Los enfoques psicológicos

Los enfoques psicológicos han aportado conocimientos importantes sobre el aprendizaje, pero existe la posibilidad de estudiar y comprender el aprendizaje individual como un proceso psicosocial, es decir que determina tanto por su naturaleza social como por su naturaleza psicológica.

El aprendizaje individual, se explica de una manera en que el aprendizaje sea una experiencia individual desde una perspectiva psicológica. Se trata de la psicología social de George Hebert Mead (1972) que se basa en la teoría sobre el desarrollo del selt. Se explica el comportamiento del individuo en términos de la conducta organizada del grupo social del cual él es miembro.

Tomar la base sociocultural permite comprender el aprendizaje individual como experiencia psicológica, social y cultural. En la cultura indígena los niños aprenden por su participación y cuando observan a los niños y adultos más grandes. Este aprendizaje ‘’informal’’ a edades tempranas llegan a estar capacitados para realizar varias actividades. Se espera que el niño tome la iniciativa en el aprendizaje y que la persona de quien aprenda tenga una participación pasiva. Lo más usual es que el niño organice y evalué sus actividades muchas veces mediante el juego.

Aquí nos ponen de ejemplo a una niña mazahua de 3 o 4 años, intentando colocar y manejar un puesto de mercado, similar al de su mamá. Su motivación y el tipo de iniciativa y responsabilidad de que es capaz se manifiestan cuando busca materiales e inventa quehaceres que le pueden ayudar a lograr el comportamiento necesario. De vez en cuando ella observa las manos de su mamá pero la mayor parte del tiempo mira su alrededor.

Es evidente que la niña siente un deseo fuerte de aprender lo necesario para poder participar en la mercadería. En este aprendizaje ella en cada momento como individuo autónomo, se responsabiliza de planear y organizar. Su motivación se caracteriza también por una estimulación fuerte, por el entusiasmo y el gozo que siente. Su logro le ha permitido compartir con los demás una actividad de central importancia en sus vidas. Así la niña siente el deseo de capacitarse y realizar una actividad que tiene valor social. La niña tiene el tipo de motivación para experimentar y aprender.

Este tipo de aprendizaje autónomo depende de la medida en el que el mundo social del niño sea el mismo que el del adulto. Tendría que existir una clara continuidad de los términos de valores, metas y responsabilidades, grados de independencia, etc. El aprendizaje autónomo implica que la motivación que se produce sea diferente a la que existe a partir de la decisión de aprender algo, por haber dado cuenta de la importancia y utilidad del contenido a través de un proceso de concientización.

La vitalidad y la participación emocional que caracterizan la motivación en el aprendizaje autónomo no corresponden entonces

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