Guerra Y Salud Mental
Enviado por nfuentesgbm • 23 de Septiembre de 2013 • 1.574 Palabras (7 Páginas) • 702 Visitas
ENSAYO SOBRE “GUERRA Y SALUD MENTAL” DE IGNACIO MARTÍN BARÓ
INTRODUCCIÓN:
El libro “Guerra y Salud Mental” relata desde un punto de vista psicológico la manera como se conceptualizaba la salud mental durante los años que duró el conflicto armado producto de la guerra civil en El Salvador mayormente durante la década de los años 80´s, llegando incluso a hacer una interrelación entre la salud mental y el orden social, llevando la salud mental a un punto de relevancia mucho más allá de enseñar técnicas de relajamiento o formas nuevas de comunicación y reforzar aquellas actividades que orienten a la satisfacción de las verdaderas necesidades o aquellas exigencias que conducen por el camino de nuestra humanización y no de aquellas que atan al individuo al consumo impulsivo en detrimento de muchos y la deshumanización de todos, lo anterior se podría considerar como la mejor psicoterapia para los efectos de la guerra y también la mejor psicohigiene para la construcción de un mejor futuro que capitalice lo vivido durante la guerra civil.
En este ensayo también se aporta como conclusión, una breve reflexión o aplicación de ese ambiente o atmosfera que se vivía durante el conflicto armado extrapolándolo a nuestra realidad actual de tal forma de poder brindar una idea de cómo era la salud mental de entonces y la que actualmente vivimos.
DESARROLLO:
Algunos de los efectos que se vivieron en el ámbito social durante los años de la guerra civil eran el desempleo, hambrunas, emigraciones, masacres. Y en medio de todo esto existía un muy pobre concepto de lo que era la salud mental, ser sano mentalmente era todo aquel individuo que no se veía aquejado por accesos paralizantes de angustia, que podía desarrollar su trabajo cotidiano sin alucinar peligros o imaginar conspiraciones, que atendía a las exigencias de su vida familiar sin maltratar a sus hijos o sin someterse a la tiranía que representaba el alcoholismo.
Los trastornos o problemas mentales nos son un asunto únicamente del individuo, sino de las relaciones del individuo con los demás, esto nos lleva a ver la salud mental como un problema de relaciones sociales, interpersonales e intergrupales.
Con el propósito de entender un posible impacto de la guerra en la salud mental de la población salvadoreña es importante tratar de aprender sobre la guerra en lo que tiene de alteración y formación de las relaciones sociales. La guerra se puede calificar en tres términos o características que son: violencia, polarización y mentira.
La violencia, en la guerra existe confrontación de intereses y se recurre para dirimir diferencias a las armas, ese recurso no se puede llevar a cabo sin el uso de la violencia. Lo peor de todo, hablando de la violencia en la guerra, es que el recurso de la violencia que en un momento fue una última alternativa, al prolongarse la guerra se llega a convertir en un hábito.
La polarización social, es el desquiciamiento de los grupos sociales hacia extremos opuestos, lo que conlleva a una evidente diferenciación entre unos y otros y cada uno de los grupos consideran a los contrarios como “los malos” y se auto consideran a ellos mismos como “los buenos”. La polarización representa el exacerbamiento de los intereses sociales y nos lleva a medir a las personas no por lo que son sino por si son de uno u otro bando. El fenómeno de la polarización social se extiende hacia toda la población y el hecho de no comprometerse con “unos” es catalogado como compromiso con los “otros”, y por el contrario no definirse por nadie representa el riesgo de ser tomado como enemigo ´por ambos.
La mentira, esta característica de la guerra va desde la corrupción hasta el engaño intencional en los discursos públicos. Parece mentira, pero muy sutilmente y sin habernos dado cuenta es normal para nosotros ver como los organismos institucionales se han convertido en todo lo opuesto de lo están supuestos a ser, aquellos que deben velar por la seguridad son fuente principal de inseguridad, los supuestos a orientar y dirigir son los que engañan y manipulan. Todo esto produce un clima de mentira, desquiciado por la polarización social y sin terreno para la sensatez y la racionalidad, es la violencia la que se enseñorea. Lo más triste que en ese clima se puede fácilmente llegar a pensar que la violencia es la única solución al problema de la misma violencia.
Si la salud mental de un grupo humano se cifra primordialmente en el carácter de sus relaciones sociales, entonces la salud mental del pueblo salvadoreño durante la guerra civil se encontraba en un estado de grave deterioro. Es importante rescatar que Martín Baró enfatizaba en esta parte que él no afirma en su libro que la sociedad salvadoreña estaba enferma, lo que él afirmaba es que las raíces de la convivencia social
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