LA IMPORTANCIA DE LA LATERALIDAD
Enviado por Nallel3 • 11 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 1.844 Palabras (8 Páginas) • 1.561 Visitas
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LA IMPORTANCIA DE LA LATERALIDAD
Hoy en día uno de los temas que más preocupan en el ámbito educativo es el fracaso escolar. Ante esta situación, padres y maestros se muestran preocupados, ya que tienen la creencia de que pueden ser niños con un coeficiente intelectual bajo, cuando en realidad son varias las causas que pueden influir en el fracaso escolar, siendo los trastornos del aprendizaje una de las causas más comunes. De esta manera, no necesariamente, un problema de aprendizaje está relacionado con el nivel de inteligencia de un niño.
Es importante evaluar el desarrollo educativo porque a través de él conocemos el efecto del currículo, ya que éste define los objetivos, las capacidades o conductas que el niño debe desarrollar en cada etapa de su vida. Los resultados de esta evaluación nos indicarán qué aspectos del desarrollo requieren más refuerzo y cuáles ya han sido alcanzados. La evaluación del desarrollo educativo se realiza a través de las denominadas listas de cotejo, chequeo, o verificación, que permiten evaluar los logros del aprendizaje. (Reátegui, s.f.)
En la práctica encontramos a niños con alguna alteración en cuanto a su desarrollo motor o en cuanto a la adquisición de determinados conceptos básicos (esquema corporal, nociones espacio-temporales, lateralización), imprescindible para actuar con eficacia y con autonomía en su entorno y que son necesarios para posteriores aprendizajes, pero que no van acompañados ni alteración psicopatológica grave ni de daños localizados en el sistema nervioso, niños con problemas psicopatológicos más graves (psicosis infantil, cuadros depresivos), que también tienen su expresión en el aspecto motor, y niños con problemas motores específicos debidos a daños o lesiones en el sistema nervioso o en el músculo esquelético (Cobos, 1995)
El concepto de lateralidad hace referencia a la tendencia en el uso preferente de un lado del cuerpo. Tomando en cuenta que si se habla de un eje corporal que divide al cuerpo en dos mitades (lado derecho y lado izquierdo), lograremos distinguir en cada una de estas mitades, uno de los órganos o miembros que de acuerdo a su anatomía funcionan por pares. Tal es el caso por ejemplo de: las manos, los pies, los ojos, los oídos y el cerebro mismo, el cual dentro sus múltiples posibilidades de estudio, y siguiendo con la simetría corporal de cual nos encontramos hablando, puede ser dividido en dos hemisferios (hemisferio derecho y hemisferio izquierdo), los cuales se encargan de controlar o dirigir la parte contraria del cuerpo. “El cerebro se desarrolla de manera asimétrica y tal asimetría hemisférica no se reduce sólo a la corteza, sino también a las estructuras que se encuentran por debajo de ella” (García, 2007).
De esta manera, la lateralización hace referencia al proceso de maduración mediante el cual se desarrolla una lateralidad, es decir, una preferencia lateral. Dicho proceso se encuentra íntimamente relacionado con el desarrollo del esquema corporal y la toma de conciencia del propio cuerpo, así como con la progresiva diferenciación de izquierda-derecha, la direccionalidad y la percepción espacial. “La lateralización es la última etapa evolutiva filogenética del cerebro en sentido absoluto” (García, 2007).
De acuerdo con Jiménez y Jiménez “Científicamente el tiempo siempre transcurre a la misma velocidad, pero en nuestro quehacer diario su percepción no siempre es así”. Para algunos el tiempo parece pasar muy rápido, mientras que para otros parece pasar muy lento, esto en relación a la percepción que cada uno tiene del mismo, la cual puede verse influenciada por factores como: la actividad, estado de ánimo y afectividad (s.f.).
Para Jean Le Boulch (citado por Jiménez & Jiménez) el valor del conocimiento del tiempo ayudará a un individuo a organizarse tanto en su trabajo como con su tiempo libre, reduciendo sus esfuerzos y disminuyendo la ansiedad que crea el aburrimiento o el no saber qué hacer. Además de que promueve la toma de conciencia del mundo real, a través de la referencia que el niño tiene para referirse a ciertos hechos, desarrollando así, el sentido de coordinación que conforma una de las bases del desarrollo de la inteligencia.
En relación a la ubicación espacio-temporal, Piaget (citado por Jiménez & Jiménez) menciona que una vez dominadas las cuestiones de orientación, habrá que colocar al niño en una situación de acceso a la representación descentralizada. De esta manera, primero tendrá que organizar su espacio en función de su propio cuerpo; luego será capaz de trasponer las nociones de izquierda y derecha hacia los demás; después adquiere los conceptos derecha e izquierda de los objetos y en relación a los mismos; y por último afina, valora y aprecia distancias de objetos y situaciones, y además desarrolla la capacidad de representarlos mediante símbolos que le permiten actuar sobre su espacio virtual.
Así pues, toda acción o movimiento intelectual hacia el logro de un objetivo o meta requiere una rápida valoración de la situación del propio alumno en relación con las personas y cosas que lo rodean, y, muchas veces, la capacidad de imaginar elementos que se mueven o cambian de lugar.
“De acuerdo con Catalán, Casaprima, Ferre & Mambiela: “la dirección de las actividades culturales en nuestro medio es de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo y los giros deben de seguir el sentido contrario a las agujas del reloj (sentido antihorario)”
Mientras que el concepto de direccionalidad hace referencia, algo o alguien que puede orientarse o dirigirse hacia una dirección específica, es decir, el trayecto que realiza un cuerpo al moverse, la tendencia para dirigirse hacia un objetivo o punto específico, así como la guía que permite dirigir a algo o alguien.
Es importante considerar que tanto la direccionalidad, como la percepción, la temporalidad y el esquema corporal se encuentran íntimamente relacionados con la lateralidad, y se relacionan con el propio conocimiento, el desarrollo corporal, así como la diferenciación progresiva de las partes derecha e izquierda del cuerpo.
De acuerdo con García “La lateralidad corporal permite la organización de las referencias espaciales, orientando al propio cuerpo en el espacio y a los objetos con respecto al propio cuerpo. Facilita por tanto los procesos de integración perceptiva y la construcción del esquema corporal” (2007).
Esta autora nos dice que la lateralidad se va desarrollando siguiendo un proceso que pasa por tres fases:
- Fase de identificación, de diferenciación clara (0-2 años)
- Fase de alternancia, de definición por contraste de rendimientos (2-4 años).
- Fase de automatización, de preferencia instrumental (4-7 años).
Nos dice también que como parte de este proceso, en la educación infantil se debe estimular la actividad sobre ambas partes del cuerpo, de manera que el niño tenga suficientes datos para elaborar su propio constructo, y así lograr efectuar la elección de la mano preferente.
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