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La Llegada Al Mundo


Enviado por   •  29 de Septiembre de 2014  •  3.787 Palabras (16 Páginas)  •  168 Visitas

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Introducción

En toda especie, los adultos cuidan de su prole para obtener más posibilidad de supervivencia, las especies animales poseen conductas innatas para ello, casi automáticas, sin embargo en el ser humano este cuidado de su descendencia es mucho más complejo, ya que no solamente influyen los factores que biológicamente poseemos, sino que además también nos influye la cultura, nuestra sociedad.

El hombre es un animal social, y gracias a esta unión con sus iguales el ser humano ha podido progresar a pasos agigantados logrando avances impensables para un único individuo.

La historia de la infancia

Antiguamente, sin la existencia de métodos anticonceptivos, el hombre no decidía cuando tener hijos, así que la descendencia era mucho mayor, pero también su mortalidad, por lo que no era muy buena idea encariñarse demasiado, pero la imagen que se tiene sobre el niño ha cambiado mucho en los últimos siglos, ya que las creencias religiosas consideraban que el niño nacía con el pecado original y que solo mediante sus actos en la adultez podría redimirse, por lo cual era una etapa que había que dejar atrás cuanto antes.

En la época medieval, el niño no se diferenciaba demasiado de un animal, pocos llegaban a la etapa adulta, y cuando alguno moría, cosa que ocurría con bastante frecuencia, la familia lo sentía, pero no lo concebían como un drama; pronto llegaría otro.

El niño pasaba de forma anónima hasta que ya no necesitase los cuidados de un adulto, momento en el cual pasaba a considerarse como un adulto más, con la diferencia de no poseer la misma fuerza o hacer ciertas cosas.

Además en las clases altas los niños eran criados por el servicio o amas, mientras que la clase baja los criaban los propios padres o los hermanos mayores. Las escuelas eran reservadas para muy pocos, y no se separaba a los niños por edades, si no por nivel de conocimiento.

El autor del libro “El niño y la vida familiar en el Antiguo Régimen”, Philippe Aries no solo afirma lo anteriormente mencionado, también apoya su tesis en gravados de la época en los que el infante es representado con las proporciones de un adulto pero de menor estatura, cuando las relaciones entre la proporción en la adultez y en la infancia son muy diferentes.

En el siglo XVII esta visión de la infancia empieza a cambiar, gracias a los avances en medicina, la escolarización obligatoria, etc, empieza a existir el sentimiento de infancia de forma paulatina, aunque todavía se les atribuía poco valor, una muestra de ello es que en la Inglaterra de 1815, no era delito robar a un niño, a no ser que estuviese vestido, en cuyo caso se penaba el hurto de la ropa que llevase puesta y eran ahorcados públicamente por delitos menores, condenándolos como si fuesen adultos.

Sin embargo a lo largo del siglo XIX comenzaría a aparecer la regulación del trabajo infantil.

Hoy en día, en países subdesarrollados todavía se priva de la infancia a muchos niños, y en los países desarrollados aparece otro problema muy diferente: el maltrato y abuso de los niños.

El estudio de los niños

Debido a esta concepción de la infancia, no se han realizado estudios sobre como son los niños y su desarrollo hasta años muy recientes, debido quizás a que siempre se ha visto como algo natural y presente en nuestras vidas, sin prestarle la atención que merece y solo se han estudiado casos considerados como extraordinarios, como niños prodigio como Mozart, deficiencias, o niños criados en estado salvaje llamados por el naturalista Linneo como homo ferus, como es el caso de Víctor.

Así, los primeros estudios sobre niños trataban sobre casos excepcionales, pero a lo largo del siglo XIX comenzarían a estudiarse niños dentro de la normalidad, mediante diarios realizados por parientes del niño.

A finales del siglo XIX y principios del XX surgirán los estudios estadísticos, los cuales son predominantes hoy en día.

Estos trabajos estadísticos surgen por varias inquietudes, ya fueran por fines pedagógicos, medicos o filosóficos, pero a pesar de que la psicología utiliza métodos introspectivos, con el niño esto no era posible, ya que estos no podían proporcionar datos de sus propios procesos psicológicos y esto desembocó en un estudio más objetivo.

Primeras observaciones

En los autores griegos y latinos aparecen observaciones dispersas centradas sobre todo en el ámbito pedagógico, por ejemplo, Aristóteles se centra en su formación de “hombres libres” y señala una etapa del niño que va hasta los dos años en la que se le ha de enseñar a fortalecerse, por ejemplo enfrentando al frio.

Pero estas observaciones no tienen como fin conocer al niño, sino formarlo para conseguir mejores adultos.

En el siglo XVII, Comenius defendió que la enseñanza no podía basarse simplemente en la verbalización, y contribuyó a que los libros escolares estuvieran acompañados de de ilustraciones, ya que la educación del niño es sensorial.

Locke afirmó que al nacer el niño es una tabula rasa, que ha de irse llenando de conocimientos mediante los sentidos, pero fue Rosseau quien tuvo mayor influencia sobre las ideas de los niños y su educación, las cuales contribuyeron a crear un interés por la infancia.

Pero estos estudios eran meras observaciones realizadas para poder modificar conductas y no para estudiarlas, no sería hasta el siglo XVIII cuando se empezarán a realizar trabajos de observación mediante diarios llevados por los padres o por personas muy cercanas al sujeto.

Las primeras observaciones sistemáticas

Héroard, médico del delfín de Francia, anotó cuidadosamente tanto las costumbres de la corte francesa, como el carácter de su pupilo o su aprendizaje, pero cuando fue publicado los aspectos psicológicos de este diario fueron obviados. Pestalozzi y Richter también realizaron diarios de este tipo con sus hijos, pero o no fueron publicados, o lo fueron parcialmente.

Un gran avance para la psicología evolutiva fue el trabajo realizado por el filosófo Tiedemann el cual estudió el desarrollo de su propio hijo hasta los dos años y que publicó su trabajo para que sirviera de estímulo a otros para que completasen los datos que el había obtenido.

La influencia del Darwinismo

Con la teoría evolucionista de Darwin, Haeckel, defensor del darwinismo, formuló la llamada ley biogenética, según la cual el individuo reproduce el desarrollo de la especie, es decir que la ontogénesis reproduce la filogénesis.

Pero no es hasta la década de 1870- 1880 cuando empezarían a surgir trabajos directamente orientados

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