La Afectividad
yhajaira118 de Diciembre de 2013
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LA AFECTIVIDAD
En la Psicología la afectividad será aquella capacidad de reacción que presente un sujeto ante los estímulos que provengan del medio interno o externo y cuyas principales manifestaciones serán los sentimientos y las emociones.
En un lenguaje menos formal y más coloquial, cuando se habla de afectividad , todos sabemos que se está haciendo referencia a aquellas muestras de amor que un ser humano brinda a las personas que quiere y porque no también a otras especies que también sean de su entorno querido.
La Afectividad siempre se producirá en un marco interactivo, porque siente afecto por alguien es porque también, de parte del otro, recibe el mismo afecto. Su predisposición para ayudar siempre a mi familia es una de las causas fundamentales “DE MI AFECTO PARA CON ÉL”.
En tanto, el afecto es una de las pasiones de nuestro ánimo, es la inclinación que manifestamos hacia algo o alguien especialmente de Amor o de Cariño.
De esto se desprende que los seres humanos, independientemente de que seamos más o menos sensibles, siempre necesitamos de la afectividad para vivir, para desarrollarnos y para seguir adelante a pesar de los obstáculos que a veces nos pone el destino, porque aunque el día en el trabajo no haya sido de lo más brillante, sabemos que encontraremos contención y olvido en casa cuando nos abracemos a ese ser querido que nos está esperando.
La afectividad, entonces, es parte fundamental de la vida porque es la que en definitivas cuentas nos ayudará a ser mejores personas y a no sentirnos jamás solos.
En contrapartida, cuando este aspecto de nuestra vida no se encuentra en armonía, seguramente, nos costará mucho más crear vínculos con las personas y expresar nuestros sentimientos.
Existen una gran cantidad de símbolos de afecto aunque los más recurrentes y usados por los seres humanos son los besos, las caricias, los abrazos, las sonrisas, entre otros.
La afectividad está formada por un conjunto de sensaciones muy variado y complejo. Las características de la afectividad son:
Es subjetiva: No es observable fuera del individuo, pero si que se pueden ver sus demostraciones como la risa, el llanto.
Es trascendente: Influye en otros aspectos de la personalidad y es influida también por ellos.
Es comunicativa: es en sí una forma de comunicación con el medio.
Es polar: Existen distintos polos que dirigen los afectos.
Al estado de ánimo normal se le llama eutímico y las distimias son las alteraciones de este humor normal. El estado de ánimo no es inmutable, sino que se modifica incluso dentro de la normalidad y siguiendo los estímulos que llegan del exterior. La sintonización afectiva es la capacidad de conectar afectivamente con el entorno.
OTRAS DEFINICIONES DE LO QUE ES “LA AFECTIVIDAD”
Definir la afectividad no es fácil. Así como las otras funciones psíquicas se pueden expresar de forma clara, ésta es mucho más complicada. Vamos a intentar esclarecer el concepto y apuntar sus alteraciones más frecuentes. Afectividad es el modo en que nos afectan interiormente las circunstancias que se producen a nuestro alrededor; está constituida por un conjunto de fenómenos de naturaleza subjetiva, diferentes de lo que es puro conocimiento, que suelen ser difíciles de verbalizar y provocan un cambio interior que se mueve entre dos polos opuestos: agrado-desagrado, alegría-tristeza, atracción-repulsa.
Hay cuatro características básicas que nos permiten delimitar la afectividad:
1. Es un estado subjetivo, interior, personal, en el que el protagonista es el propio individuo.
2. Es algo experimentado personalmente por el sujeto que lo vive, es la situación afectiva de uno mismo en cada momento.
3. Tiene tres expresiones: emociones, sentimientos y pasiones. Se manifiesta por el estado de ánimo, que es el afecto fundamental o humor dominante.
4. Toda experiencia tiene una manifestación afectiva y deja un impacto o huella que persiste en la historia vital del individuo.
Al estado de ánimo normal se le llama eutímico. Las distimias son las alteraciones de este humor normal que pueden desviarse en dos polos opuestos: en uno de ellos está la tristeza, la angustia, el tedio y la inhibición, y en el polo opuesto lo contrario: la alegría, el éxtasis, el entusiasmo y la exaltación.
La euforia es la exaltación del estado de ánimo por encima de la normalidad, el sujeto se encuentra alegre, optimista, satisfecho de sí mismo y con una profunda sensación de bienestar que, en ocasiones, no tiene una justificación real. Cuando esta euforia «suena a falsa» y carece de contenido se llama euforia insípida.
El polo opuesto es la depresión o melancolía que se caracteriza por tristeza, pena, abatimiento, desánimo y pesimismo. La angustia y la ansiedad son dos estados afectivos similares que se manifiestan por un miedo a algo, sin saber muy bien a qué y que conlleva componentes psíquicos y somáticos.
