Los tres tiempos de constitución de la vida psíquica
Enviado por Elii Furrer • 2 de Septiembre de 2022 • Monografía • 506 Palabras (3 Páginas) • 51 Visitas
Trabajo final
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Seminario 2022
Alumna: Elisa Furrer
Legajo: F-5524/7
Fecha: 31/07/2022
Profesora: Soledad Vallejo
Los tres tiempos de constitución de la vida psíquica
Vamos a dar cuenta de un tiempo de la vida, donde la cría humana esta atravesada por la necesidad y va en búsqueda de la satisfacción de la misma, en esta búsqueda se encuentra con el otro humano, con el deseo del otro, que lo va a constituir a uno. Pero en este tiempo lo que sucede es mas de lo que el niño pide, el niño quiere leche, pero la madre le ofrece leche y algo más, el pecho. Entonces, en este primer tiempo de la vida se instala la pulsión a partir de las acciones ejercidas por el otro humano, donde el autoerotismo marca un elemento determinante, marca el comienzo de la existencia de la vida sexual y, por ende, lo representacional.
En el momento de la satisfacción se introduce algo de carácter traumático, de lo no evacuable en el plano de lo representacional, pero estas cantidades tienen que encontrar un destino para descargarse porque no puede reducirse a cero. Entonces, este otro humano instala la pulsión en la cría a través de una implantación traumática.
El segundo tiempo de la vida psíquica se caracteriza por la constitución de la represión originaria, por la instauración del yo-representación narcisista que sepulta los representantes del autoerotismo en el inconsciente. En este segundo tiempo, que es el tiempo de la sexualidad autoerótica, constituida por la instauración del narcicismo, el sujeto comienza a acceder a la cuestión acerca de quién es.
Estos dos tiempos que diferenciamos tienen que desembocar de algún modo en un tercer tiempo de constitución de las instancias ideales o superyó (en el sentido doble de conciencia moral y de ideal del yo). Del segundo tiempo hubo un pasaje al tercero. Los ideales del yo tienen un carácter móvil y de propuesta, se articulan como mandatos, y someten al sujeto a la angustia de castración. En cambio, cuando se instauran en el yo ideal ciertos modos del ser, someten al sujeto a una angustia de aniquilamiento.
El sujeto no puede operar sobre los ideales como alternativas, sino que solo puede circunscribirse a una identificación que lo marca como rasgo unario, es decir, que opera alrededor de un solo rasgo que coagula sobre si y polariza toda la vida psíquica.
Entonces, en este tercer tiempo, se va a producir el movimiento fundador de las instancias ideales y de la conciencia moral, movimiento que ha sido concebido como efecto de la articulación deseante a uno de ambos padres y la rivalidad con el otro, lo cual inaugura una tendencia a la identificación sexuada. En este movimiento que plantea Silvia, el ideal del yo y la conciencia moral se ordenan sobre la base de componentes universales. Al estar constituidos por valores, permitirán al yo emplazarse en un lugar más definido, brindándole fuerza de protección. Este es un aspecto muy importante para el superyó, porque permite un reequilibramiento intrapsíquico.
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