GERENCIA DE VENTAS
Enviado por Reynosooliverufl • 11 de Abril de 2015 • 354 Palabras (2 Páginas) • 206 Visitas
Lo que Santiago Ramírez nos da a conocer acerca de las motivaciones que el mexicano ha adquirido a lo largo de la historia para formar su cultura e identidad es muy interesante ya que describe las heridas o el vacío que tiene el mexicano que viene arrastrando de la conquista española donde fue despojado de sus bines tales como las tierras, de sus costumbres y hasta de una religión para adoptar una nueva que los llevo a traicionar su religión y hasta ellos mismos, hubo un intercambio cultural en donde quedaron vacíos que no se pudieron llenar, en donde lo único que se consiguió fue un sentimiento de abandono hacia la cultura natal y un sentimiento de ambivalencia hacia el conquistador el cual trajo novedades para ciudad conquistada pero también le despojo de su identidad, lo que el autor hace como la analogía del padre que castiga y que es autoritario y por otro lado el sentimiento de abandono por parte de la madre. Es así como se explica del por qué el mexicano es muy devoto a la Virgen de Guadalupe todo lo bueno de la cultura tiene que ver con la madre.
Explica también que a partir de la relación con el conquistador el mestizo repite un ciclo de comportamiento con los hijos y sus hijos a su vez con los suyos, entiendo que este comportamiento de ambivalencia hacia la mujer y de agresividad hacia el hombre tiene que ver con el rechazo que o desprecio por parte del conquistador como si fuese su padre y de haber vivido violencias e injusticias en contra de la madre indígena, da como resultado de que este rencor y odio fue adquirido inconscientemente por la cultura mexicana. Es por eso que de ahí surge la explicación del por qué el hombre mexicano decide no mostrar un puro sentimiento como ser afectivo. Pero dentro de todos estos sentimientos de angustia y abandono el propio mexicano tiene como un tipo de defensa muy predilecto tal como la negación y lo tiende a expresar de manera muy propia o folclórica como el típico valemadrismo
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