¿Las mujeres aprenden a ser maltratadas, por esto se resignan a la violencia?
Enviado por lucha77 • 20 de Noviembre de 2022 • Ensayo • 1.920 Palabras (8 Páginas) • 47 Visitas
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¿Las mujeres aprenden a ser maltratadas, por esto se resignan a la violencia?
Entendemos a la familia como la base de la sociedad, es en ella donde encontramos valores que se han traspasado de generaciones anteriores y los que a su vez serán transmitidos a nuestros descendientes. Valores como el respeto, pertenencia, seguridad, perdón, compromiso, gratitud, paciencia, autoestima, humildad, etc. serán parte de la construcción de una familia y de cómo esta puede entregar las bases para la vida de cada uno de sus integrantes.
¿Qué sucede entonces cuando este concepto ideal de familia se ve manchado por la violencia dentro de ella?
Y es que la violencia intrafamiliar no sólo puede dañar físicamente, el maltrato incluye también el daño psicológico-emocionales, físicos, socioculturales, económicas (Maffioletti & Contreras, 2019) y la dimensión de la violencia puede abarcar aspectos tan importantes como la pérdida de la motivación y la alegría, además de generar la desesperanza que impide salir de este círculo y que puede traspasarse incluso a las siguientes generaciones.
Las mujeres más propensas a ser violentadas por sus parejas, son aquellas que, desde pequeñas presenciaron violencia dentro de su núcleo, ya sea, porque fueron violentadas por sus padres o porque vieron a su padre golpear a su madre; las sumas de estos episodios fueron normalizados y desarrolló la convicción de que la relación normal de pareja, era bajo sometimiento y violencia. Las víctimas “son todas aquellas personas que sufren un maltrato emocional por un suceso traumático o por la consecuencia de una agresión injusta, intencionada o no, sea de carácter físico, material o emocional” (Varona, De la Cuesta, Mayordomo, & Pérez, 2015).
La violencia intrafamiliar produce serios daños a muchas mujeres (aunque en menor número, también hay hombres que la sufren). La forma en la que se va instaurando en sus vidas la agresión, ya sea, en sus relaciones de pareja o con algún otro miembro de la familia, nos lleva a observar una dinámica en que, se identifica un ciclo que está muchas veces definido en el agresor, acumulación de tensión seguido de un episodio de explosión, dónde descarga su enojo, tensión o frustración, para terminar en algunos casos, en una tregua amorosa o en una tregua que, permite a la mujer agredida un tiempo de “respiro “hasta que el ciclo se vuelve a iniciar. (Cuervo & Martínez, 2013)
Generalmente la violencia casi se reduce en los registros cotidianos a los episodios sangrientos, explosivos y letales. Como si la vida sólo se alterara con su liquidación y no con una inmensa variedad de formas de entorpecerla, entristecerla, hacerla menos feliz, placentera y productiva. (Franco Saúl,1992).
La violencia dentro de las familias no se reduce solo a los efectos de las lesiones físicas, sino que hay un detrimento psicológico importante, que puede llegar a anular a la víctima, la cual permanece inmóvil, sin lograr salir de ese círculo vicioso, siendo incapacitada lentamente por su agresor. Esto produce serios daños, ya que, muchas mujeres están en estos momentos siendo silenciadas por el dolor y el agotamiento que produce estar en una situación en donde son neutralizadas, y deben estar en constante alerta frente al peligro inminente, aún más cuando el peligro también alcanza a sus hijos.
Se entiende por violencia familiar o violencia doméstica todas las formas de abuso que se dan en las relaciones entre los miembros de una familia, sea está regulada legalmente o una unión de hecho. La relación de abuso se define como toda conducta que, por acción u omisión, ocasiona daño físico y/o psicológico a otro miembro de la familia. (Almonacid, y otros, 1997, pág. 1)
El investigador Martín Seligan, tenía la hipótesis que los organismos sometidos a continuas vivencias que no podían controlar, podían aprender que, su comportamiento voluntario no tenía efecto para controlar lo que pasaba. Si un estímulo aversivo se presentaba muchas veces, la motivación para responder sería disminuida. Una de las investigaciones que dio cuenta sobre cómo se generaba una dependencia o indefensión aprendida a base de maltratos, fue a través del encierro de perros en una jaula, a los cuales le administraron choques eléctricos al azar y con diferentes intervalos. Al inicio de la experiencia los perros trataron de escapar, pero cuando reconocieron que nada de lo que hacían detenía los choques, dejaron de hacer intentos para salir y su conducta de resistencia, subversión y osadía cesaron, para dar paso a la sumisión y pasividad. En síntesis, se comprobó rápidamente que los perros aprendieron que sin importar la respuesta que ellos tuvieran, no podían controlar el choque. El resultado más serio de esta investigación se observó cuando se dieron cuenta que aun cuando eliminaron los estímulos aversivos e incluso abrieron la jaula, los perros no respondieron, se les tuvo que enseñar otra vez como salir arrastrándolos a la fuerza. Es a este proceso de pérdida de capacidad para rebelarse y controlar situaciones que, se le llamó invalidez aprendida, también conocida como impotencia o desesperanza aprendidas. (Quirós, s/f, pág. 159)
Debido a los múltiples daños ocasionados por la violencia doméstica, que han ido en aumento durante tantos años, es que en nuestra jurisprudencia se crea una ley para salvaguardar a las víctimas, debemos señalar que la Ley sobre violencia intrafamiliar corresponde a la Ley 20.066 la que regula la definición de la violencia intrafamiliar, los tipos de vif, los grados de parentesco en los cuales se da la violencia, sus sanciones, entre otros elementos establecidos y regulados por esta Ley.
Será constitutivo de violencia intrafamiliar todo maltrato que afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él; o sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en la colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o de su actual conviviente, el cual aparece descrita en la ley 20.066, artículo 5º del código penal(....) (CódigoPenal, 1874).
Cabe señalar que no existe el delito de lesiones leves en contexto de violencia intrafamiliar (VIF), si no que se denomina lesiones menos graves en contexto de violencia intrafamiliar, ya que, pese a que las lesiones sean clínicamente leves, por motivos de parentesco se califican a menos graves, teniendo dicho ilícito una pena de presidio menor en su grado mínimo, esto es de 61 a 540 días de cárcel, ya que, el resto de las lesiones leves, cuando es entre personas sin vínculos de parentesco, tiene solo una pena de multa ya que constituye una falta prevista y sancionada en el artículo 494 N°5 del Código Penal.
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