Los Coristas

En Francia, de esta época, la disciplina es parte fundamental de la educación y de todo en general. Se puede notar que dentro de este plantel se intenta formar a niños a nivel escolar, familiar y moral, para ser chicos socialmente adaptados en esta época. Al iniciar su primer encuentro con los niños del reformatorio el profesor Mathieu, evidencia respeto hacia ellos, al decirles en el saludo: “Caballeros”. Hablando con autoridad y propiedad establece límites y deja normas claras. Frente a la situación presentada con Lequerrec al inicio de la clase decide no pasar por alto esta falta y para atenderla delega responsabilidades, en este caso es elegido Morange para cuidar la clase. Una vez reconocida la falta de de Lequerrec por herir al tio Maxance llega a un acuerdo sobre el tipo de “castigo” o sanción que aplicara a Lequerrec, para reparar el mal que ha hecho al tío Maxence: cuidarlo y trabajar en la enfermería durante el recreo, el Maestro no lo castiga físicamente como lo haría el director, solo lo priva del descanso. Aunque allí es un Vigilante, al volver al salón y encontrarlo en estado desordenado, apela a la experiencia de los años como maestro de música; “Quizás no soy muy inteligente, pero no nací ayer”. Da la oportunidad a los estudiantes de hablar: tiene 15 segundos para que confiese”. “confío en mi intuición”. En la primera actividad de clase se preocupa por tener una mirada de los niños como seres humanos, como personas al pedirles en la actividad que “escriban su nombre, edad y que es lo que quieren ser cuando sean mayores”. Se interesa por saber cual es el Proyecto de Vida de los niños. Frente a los problemas que se presentan en el Reformatorio, el maestro Mathieu no es indiferente, al contrario, propone estrategias de intervención al director Rachin, siguiendo así el conducto regular desde un modelo de autoridad

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