Las Mujeres Fuertes
Enviado por 58525654 • 7 de Junio de 2013 • 531 Palabras (3 Páginas) • 266 Visitas
Allí están, pisando los 50 y algunas esquivando los no muy
lejanos 60…
Son las que defendieron a ultranza, aún con pena de no poder asistir al próximo “asalto”, el largo diminuto de sus faldas.
Las que se calzaron los Hot Pants con las botas bien largas y ajustadas.
Las que se hacían la “toca” y llevaban el pelo largo y muy lacio.
Esas que soñaban como Susanita con el príncipe azul, y adoraban a Mafalda y su ideario.
Aquellas que eran en apariencia la incoherencia con forma de mujer
pero que engendraron la “generación de las mujeres más fuertes que pisaran el planeta”.
Fueron las que soñaban con el príncipe azul y a la vez caminaron con paso firme y altivo a las Universidades.
Blandieron las banderas de la “independencia femenina“ así como también defendieron apasionadamente los ideales de LIBERTAD en la político.
Y en medio de todo eso crecieron, dejaron la adolescencia, y entraron a la juventud con los miedos de las dictaduras y las traiciones de quienes representaban sus ideales.
Algunas se encontraron con su “príncipe azul”. A otras, se les fue “destiñiendo”, pero ellas se empeñaron en conservar como sea, la imagen del azul que las había enamorado…
Algunas tuvieron hijos e interrumpieron sus sueños
universitarios.
Otras, lucharon a costa de noches insomnes
salpicadas con sus compromisos laborales y cumplieron con todos los mandatos a rajatabla, aún estando solas.
Ahora luchan contra el temido paso del tiempo, y lo hacen con la majestuosidad de los grandes, dándole la bienvenida a las primeras
arrugas, defendiéndolas a capa y espada porque son las “señales” de sus vivencias, en toda su magnitud.
Se volvieron “viejas cancheras” y se enfundan en los mismos jeans que las adolescentes y hasta salen airosas de las comparaciones…
Van al gimnasio aunque lo odien. Abandonaron las grasas y carbohidratos para seguir siendo parte de lo que fueron.
Amaron, sufrieron y se cambiaron el color y largo del pelo cuantas veces la depresión, las separaciones, las angustias, las pérdidas, los sinsabores, las decepciones, se lo demandaron.
Criaron a sus hijos con libertad y aire “compinche”.
Lloraron en la puerta de los jardines de infantes, en las primeras
fiestas escolares.
Se aterrorizaron cuando los vástagos transitaban el final de la
secundaria y empezaban a decidir sus destinos.
Y hoy están allí, cancheras, abriendo ventanas cuando los sofocones
las atacan, Arrasando las vidrieras de los shoppings cuando “otras ” depresiones las invaden, y saliendo nuevamente sin cicatrices, porque sólo ellas saben de verdad que la vida continúa y hay que transitarla airosamente.
A veces los hijos las critican
...