la sexualidad, época donde a partir de estas necesidades se empieza a visibilizar la violencia sobre las mujeres, por lo que la agenda cambia, siendo parte de ella la gran necesidad de liberación, y surge la segunda ola del feminismo.

Una gran conquista fue la Convención para la Eliminación de todas las formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), ya que la misma fue referente en todas las luchas incluso incorporada a la Constitución Nacional.

Surgen leyes que benefician y dan lugar a reconocimientos del derecho de las mujeres, las recientes leyes creadas contra la violencia de las mujeres producto del abuso patriarcal, el femicidio incorporado como agravante de estas violaciones, el matrimonio igualitario, la identidad de género también formó parte de la agenda en los últimos años.

En el contexto de luchas por transformaciones regionales, y también globales, se abrieron una diversidad de espacios transformadores y múltiples voces de sujetas y sujetos emergentes dialogan y alimentan las nuevas o renovadas formas de interrogar la realidad, de aportar saberes y opciones, de mostrar lo antes invisible, y de construir una igualdad más profunda y abarcante. Entre ellos el feminismo como teoría, praxis y proyecto ético político que reivindica la diferencia y la igualdad de la mitad de la humanidad, ha venido pensando desde una periferia cotidiana, común y naturalizada, y ha venido aportando análisis desveladores de la invisible discriminación y opresión sexual, junto con potencia subversiva, utopías radicales y propuestas emancipadoras. Hay una vitalidad feminista renovada que no deja de protagonizar luchas por la profundización de la igualdad y la emancipación.

En el contexto del pensamiento anti hegemónico, el pensamiento feminista ha producido una teoría crítica que demuestra que los rostros de la dominación son múltiples, y por lo tanto deben ser diversas las formas y los agentes de resistencia a ellos. Sacar a la luz la experiencia de las mujeres, sus aportes y su estar en el mundo, es por sí mismo un proceso constructor y ampliador de la emancipación. La histórica discriminación-opresión-explotación de las mujeres como conjunto subalterno, cruza de manera percibida como natural todas las formas de dominación. Por este motivo, la opresión de género es naturalizada incluso dentro de movimientos y pensamientos emancipatorios.

Mientras

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