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LITERATURA


Enviado por   •  29 de Agosto de 2013  •  819 Palabras (4 Páginas)  •  271 Visitas

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Era una noche fría de febrero, en pleno invierno europeo, las calles llenas de nieve y con un aire helado. Ya era tarde, y todo mundo estaba dormido, excepto Wolfgang Amadeus Mozart, quien escribía apresuradamente los últimos compases de su famosa ópera “La Flauta Mágica”, pues le urgía entregarla para recibir dinero para pagar varias rentas atrasadas de su casa, pues ya estaba amenazado de que lo echarían si no cumplía pronto. Repentinamente, alguien tocó fuertemente a su puerta, y Mozart, alarmado por el susto que le ocasionó el ruido, y a la vez temeroso de que pudiera ser el casero que venía a cobrarle la renta, se negó a abrir la puerta.

Pero la insistencia de los toquidos hizo que Mozart, todo nervioso, se acercara hacia la puerta y con la mirada apenada, finalmente decidiera abrirla. De repente, como por arte de magia su mirada cambió repentinamente, por que en realidad no era el de la renta, más bien, pareciera haber visto un ángel caído del cielo o quizás una estrella hermosa que bajaba del universo a saludarlo. Era ¡Aloysia! La hermana de su esposa, de quien siempre estuvo enamorado; una mujer que hace mucho tiempo había dejado de ver. En ese momento, se quedó sin habla, por que no podía imaginar cual era el motivo de su visita, de inmediato, le ofreció a que pasara, pero ella no quiso, por que tenía que irse pronto y que sólo quería saludarlo y saber si estaba bien, pues conociendo las constantes enfermedades que padecía siempre, se había preocupado por él. Mozart, al verla se imaginó estar en el cielo, con un ángel moviendo sus hermosos labios y, sin ponerle mucha atención, por unos momentos se vio junto a ella vestida de novia. Pero su pronta despedida, hizo despertar a Mozart de ese sueño maravilloso que algún día imaginó. Fue entonces que Aloysia, al verlo bien de salud, pues en todo momento mostraba hacia ella mucha felicidad, se despidió de él, y le dijo que le saludara a su hermana, que otro día los visitaría.

Mozart, avisó a su esposa sobre la visita de su hermana y continuó con los compases de “La Flauta Mágica”, al poco rato nuevamente tocaron la puerta, apresuradamente, se acercó hacia la puerta para ver si era Aloysa, pero en esta ocasión se trataba de un hombre desconocido que traía un mensaje del conde Franz von Walsegg, pidiéndole urgentemente a Mozart, la composición de “Réquiem”, que en cuanto la terminará le pagaría muy bien. Mozart aceptó y dijo que la terminaría lo antes posible.

El desconocido se fue. Al poco tiempo nuevos toquidos llegaron a su puerta, era el mismo desconocido, quien en nombre del conde le pedía lo antes posible terminar la obra “Réquiem”. Esta vez Mozart le dijo que no se preocupara, que en cuanto estuviera lista, él mismo se la entregaría. El desconocido se fue y ya no regresó… Fue entonces que tranquilamente y esperando que nadie interrumpiera su trabajo, continuó apresurado para terminar el encargo

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