La incógnita de los sueños

La incógnita de los sueños

Mientras dormimos los seres humanos tenemos una experiencia alucinatoria que nos presenta hechos y situaciones distintos al estado de conciencia.

El neurólogo Sigmund Freud, define a los sueños como sucesiones de imágenes, ideas, emociones y sensaciones que aparecen de manera involuntaria cuando reposamos nuestros sentidos y suspendemos el movimiento voluntario.

La experiencia de soñar ha dado lugar a diversas creencias, temores y conjeturas sobre su origen. Sin embargo, no existe una opinión unánime al respecto.

Una de las mayores dificultades para que la ciencia observe y estudie a los sueños es su carácter inaprensible. La ciencia privilegia en su metodología la observación directa, pero resulta imposible, que pueda registrarse la experiencia onírica. Las diversas investigaciones realizadas pueden verse afectadas por los métodos e instrumentos de investigación; existen factores como el lugar donde se encuentra la persona, sea en su casa o en el laboratorio, la hora en la que la despiertan.

A mediados del siglo XX el investigador Eugene Aserinsky, logro distinguir a plenitud el sueño de movimientos oculares rápidos.

En diciembre de 1951 uso una máquina de electroencefalogramas para llevar a cabo un experimento con su hijo. El niño se acostó un catre del ejército, su padre le coloco acetona en diferentes puntos del cuero cabelludo y la piel cercana a los ojos. Le coloco una serie de electrodos que conecto a un controlador sobre la cama. Le indico que se durmiera. En un momento determinado hallo que tanto las plumillas que registraban los movimientos oculares, como aquellos que marcaban los cambios de la actividad cerebral, comenzaban a moverse rápido. El peso que su hijo estaba despierto, pero no era así, también creyó que la maquina se había descompuesto. Posteriormente, en colaboración con el investigador Nathaniel Kletman, realizo el experimento con mejores condiciones, comprobando la validez del hallazgo. Naciendo así la moderna ciencia del sueño. Esto de acurdo a un artículo de la revista Smithsonian.

Una reciente teoría, asegura que los sueños comunican diversos mensajes. El autor es Ernest Hartmann. Basado en investigaciones biológicas y psicológicas realizados por el mismo y por otros especialistas, construyo el concepto de la imagen central. En su libro la naturaleza y funciones del sueño, refiere un ejemplo característico. Las personas que han sufrido un trauma tienen un sueño en común, que son arrastradas por una ola. La ola es la imagen central del sueño, las personas no sueñan con la experiencia traumática en sí, sino con uno símbolo que revela su respuesta emocional a la experiencia.

En 2006 el investigador Ernest  presento los resultados de un estudio relacionado con su teoría de la imagen central. Ernest formo un grupo de personas que llevaban un registro de sus sueños antes de los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, y registro los sueños que tuvieron después de los hechos. Las personas soñaban con ataques de diferentes tipos, como encuentros con animales feroces, personas atemorizantes, campos de batalla. El estudio apoya la idea de que la imagen central del sueño es una construcción o creación guiada, no una repetición del estado de conciencia.

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