LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL EN LOS DOCENTES.

LA IMPORTANCIA DE LA COMUNICACIÓN NO VERBAL EN LOS DOCENTES.

“Una imagen vale más que mil palabras”

El presente texto pretende explicar la importancia de la comunicación no verbal en la docencia desde un punto de vista tradicional.

Cada uno de nosotros, seres vivos tenemos la necesidad de comunicarnos e interactuar con el medio que nos rodea, para ello, creamos una serie de “códigos” que se crean con base en la temporalidad y hacen posible este intercambio comunicativo.

El cuerpo forma parte esencial en este proceso, ya que, si necesidad de palabras se pueden expresar diversidad de cosas y situaciones.

Por ejemplo en el aula, pareciera poco relevante pensar que la forma de vestir o de pararse ante en grupo influye tanto en la percepción y la interacción con los alumnos. Menciona Castañer (2012) en su texto:

 “…se centra el punto de atención en el cuerpo como instrumento de análisis para el propio educador en cuanto a la significación de la gestualidad implícita en el comportamiento motriz: sus gestos, las actitudes, las modulaciones posturales y los desplazamiento, que incluso suelen estar determinados por su historia personal y por el modelamiento institucional que haya sufrido”.

Entonces es cuando nos preguntamos: ¿Es importante que los docentes se sensibilicen en reconocer la comunicación no verbal que emplean no sólo sus alumnos sino ellos mismos? Es una cuestión muy importante porque de ello depende que los procesos de enseñanza y aprendizaje se den de una manera eficaz, se transmita el mensaje y al mismo tiempo se tome el control de la comunicación en cuanto a la apreciación del comportamiento de los alumnos y los docentes para que puedan entenderse sin la necesidad de palabras, saber cómo se siente ante tal o cual situación, el conflicto o la felicidad que ésta la provoca y obtener o ejercer la regulación de sus actividades que se entendería como un aspecto esencial del acto pedagógico. También que por su parte el alumno funja un papel de observador y actor (proceso contrario a lo establecido, ya que el profesor es el que debe siempre observar a los alumnos, no ellos a él) para identificar sobre ésta experiencia los efectos y las causas, es decir, que el alumno “decodifique” el lenguaje no verbal del docente a lo largo de la interacción que se da entre ambos.

Ambos actores y, principalmente el docente que es el que regularmente tiene la palabra, debe procurar hacer de su estilo comunicativo tanto verbal como no verbal, algo óptimo mediante la auto observación  para después ir corrigiendo y modificando ciertas barreras que puedan obstaculizar la comunicación y que de las cuales en muchos casos no estaba consciente, por ejemplo, decir “eeeste” en repetidas ocasiones, para los alumnos es frustrante escucharlo a cada rato, e incluso podría darse a entender como falta de preparación del tema por parte de él, pero quizá no sea así, de todas maneras es donde tendría que poner énfasis el docente y trabajar en ello para evitar que se repita. La modificación que el docente haga debe ir acorde a la situación que se enfrenta en cada momento, es decir, cada situación tiene un carácter único que puede ir desde un tic, la postura, las miradas hasta el movimiento de las manos, el desplazamiento, etc.  Y que por lo tanto debe corregir en función de su propio estilo y las exigencias de sus alumnos.

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