LA POSICIÓN FANTASMÁTICA DELOBSERVADOR DE UN GRUPO LA PRESENCIA DEL OBSERVADOR
Enviado por anamaria65 • 19 de Noviembre de 2013 • 2.635 Palabras (11 Páginas) • 1.414 Visitas
"El conocimiento de lo real es una luz que siempre proyecta sombra en alguna
parte."
Interrogándonos acerca de las razones de la presencia de un observador en un grupo, hemos obtenido frecuentemente como respuesta: el deseo de obtener más información y aún, en lo posible, una copia detallada y objetiva de las reuniones. Es difícil para un coordinador hacerlo solo. Está demasiado implicado y con la imposibilidad concreta de transcribir lo que pasa.
El observador, aún si no puede captar el conjunto de los fenómenos del grupo,
presenta una doble ventaja sobre los aparatos: comprensión personal y formación profesional.
La presencia de un observador modifica el campo de observación: éste es un
hecho bien conocido. La idea según la cual la interferencia del observador va a
desaparecer a medida que el grupo se acostumbre a su presencia es una idea
tan extendida como la anterior.
Es justamente este último punto el que cuestionamos aquí, lo que nos lleva a
plantear el problema de la "existencia" del observador, y conjuntamente el de los fantasmas (fantasías) que su función despierta, o mejor aún, su posición fan asmática en un grupo.
1. EL OBSERVADOR EN EL "PROCESO"
En cuanto a lo concerniente al rol, (rol observador), diremos que será definido y delimitado por el "encuadre" que se utilice, es decir, por la forma de su participación el grado de la misma, así como el contenido de sus notas derivarán del tipo de encuadre empleado.
Nos parece útil dar acá una definición de "ENCUADRE". Es aquello que no cambia es lo que hace posible el mantenimiento y delimita la función del observador; es decir, que su función, producto de un encuadre conocido y controlable, de viene también conocido y controlable.
Pensamos que, habiendo planteado el problema de esta manera, las conclusiones que podríamos sacar de las notas del observador y de las crónicas de la sesión enriquecerán en mucho la comprensión de la dinámica de los fenómenos de grupo. Pero este enriquecimiento estaría limitado si no lo comprendiéramos como una parte del proceso general, es decir, de la situación total del grupo. Con respecto a esto no debemos olvidar que el observador es un elemento de una" gestalt", de un conjunto, de un equipo técnico.
El equipo técnico (coordinador y observador u observadores), recibe ansiedades de dos clases: a) ansiedades de parte del grupo, ya que el equipo representa esencialmente una pareja, más precisamente la pareja parental, y por lo tanto es sobre él (el equipo) que las fantasías arcaicas serán proyectadas; b) ansiedades
debidas a la gestalt que el propio equipo constituyen dentro del encuadre, donde cumplen funciones determinadas. Además, las personas del equipo están incluidas
en la situación de la dinámica grupal con todas sus características personales.
En síntesis, en nuestra opinión, tanto el coordinador como el observador, de
una manera aún más aguda que el coordinador, reciben las ansiedades más
primitivas, es decir, las más “psicóticas”.
Esta situación pone en evidencia la necesidad de usar un encuadre perfectamente conocido y delimitado en la situación grupal. Sin embargo, en cuanto a lo que concierne al análisis del rol observador, el conocimiento del encuadre y de sus efectos, no agota la riqueza de los fenómenos producidos por su inclusión.
Es decir, que el estudio de la función del observador en un grupo, no puede ser encarado únicamente desde el punto de vista del encuadre o como siendo simplemente parte de éste, sino incluyendo al observador en la situación grupal, es decir, en el proceso, en la dinámica, en el cambio. Propondríamos, para un estudio exhaustivo de la función observador, un análisis fundado sobre tres puntos diferentes y complementarios, a saber:
¿ Qué es el observador?
Para el grupo;
Para el coordinador;
Para el observador, en tanto persona que mira.
Pero no haremos un análisis tan completo. Nos limitaremos en este trabajo a los procesos que afectan la imagen del observador, y que han conducido a la "teoría" imperante, según la cual la presencia del observador conlleva a un acostumbramiento del grupo, y según la cual su presencia es reducida a los elementos físicos del encuadre.
2. EL OBSERVADOR Y EL ENCUADRE
Recordamos que el encuadre es para nosotros: "Un no-proceso dentro de cuyos
límites el proceso se produce" (Bleger). Se incluye en esto, en el encuadre mismo,
la función del equipo técnico, el conjunto de factores espacio-temporales y
una parte de la técnica, todo esto representando las constantes.
El proceso, en cambio, pertenecería a las variables.
El conjunto (constantes y variables) constituirían la situación total (en nuestro caso
particular, la situación grupal), es decir, el territorio donde se manifiestan los
fenómenos.
“Una de las características más importantes está vinculada a la significación ambigua
que toma la estructura del encuadre. Este sentido ambiguo está en estrecha
relación con el hecho de ser un no-proceso dentro del proceso analítico”.
(Szpilka).
Estas consideraciones nos llevan ahora a poner el acento en otro factor: Partimos
del hecho bien conocido de que el encuadre es explicitado claramente al
comienzo de toda experiencia grupal y que esta explicitación forma parte del encuadre.
Además sabemos que esto significa la formulación explícita de una serie de reglas
a cumplir: Horarios, número de sesiones, la presentación (aún si no es formal)
del equipo técnico, etc. El contenido de estas reglas dependerá del marco
de referencia teórico que se utilice (la ausencia de reglas significa igualmente
una regla).
El encuadre, explicitado al comienzo de las reuniones, devendrá al cabo de un
tiempo, más implícito, para borrarse aún más del campo de la conciencia, de
manera que su presencia se manifiesta solamente cuando falta. He aquí un hecho corriente de observación que no concierne solamente a la Psicología Clínica:
el encuadre no se percibe sino cuando se quiebra; es su carencia la que subraya
su presencia anterior.
Pensamos que para que este proceso de implicitación se produzca, es necesario qué el encuadre sea, en cierta medida, negado. Szpilka en su trabajo agrega:
"...Se utiliza este mecanismo de negación en diferentes grados, como un intento
de
...