LOS ÁNGELES
Enviado por cesar89 • 20 de Noviembre de 2012 • Informe • 992 Palabras (4 Páginas) • 309 Visitas
LOS ÁNGELES -- Es una cofradía de masoquistas. El sufrimiento fortalece la pasión.
Su afición se hace llamar La Fiel. Sus adversarios, de Chivas, obviamente, le llaman La Aflicción.
Sí, vestirse del Atlas es prepararse para vivir afligido, esperanzado, decepcionado, ilusionado, pero estoico, leal, fiel, sólido ante los tormentos de cada torneo.
Hay una frase histórica que define impecablemente al aficionado rojinegro: "Le voy al Atlas hasta cuando gana".
Sí, la pena, mientras más amarga, más dulce de penarla con y por el Atlas.
Es un equipo de linaje. Si se reuniera el capital de sus socios y/o accionistas, seguramente sería el equipo más rico y de mayor poder financiero de México. Sí, por encima de Televisa, Tv Azteca, cervecerías, cementeras, etc.
El problema es que sus socios, unidos por la laceración semanal de las derrotas, no se unen para encontrar una solución, al contrario, se desunen para asegurar una condenación.
Curioso: es el único equipo en México que ha aportado cuatro presidentes electos de la FMF, casi por unanimidad y sin imposiciones turbias como, por ejemplo, los casos de Rafael del Castillo, Marcelino García Paniagua o Justino Compeán.
Atlas comandó la FMF con Felipe Zetter, Juan de Dios de la Torre, su sobrino Manobeto de la Torre, y el Cuico Ibarra García de Quevedo, personajes que apostaron sus fortunas particulares por un Atlas victorioso, aunque sobre un par de ellos hay leyendas urbanas tapatías percudidas.
Y curiosamente, en su paso por la FMF dejaron cambios o sentaron bases. Zetter y Juan de Dios de la Torre le dieron un toque de disciplina en la anarquía de dueños; mientras que Ibarra, aunque de manera innoble, aseguró la asistencia a la Copa América y comenzó los trámites para Copa Libertadores, aunque lo hizo sobornando a dirigentes de la Conmebol; mientras que Manobeto consumó las Juntas de Dueños, e inició el proceso de comercialización que pulieron Decio de María y Justino Compeán.
¿Y el Atlas? De crisis en crisis. Un entrañable amigo, Ney Blanco de Oliveira, ex jugador del Santos y de la selección de Brasil, compadre e íntimo de Pelé, pudo haber elegido poltronas más cómodas con América y Toluca, pero ese maldito virus que inocula e infecta y contamina, que es el cariño por el Atlas, lo vestía a él las noches de sábado con un jorongo rojinegro y aún como presidente del Club Jalisco, su sufrimiento era ser Atlista.
Pero eso es el Atlas. Es una pasión ansiosa, enfermiza, por saber que cada semana es más probable que se sufra a que se goce.
El dolor es un requisito que sólo hace rescatar con nostalgia los momentos de sus generaciones maravillosas como la de Las Margaritas, los Niños Catedráticos, los Amigos del Balón, y los Zorros, hasta que en un desplante timorato, las actuales directivas los bautizaron como Rojinegros. Dios: es como elegir vivir de gris toda la vida con semejante ordinariez y vulgaridad de sobrenombre.
Con
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