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La Ironia Del Matrimonio


Enviado por   •  12 de Diciembre de 2013  •  440 Palabras (2 Páginas)  •  335 Visitas

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La ironía del matrimonio!

No fue hasta esta mañana que se me ocurrió de que mi marido podía saber acerca de mi romance con Javier. Él había estado actuando de manera extraña y distraída durante toda la mañana al conducir al trabajo. Él ni siquiera notó de que los chapas comenzaron a perseguir nos por toda una cuadra tras haber manejado en exceso de velocidad. La mirada que me dio mientras estaba buscando a mi otro zapato. Una mirada de confusión e inquisidora, era como que validó su sospecha de un mal presentimiento. Juraría que había dejado mis zapatos en el coche esta mañana temprano antes de que metí dentro de la casa para que no se diera cuenta de que lo había dejado toda la noche. De la misma manera, supongo que podrían estar en la casa de Javier. Estaba en un apuro esta mañana después de levantarme a las cinco de la mañana que tenía que recoger mis cosas y salir de la casa de Javier tan rápido, que talvez habría dejado atrás el otro zapato. Mi marido se levanta todos los días a las seis de la mañana, yo estaba tan feliz al encontrarlo dormido cuando volví a casa y porque había logrado mi hazaña. El no llego a casa hasta tarde anoche, así que lo tuve que esperar, asta que durmiera. Como consecuencia, llegue tarde a la casa de Javier y se me hizo muy tarde para regresar a mi casa. Me quede completamente dormida ahí. Y ahora me encontraba en un aprieto.

Magdaleno y Ortega 2

Indiscutiblemente, me sentí perdida, no sabia que hacer así que muy disimuladamente me atreví a hablar con mi esposo.

- Ay que raro no encuentro mi zapato.

- ¿Estas segura que lo trajiste? No mire cuando los pusiste en el carro.

- Talvez, lo olvide en casa, como tenía tanta prisa.

- Ahora que vas hacer?

- Tengo un par de zapatos extras en la cajuela.

Finalmente, me acorde que siempre cargaba conmigo un par de zapatos extras en la cajuela por si las dudas. Sin duda alguna mi inteligencia de siempre estar prevenida me salvo de un mal desenlace. Mi esposo se notaba muy confundido, y asta estaba sudando como si yo le fuera a confesar mi secreto. Pero jamás seria capas de admitir mi traición. El es un buen hombre que jamás se atrevería a engañarme. Sin embargo, yo si le falte a mi esposo. El siempre llega a la casa a dormir, nunca huele como otra mujer, es muy atento con mijo. Realmente, la única razón por la cual lo he engañado es por que quiero a Javier de una manera que jamás querré a mi esposo.

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