La cotidianidad de la perspectiva psicosocial

La cotidianidad de la perspectiva psicosocial

La perspectiva psicosocial se centra en la idea de que el individuo y la sociedad se van conformando mutuamente, desde esta perspectiva se ven representados tanto la individualidad y libertad de la persona, cómo también la influencia que la sociedad y el contexto tienen sobre nuestro propio individuo.

La perspectiva psicosocial tiene dos teorías principales, el interaccionismo simbólico y el socioconstruccionismo, en este ensayo nos centraremos en la teoría del interaccionismo simbólico, partiendo desde una percepción bastante personal, puesto que para argumentar mi posición daré ejemplos de mi vida cotidiana.

La conformación del individuo siempre ha sido un tema relevante puesto que pasamos de pensar que la identidad de un individuo es innata, hasta creer que la identidad del individuo es una mera estructura social, en la actualidad se propone la perspectiva psicosocial que desde una posición personal me resulta más favorable y correcta.

El interaccionismo simbólico  “considera que el self o la identidad no preexiste a las interacciones  sociales, sino que surge en el transcurso de éstas, que es constituido por las respuestas de los  otros hacia uno mismo y por las respuestas de uno mismo hacia sí y, al mismo tiempo, hacia los  otros.” (Pujol, Margot, 2011).

De esta manera, sí una persona va caminando por la calle y se siente observada de una manera inadecuada o rara (esto representado por una manera de observar fuera de lo común), se empezará a preguntar a sí misma sí algo está mal con su aspecto, su ropa, peinado e incluso la forma en que camina o estructura corporal (esto por mencionar algunas posibles razones). Puesto que los otros representan un espejo de nosotros mismos, muchas de las veces nos dejamos llevar por lo que los demás observan de nosotros para representar la forma en que nos vemos, sentimos o actuamos.

Desde este ejemplo podemos observar que hay un claro vinculo con el pensar individual y el pensar del contexto y los otros, puesto que nos representamos a nosotros mismos a base de la percepción de los demás, en este caso especifico estamos dejándonos llevar por lo que “yo creo que el otro opina de mí”, por lo que veo que me está representando en ese momento, por lo que sé que puede ser un reflejo del estimulo que yo mismo le doy a mi reflejo (reflejo visto como representación del otro).

Pero sí fuera sólo de esta forma, sería una perspectiva más social, porque estoy diciendo que sin duda el contexto y la sociedad representan quién soy o cómo debo de actuar, pero ¿dónde queda la individualidad y decisión propia?

Según Mead, a la percepción que tendremos de nosotros según estas miradas (las cuales construyen el mí) podemos responder haciendo reajustes, modificaciones o cambios según lo consideramos conveniente, mediante reacciones adoptadas en cada interacción (desde el yo). Se pasa, pues, de una concepción sustancializada del self a una concepción relacional y emergente de éste. (Pujol, Margot, 2011).

De esta forma, la individualidad empieza desde que nos detenemos a pensar si hay algo mal con nuestra apariencia, que muy probablemente fue la razón de las miradas extrañas, pero también es importante poder detenernos a pensar si con respecto a esas miradas debemos quizá cambiar de estilo o modificar nuestra apariencia, cuando algo no representa un problema para ti pero si para los otros se tiende a pensar que hay algo mal contigo mismo, en este caso, con tu apariencia, pero el individuo es el que decide si hacer algo frente a las miradas o simplemente tomando la información, considerarla y desecharla.

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