LA EDUCACIÓN PÚBLICA DEL SIGLO XXI: POBREZA Y DESIGUALDAD
Enviado por marigo • 20 de Noviembre de 2013 • 1.876 Palabras (8 Páginas) • 353 Visitas
LA EDUCACIÓN PÚBLICA DEL SIGLO XXI: POBREZA Y DESIGUALDAD
Durante las últimas décadas la pobreza y la falta de empleo han crecido de manera alarmante, y esto está considerado como los principales factores de riesgo para la educación. El derecho a la educación, es considerado esencial para el desarrollo y la liberación de la pobreza y la exclusión, su importancia es tal para el futuro de la humanidad. El derecho a la educación tiene aún como tarea pendiente la construcción de relaciones entre iguales, respetando las diferencias y valorando la diversidad.
Muchos lugares están obligados a brindar el acceso a la educación libre, gratuita, de calidad, culturalmente pertinente, que promueva los derechos humanos, eliminando todo tipo de discriminación. Sin embargo aun con el paso del tiempo y con avances en materia de desigualdad de oportunidades, sigue en las relaciones de la escuela los estereotipos y prejuicios basados en el género, reproduciéndose los roles tradicionalmente asignados al hombre y a la mujer.
Hay pueblos como los indígenas que están por lo general más alejados del acceso a la escuela, y más si esta impone una castellanización y no considera las lenguas originarias, la escuela le resulta extraña, lejana, de otros.
En México, una parte importante de los niños y niñas indígenas rurales asiste a escuelas preescolares y primarias denominadas “interculturales bilingües”, por lo que es posible comparar la educación que reciben y sus resultados con los niños y niñas que asisten a escuelas regulares. Los docentes de las escuelas interculturales y bilingües son indígenas que supuestamente hablan la lengua de los niños a los que atienden. Estos docentes son contratados con la educación media concluida, y hasta hace unos años, con educación media básica. Después de un curso de inducción de tres meses, son enviados a laborar frente a un grupo. Pero ahora es obligatorio que se inscriban en la licenciatura semiescolarizada en educación preescolar y primaria en el medio indígena en la Universidad Pedagógica Nacional.
Los niños indígenas asisten menos a la escuela que los no indígenas. De acuerdo con el Conteo Nacional de Población del año 2005, por cada niño no hablante de lengua indígena que no asiste a la escuela, dos niños hablantes de lengua indígena no lo hacen (INEGI, 2005). Los niños indígenas reprueban y desertan más que los niños no indígenas. Los niños que asisten a escuelas indígenas aprenden menos en la escuela que los que asisten a escuelas primarias generales. Si bien es cierto que las pruebas que se les aplican están en castellano, y que esto puede explicar una buena parte de las diferencias encontradas, no deja de alarmar el enorme déficit en el aprendizaje básico de los alumnos que asisten a las escuelas indígenas. La situación de desigualdad educativa se suma a la socioeconómica para dar lugar a una situación grave de injusticia social. Los alumnos indígenas, que son los que más requieren calidad en la atención educativa, son los que menos recursos y calidad en la atención reciben.
Como resultado del fenómeno migratorio, claramente agravado para el caso de la población indígena durante la segunda mitad del siglo pasado, un porcentaje ya muy importante de los indígenas mexicanos son indígenas urbanos. Las consecuencias de este fenómeno son de enorme importancia. La multiculturalidad se vive ya en espacios cada vez más reducidos. Esta convivencia genera situaciones claras de discriminación, y como tal es muchas veces potencial o realmente conflictiva.
Debido en gran parte al abandono que ha sufrido el campo temporalero minifundista del centro y sur del país durante las últimas 4 décadas, alrededor de 350.000 niños indígenas, entre los 6 y los 14 años de edad, en su mayoría indígenas, aunque no solamente, se ven en la necesidad de migrar con sus familias de los estados del centro y sur del país a las grandes extensiones destinadas a la agricultura comercial del norte y sobre todo del noroeste del país a emplearse durante la temporada de cosecha. Muchos de ellos regresan a sus lugares de origen cuando ésta termina. Aunque a estos niños se les debe brindar atención educativa en las comunidades de origen como en las de destino, lo cierto es que se atiende a apenas el 6% de la demanda potencial. El 70% de la escasa matrícula se concentra en los primeros dos grados de la educación primaria. La causa central es el trabajo infantil. La necesidad que las familias jornaleras tienen de contar con los ingresos que sus hijos e hijas generan en los campos explica una parte muy importante de la escasa cobertura educativa de estos niños y niñas6. La movilidad de la población es también una de las causas fundamentales de la falta de cobertura educativa.
Los tiempos de estancia en la comunidad de origen o en los campamentos agrícolas no coinciden con los ciclos escolares, y los alumnos deben abandonar sus estudios mientras viajan, batallar para que los reciban en la escuela de sus lugares de origen a destiempo, o exponerse a la falta de servicio o al cambio de sistema al moverse de campo en campo.
Los fenómenos anteriores comparten en lo profundo causas comunes. Evidentemente, la causa más importante de lo anterior es la pobreza, a su vez consecuencia de siglos de dominación y explotación. Pero otra causa fundamental es el peculiar racismo del no indígena latinoamericano, que desprecia al indígena, lo considera inferior, no cree que se merezca más que migajas, asocia su pobreza económica con una falsa pobreza cultural, y atribuye su pobreza económica a su supuesta pobreza cultural. Este peculiar racismo latinoamericano, difícilmente reconocido como tal, es el que explica muchas de las decisiones de política pública a lo largo de la historia. Como los indígenas son inferiores y no se merecen más que migajas, no es necesario ofrecerles servicios básicos y sociales,
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