Gente toxica.

Introducción

En la sociedad actual muchas personas viven sumergidas en un mundo en que la envidia y la manipulación se ha convertido en su modus vivendi, en este sentido la falta de valores y la falta de seguridad en sí mismo

Me daré a la tarea de hablar en este ensayo en tercera persona en algunos casos, seré transparente en mostrar que tanto es lo que tengo que aceptar para hacer que mi vida gire a una mejor dirección, localizaré eso que hace en momentos, menos dichosa la relación con mis seres amados y con los que me relaciono en el caminar de mi existir; Bernardo Stamateas dedica un capítulo completo a distintos calificativos con los que él identifica a la gente tóxica,

Desarrollo

Son quince de ellos con los que seguramente en algunos me identificaré en menor o mayor grado.

1.- Los mete culpas:

Primero, ¿qué es la culpa?  según el Diccionario de la Lengua Española; la culpa es:

La Acción u omisión que provoca un sentimiento de responsabilidad por un daño causado, o la Imputación a alguien de una determinada acción como consecuencia de su conducta. O bien, la diferencia entre lo que hice y lo que debería haber hecho, entre lo que quiero y lo que debería hacer. (Stamateas, 2012).

Debo confesar que el mal sentimiento que me embarga por no consumir alimento a la hora recomendada por mi nutrióloga y los alimentos en su medida y calidad nutricional que me indica en sus recetas, así como el no hacer el ejercicio mínimo recomendado, se aumenta cuando mi estima esta momentáneamente por los suelos o bien, cuando quiero dejar una buena impresión ante alguna persona.

Pero nada, es más doloroso hasta ahorita que sentirme culpable por la muerte de mi hermano, mi mejor amigo, mi compañero de adolescencia, y,  nada, nada, nada, peor que haberle negado a mi padre el perdón antes de morir,  ¿cómo lidiar ante ese sentimiento que siempre quiebra mi fortaleza al momento de rememorar esos tan dolorosos episodios, el primero que marco  mi  tan inexperta vida como lo era mi  adolescencia y el segundo, no encuentro ni nombre para bautizar a lo peor de ese sentimiento que invade  mi ser, pretextando dolor, lo extrañe tanto…

En otro sentido, los sentimientos de culpa no siempre tienen que ser tan laceriosos, si aprendemos de esa malas decisiones que tomamos, si ponemos límites a las manipulaciones, a los chantajes emocionales, al acto de hacer nuestro el proceder y más si es un mal actuar de otra persona llámese subordinado, familiar, conocido, amigo,  so pretexto que ella es parte de nuestra responsabilidad, tenemos que perder ese negro sentimiento que nos invade cuando elegimos algo que nos permitirá momentos de felicidad y que lamentablemente para otros no provoca el mismo sentir, debemos permitirnos liberarnos de “eso” que autocomplotea nuestro bien, sentirnos seguros que la decisión que estamos tomando nunca es con la finalidad de dañar a un próximo en ningún sentido. Debemos omitir ese acto que en caso contrario nos permitirá sentir esa sensación de un daño causado.

2.- El envidioso:

La envidia representa ese pesar por el bien ajeno, ese deseo de algo que no se posee, el no aceptar en primera instancia de que carecemos de algo y en segundo que la otra persona tiene eso que yo quiero. El amor propio, la confianza en sí mismo, el estar seguros de nuestras habilidades y capacidades, y el darles un rumbo a seguir, el reconocer nuestros logros y también aceptar que los logros de los demás son el resultado de su esfuerzo, evitará que despierte esa envidia que tanto merma nuestra confianza y en ocasiones nos hace perder el camino que debemos tomar por estar tan inmersos en el camino que otro recorre.

La envidia no vive sola, sino que convive con la crítica, la murmuración, el chisme, la dependencia, la desgana, todas actitudes que consumen nuestras fuerzas, convirtiéndonos en excelentes pero en pobres constructores de nuestra propia vida. (Stamateas, 2012).

Se debe aprender a escuchar lo que otras personas dicen, a identificar los desprestigios que trataran de evitar que lleguemos a alcanzar nuestros ideales, evitar el boicot de nuestros proyectos por parte del envidioso. Nunca debemos perder de vista nuestro meta debemos adherirla a nuestra piel, mente y corazón para que nadie nos lo arrebate y después tengamos que estar anhelando algo que no nos pertenece.

3.- El descalificador:

Su macabra idea es que uno viva desconfiado, intenta sembrar inseguridad en uno mismo, y pretende que uno dependa de sus palabras y opiniones, ¡caramba con el controlador, vaya con el gran actor, tanta perfección, pobre victima!, hasta esta parte de la lectura no estoy segura si es el más “toxico de todos”, sin embargo lo que si estoy percibiendo es que puede hacer añicos a una persona que no es confiada y segura de sí misma, ya que controlará lo que se piensa, el como  actúa y el sentir a como él lo desee y todo por asumir el poder y control.

Trataré de sentir más empatía por estas personas, ¡claro! conozco a varios, si no son capaz de sentir amor, de tener amigos, de sentir la belleza de la vida y en sentido laboral no trabajar en equipo, seguro sufrirán mucho, tomaré las medias por supuesto de no caer en sus redes, la empatía la canalizaré para entender el sufrimiento que pudo haber tenido para comportarse ahora de esa manera y con la esperanza de que algún día recapacite.

4.- El agresivo verbal:

Entendí perfecto el concepto de un día lo amas y al otro lo odias o no lo entiendes, dentro de ese clima de maltrato  y de agresión es fácil estar a la defensiva o de responder con la misma violencia, como dicen por ahí, así como me trates serás tratado, ayudará mucho el ejercitar el ser razonable y pensar antes de entablar conversación con este agresivo verbal, no enfrascarse en la discusión también seguramente dará resultados positivos, así como también controlar nuestra propia irá y no caer en provocaciones, evitemos el tan usado “no”,  las malas caras y los tonos de voz desagradables, eso gestos que dicen en muchas ocasiones más que mil palabras.

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