LA NATURALEZA HUMANA

LA NATURALEZA HUMANA

Cuando hablamos de naturaleza humana nos estamos refiriendo a algo que forma parte de todos los seres humanos, la palabra “naturaleza” nos lleva a pensar en la “esencia” misma del hombre. Lo natural y propio de hombre es alcanzar su fin, y el fin del hombre es perfeccionar al máximo sus capacidades.

Una de las características de los seres vivos es la tendencia a crecer y a desarrollarse hasta alcanzar sus objetivos su fin y perfección. Si en el hombre hay anhelo, una inquietud de ser mas es precisamente porque por naturaleza esta echo para ese crecimiento, de este modo la naturaleza de todos los seres, y especialmente del hombre tienen carácter final, teleológico.

La teleología de un ser es su dirección hacia la plenitud de la que es capaz, esta nos ayuda a desplegar y desarrollar nuestras propias tendencias hasta perfeccionarlas. Hay dos ramas del pensamiento que han criticado la afirmación teleológica en el ser humano están son: El racionalismo y el vitalismo. Estas se oponen porque dicen que la teleología es una imposición exterior sobre los seres humanos de manera que perderían la característica de su libertad, pero eso no es cierto porque la teleología es parte de nuestra naturaleza humana y por tanto no viene del exterior ni se trata de imponer, pues es algo que nos pertenece o que viene ya con nosotros como algo natural en el hombre desde el momento en que nacemos.

Parte de la naturaleza que posee cualquier ser vivo es el impulso o inclinación de crecimiento y desarrollo dirigidos hacia un fin especifico. Ese movimiento en los seres vivos se convierte o llega a ser el desarrollo en busca de los objetivos que les son propios a cada ser. Otro termino que puede ser usado de la misma manera es el “bien”. Todos nos buscamos un bien, aunque ese bien es diferente para cada uno, todos vamos tras lo que es bueno para alcanzar nuestra plenitud.

Hacer el bien y evitar el mal es una invitación positiva a que cada uno haga de si mismo el mejor de los proyectos posibles.

El bien y la verdad solo se pueden alcanzar por medio de nuestra propia libertad. Necesitaremos de la voluntad para llegar a la verdad y de la voluntad para llegar al bien, pero en ambos casos ejercemos nuestra libertad. El desarrollo de cada persona y el logro de sus fines naturales tienen un carácter moral, ético.

La ética es algo propio a la persona a su educación y a su desarrollo natural. Es el criterio de su uso de la libertad, sin ética no hay desarrollo de la persona ni armonía del alma. El hombre, es ético, o no es hombre.

Por lo tanto el hombre debe decidir triunfar en vez de fracasar a través de buenas decisiones tomadas desde nuestra libertad.

La naturaleza humana invita a alcanzar el fin que le es más propio, a no conformarse con su punto de partida, si no a aceptar la tensión del anhelo, de perfección de excelencia, que hay en ella.

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