LIMITES PREMIOS Y SANCIONES

¿QUÉ PASA EN EL GRUPO?

En este capítulo se hace un breve análisis de varias escuelas primarias y los principales factores que originan el desorden en el salón de clases.

Citando algunos, se habla de las escenas que se originan cuando el profesor está dando la clase: la falta de respeto de los niños, burlas hacia el profesor y sus mismos compañeros, falta de organización por parte del maestro originando un descontrol, cuando se reta a los alumnos originando que reciban como respuesta un discurso de “malas palabras”.

LA DISCIPLINA SE CONSTRUYE. LA FAMILIA. LA ESCUELA.

Hace referencia a las normas que se enseñan en la casa y de cómo en la escuela al tener a un alumno desobediente, desordenado, indisciplinado se dice que la educación de su casa es muy pobre y se escuchan frases como “estos chicos llegaron sin normas de la casa” ó “si en la casa no les enseñan, es poco lo que nosotros podemos hacer en la escuela”, buscando siempre culpables o responsables de los actos de los alumnos, cuando habría que adoptar funciones y reflexionar sobre los cargos que a cada uno le compete.

Las premisas básicas de las cuales partirá es que ambas –familia y escuela- cumplan un papel diferente e insustituible en lo que llama la construcción de la normativa interna del niño.

LÍMITES. LOS PREMIOS Y LAS SANCIONES.

Siempre aparece en más de una oportunidad la palabra límite, esta palabra en general, aparece estrechamente vinculada con el tema de la disciplina. El límite es utilizado cuando se desea señalar el fin de un espacio y el comienzo de otro.

La implementación de límites en el aula está ligada al perfil de alumno que el docente pretende lograr.

Le interesa que sus alumnos lleguen a conquistar la autonomía, la libertad, para su desenvolvimiento en los medios sociales en que deba manejarse.

Los límites están estrechamente vinculados con la disciplina, “la necesidad de poner límite a una situación” remite a la idea de ponerle fin o detenerla.

Los límites atentan en un punto contra el principio de placer: el niño desea algo que no será satisfactorio momentáneamente. Ello implicará la posibilidad de tener que tolerar su enojo, su protesta.

Existen casos en el que algunos docentes presentan temores de dejar de ser queridos por los alumnos y poseen un conflicto a la hora de poner límites y tratan de mostrarse como pares. Esta actitud termina funcionando en sentido inverso al deseado, pues cuando el niño percibe que el adulto es un par, se siente inseguro y le surgen dudas acerca de quién lo cuidará en caso de la necesidad. Pero la función de los límites es buena parte, conectar al niño con el principio de la realidad, lo que le permitirá a posteriori un mayor placer.

Un docente deberá tener en cuenta cual es la sanción más apropiada en cada situación. Deben ser ajustados a la falta que ha cometido y más inmediato cuanto menor es el niño. (Si se porta mal el martes no le castigues el sábado)

No deben condenar al niño, si no a la acción que ha realizado.

Deben corregir al niño, hay que enseñar al niño cuál era el comportamiento esperado y que alternativas tenía para resolver el problema o la situación.

Piaget estudio dos tipos de sanciones: las sanciones expiatorias y sanciones por reciprocidad. Las expiatorias se caracterizan por una coacción y una relación arbitraria entre la sanción y el acto sancionado. El dejar sin postre a un niño por haber roto libros y hacerle copiar cien veces “no mentiré más” son ejemplos de sanciones expiatorias. No hay relación lógica entre la sanción y el hecho sancionado. Puesto que la relación entre la sanción y el hecho sancionado es arbitraria, el niño no siente otra necesidad

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