Indolencia Social Y Desindividuación
Enviado por HMR2H88ZH8 • 7 de Junio de 2013 • 1.595 Palabras (7 Páginas) • 614 Visitas
Indolencia Social y Desindividuación
Los descubrimientos sobre la facilitación social parecen sencillos y claros. Sin embargo, como suele ocurrir, la conducta humana se las arregla para plantear dificultades y retos interesantes para los psicólogos sociales. La primera sugerencia de tales inconvenientes apareció ya en el estudio de Ringelmann (1913) que consistía en jalar de una cuerda. Sujetos hombres tiraron solos o en grupos de dos, tres u ocho. Ringelmann encontró que los grupos de dos hombres tiraron 1.9 veces más que un solo individuo, el grupo de tres 2.5 veces el de ocho cuatro veces. Así cuanto mayor el grupo, más intensa la fuerza ejercida en la cuerda. No obstante, a medida que crecía el grupo, se reducía la aportación de cada individuo. En otras palabras, los sujetos se esforzaron menos cuando trabajaron en grupo.
Con justicia, este efecto se llama indolencia social y se ha repetido en varios estudios. Por ejemplo, se encontró que los sujetos aplauden con menos vigor en grupo que a solas y, en un resultado que interesará a meseros y meseras, dejan menos propina cuando están en grupo que cuando comen solos (Jackson. 1987: Latané. 1981).
Antes de descartar todo lo que aprendimos sobre la facilitación social, examinemos algunas de las explicaciones del efecto de la indolencia. Como recordará, en los estudios sobre facilitación social los sujetos se desenvuelven solos o frente a otros: en cada caso, sabían que los demás observaban y calificaban, en cambio, en la investigación de la indolencia social el sujeto actúa con otros y cree que sólo se medirá el producto del grupo (Harkins y Szymanski. 1980), que tiene pocas implicaciones para el individuo. En este caso, piensa que no se detectará su aportación. Con el objeto de demostrar la importancia de esta detección, Witliams, Harkins y Latané (1981) hicieron que sus sujetos gritaran solos o en grupo. Ahora bien, en algunas condiciones creyeron que siempre se supervisaba su desempeño individual (siempre detectado), en otras pensaban que ocurría únicamente cuando estaban solos y en la última creyeron que nunca se detectaba su rendimiento. Por eso comentan los investigadores que el desempeño fue menor cuando los sujetos pensaban que sus esfuerzos no eran supervisados. Mas respaldo para esta postura viene de unas investigaciones que muestran que la indolencia no se presenta si el resultado del desempeño del grupo tiene importancia para los miembros en lo personal.(Brickner. Harkins Ostrom, 1986). Por tanto, una explicación de la indolencia es que el efecto ocurre cuando es imposible señalar el rendimiento concreto del individuo y tiene pocas implicaciones para él.
Ahora nos referiremos a uno de los efectos más notables del grupo sobre la persona: la Desindividuación.
En 1895 el sociólogo francés Gustave Le Bon había observado que los individuos “se pierden” en las multitudes y hacen cosas que no harían si estuvieran solos. Escribió;
Cualesquiera que sean los individuos que la compongan, por parecidos o disímiles que sean su estilo de vida, sus ocupaciones, personalidades o inteligencia. el hecho de que se hayan transformado en una multitud los pone en posesión de una especie de mente colectiva. (1895. p. 20)
Además de esta mentalidad colectiva, una multitud es irracional y su nivel intelectual siempre está por debajo del individuo; Le Bon también dijo que las multitudes son emocionales y que cuando se está entre ellas, el individuo siente y expresa las emociones de un “ser primitivo”. De acuerdo con Le Bon, tres mecanismos crean el monstruo conocido como “multitud”, Primero, debido a que los individuos son anónimos, pierden el sentido de su responsabilidad y se entregan a actos que normalmente no harían. Segundo, el contacto hace que se comporten a su gusto con maneras que no exhibirían en otras condiciones. El contacto reduce las inhibiciones y les permite conducirse como el modelo. Tercero, los individuos se vuelven más sugestionables en las multitudes. La multitud hipnotiza al individuo, que entonces sigue las sugerencias de otros o del líder.
Formación de las Representaciones Sociales
Las R S se construyen a partir de una serie de materiales de muy diversas procedencias:
El fondo cultural acumulado en la sociedad a lo largo de su historia. Dicho fondo está constituido por las creencias ampliamente compartidas, los valores considerados como básicos y las referencias históricas y culturales que conforman la memoria colectiva y la identidad de la propia sociedad. Todo ello se materializa en las diversas instituciones sociales, por ejemplo en la lengua y en general en todos los objetos materiales. De acuerdo con Ibáñez (op.cit.), las fuentes de determinación de las R S se encuentran en el conjunto de condiciones económicas, sociales e históricas que caracterizan a una sociedad determinada y en el sistema de creencias y de valores que circulan en su seno.
Los mecanismos de anclaje y objetivación. Ambos son mecanismos que provienen de la propia dinámica de las representaciones sociales. El primero de ellos concierne a la forma en que los saberes y las ideas acerca de determinados objetos entran a formar parte de las R S
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