El estado de ánimo no es inmutable, sino que se modifica incluso dentro de la normalidad y siguiendo los estímulos que proceden del exterior. La sintonización afectiva es la capacidad de conectar afectivamente con el entorno y acusar la alegría o tristeza existentes en lo que a uno le rodea. Lo contrario es la capacidad de irradiación afectiva; es decir, la capacidad para que los otros se hagan eco del estado de ánimo propio. Esta capacidad de reacción afectiva puede verse bloqueada, el sujeto no cambia su estado de ánimo a pesar de las influencias del exterior, a esto se le llama rigidez o congelación afectiva.
Cuando el estado de ánimo cambia bruscamente y de forma injustificada, por ejemplo, cuando alguien se pone a llorar o a reír de pronto por el más mínimo incidente, hablamos de labilidad afectiva. La incontinencia afectiva es la imposibilidad para controlar las emociones, que se manifiestan de forma aparatosa, sin que el sujeto pueda evitarlo. Parecido a la congelación afectiva es la indiferencia o embotamiento afectivo en la que el sujeto «deja de sentir» lo que normalmente sentía, ya no es capaz de querer como antes, ni odia, ni rechaza, ni se siente atraído, etc. Finalmente, la inversión de los afectos es quizá el trastorno afectivo más alarmante para quien lo sufre y quienes le rodean, típico de ciertas enfermedades psiquiátricas, como la esquizofrenia o la demencia, el sujeto deja de querer a quienes antes quería y puede empezar a odiarlos.
PSICOLOGÍA AFECTIVA
LA AFECTIVIDAD ES EL MOTOR DE LA EXISTENCIA HUMANA
La Afectividad es el motor de la existencia humana. Esto radica en dos argumentos:
a) El primero radica en el sustento que subyace los fundamentos evolutivos de la afectividad y el segundo se basa en lo que ha sido el desarrollo conceptual de la afectividad, es decir, ahonda en sus raíces epistemológicas. Se puede argumentar, a partir de los múltiples escenarios de la cotidianidad relacionados con las fuentes de felicidad del ser humano, a saber, familia, pareja, amigos, trabajo y uno mismo; en las que la afectividad actúa como eje central.
b)Como segundo argumento permite demostrar la evolución conceptual de la afectividad. Pues hace un recorrido a través de sus bases epistemológicas, hasta evidenciar cómo y por qué, es el concepto Afectividad el que mejor define todos aquellos estados internos que exigen evaluación. En concordancia con esto, también ratifica por qué el concepto de inteligencia es un seudo concepto que debe ser remplazado por el de mente humana.
PROCESOS AFECTIVOS
EMOCIONES
Se caracterizan por ser procesos afectivos que acontecen el presente. Son fenómenos fugaces, difusos y difíciles de describir. Se pueden observar porque tienen una respuesta corporal. Tienen unas características determinadas: Están determinadas por algo externo o exterior, por eso se habla de shock emocional.
Son afectos bruscos y agudos con una importante correlación somática. Suelen ser poco duraderos y reactivos a algún estímulo, interno o externo.
Se diferencian de los sentimientos en que éstos no se acompañan de cambios en el ámbito corporal y en que las emociones son más duraderas.
Las emociones han sido clasificadas en función de la mayor o menor participación en el sistema nervioso simpático o parasimpático.
Hay personas que siempre o casi siempre se comportan del mismo modo cuando sienten una determinada emoción, otras se comportan de modo diferente. Aquí parecen influir dos patrones del comportamiento que se superponen: uno innato y otro adquirido que estaría en relación con las experiencias que hayamos tenido anteriormente.
Para entender la emoción podemos dividirla en:
Estímulo: aquello que produce la emoción. En ocasiones no se puede identificar.
Reacción psicofisiológica: el componente fisiológico que produce el estímulo.
Componente cognitivo: respuesta de áreas cerebrales superiores.
Contexto en el que se produce.
Conducta: Respuesta del sujeto, puede ser de ataque o de huida.
Se presentan súbitamente y tienen una duración breve. Tienen una expresión somática y visceral, hay un correlato. Tienen una bipolaridad, en el sentido de que pueden oscilar entre el polo de lo agradable y desagradable, placer / displacer, satisfacción / desagrado. Desencadenan tres tipos de efectos:
• Inmediatos o automáticos: Son los primeros que aparecen. Consecuentes a una determinada situación emocional. Se conocen más aquellas respuestas que siguen a situaciones emocionales de tonalidad desagradables. Son reacciones de urgencia o emergencia que hacen frente a una situación emocional
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