Las Palabras
Enviado por uriel256879 • 26 de Abril de 2015 • 910 Palabras (4 Páginas) • 178 Visitas
Por: Winston Samuel Ojeda
Hay personas que se la pasan haciendo planes y hablando de sueños y que sin embargo con el paso de los años, no concretan nada. Hay personas que hablan con todo el que los quiere escuchar, de los grandes planes que tienen y de que muy pronto los van a cristalizar, sin embargo todo se convierte en un monótono bla, bla, bla.
Es decir que son amantes de la palabrería, pero en realidad no acompañan esa incesante verborrea con lo realmente importante, que es la acción. Tu puedes contarle a tus amigos, a tus familiares y a todos los que te rodean, los magníficos planes que tienes, sin embargo si estos fabulosos sueños, no se acompañan de la acción correspondiente, solo serán palabras, palabras vacuas que se desvanecerán como humo.
Al paso del tiempo, lo único que cuenta son tus resultados, de manera tal que no importa todas las palabras que hayas utilizado, ni las frases emotivas que hayas dicho, sino que al final, lo que realmente importa es lo que has logrado.
Las palabras pueden ser hermosas y además pueden ser acompañadas de la emoción que se siente al estar motivado para alcanzar algún sueño, pero siempre al terminar una etapa de tu vida, -cualquiera que esta sea-, lo que cuenta es el resultado final.
Dice un dicho y dice bien, que "Tus hechos hablan tan alto, que no se pueden escuchar tus palabras", esto no es más que la confirmación de lo escrito líneas arriba. En la vida real, una persona es etiquetada por sus logros; por lo que hace; por lo que concreta; por lo que materializa.
En mi libro "Claro que Sí se Puede", expongo el símil que existe entre las personas que planean y planean, sin concretar nada y esas aves de mal agüero llamadas zopilotes. Si tu las observas, verás que vuelan en círculos alrededor de una supuesta presa, que siempre está o mal herida o muerta. Parecen no decidirse a bajar y así "planean y planean" alrededor sin tener la decisión que tendría un águila, que al detectar a su presa desde las alturas, -una vez que se decide-, se lanza en picada y finalmente la atrapa con sus poderosas garras, dando una demostración de que cuando se quiere algo, simplemente hay que entrar en acción.
En el caso de los zopilotes, pueden pasar horas sin que se decidan a bajar. Mientras tanto otros animales aprovechan la ocasión para comer carne fresca, hasta que solo dejan las sobras -carroña-. Es entonces que estos pajarracos, por fin lentamente empiezan a descender y finalmente se posan en algún tronco o lugar cercano, para observar bien si no hay peligro y así pueden pasar más horas. Por fin, se acercan lentamente, -con total sigilo- y volteando para todos lados, -tal vez, como algunas personas, pensando en el qué dirán- para por fin "saborear" la carroña de su fracaso.
Generalmente las personas más felices, son aquellas
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