Mascaras Y Disfraces

DISFRACES Y CULTURA

Por: Juan Camilo Castañeda Botero

Desde el origen de la humanidad, el hombre siempre ha buscado la forma de encajar en la sociedad, pues como bien sabemos, este es un ser social por naturaleza, y necesita de su entorno para poder vivir y relacionarse, sea cual sea el ámbito que requiera (económico, social, cultural). Desafortunadamente, vivimos en un mundo inefable, lleno de constantes cambios que a su vez, son tan efímeros que ni siquiera permiten al ser humano desarrollarse integralmente, buscando así refugio en banalidades para ser aceptado y lograr cierto estatus en la sociedad.

Muchos les llaman “banalidades”, yo le llamaré cultura ya que es una palabra que impera en mi léxico, y será la palabra que abarcará a partir de ahora y hasta el final de este texto.

Para Franz Boas, antropólogo estadounidense de origen judío alemán:

“la cultura incluye todas las manifestaciones de los hábitos sociales de una comunidad, las reacciones del individuo en la medida en que se ven afectadas por las costumbres del grupo en que vive, y los productos de las actividades humanas en la medida en que se ven determinadas por dichas costumbres.”

Teniendo en cuenta lo anterior, puedo decir que desde mi punto de vista, es una de las definiciones más acertadas, sin embargo pienso que el concepto de cultura es indefinible, o para ser más claro, nadie tiene la verdad absoluta del mismo, simplemente se dan acercamientos o bosquejos que pueden ayudar al hombre a comprender de una mejor manera su significado. Pero, ¿a qué viene todo esto?, ¿en realidad, la cultura le ha servido al hombre para algo? La cultura es una de las armas más poderosas contra los problemas de una sociedad, las costumbres nos ayudan a mejorar como personas, aunque en este ámbito todo es relativo, porque estas vienen de generación en generación, las costumbres se originan desde nuestros antepasados y son o serán heredadas por nuestros hijos y nietos, pero dicha relatividad comienza entre familias, no todas las familias tienen las mismas costumbres, por ende no todas piensan igual; eso también se ve muy reflejado entre países, podemos ver que por ejemplo en los países americanos somos muy fraternos, normalmente nos preocupa mucho herir a los demás; en Europa es todo lo contrario, allí son muy directos, dicen las cosas como son y no les importa hacer sentir mal a los demás por lo que dijeron; la forma de pensar también influye mucho, aquí en América somos muy conservadores, llevamos las costumbres al extremo en cambio en Europa son muy liberales, un claro ejemplo de esto es el pensamiento acerca de la homosexualidad, en Europa es muy normal ver una pareja homosexual en cualquier lugar y no tienen nada contra estas, pero en América nos aterramos al ver una y lanzamos todo tipo de prejuicios y discriminaciones dejando en descubierto nuestro pensamiento medieval.

Colombia, es un país rico en cultura, costumbres y cosas buenas, y a pesar de que ha sido golpeado y devastado por la guerra y la violencia, ha hecho todo lo posible por no perder sus tradiciones y demostrar ante el mundo que no solo es narcotráfico y guerra. Desafortunadamente como dice el dicho: “no todo es color rosa”, así como hay gente buena, también hay gente mala, que se ha encargado de desprestigiar y manchar nuestras tradiciones con malos actos, pues como ya lo mencione antes, las costumbres van de generación en generación, por lo tanto, cada vez hay más gente que “mal acostumbra nuestras costumbres”. Hace ya varios años, el ex alcalde de Bogotá y ex candidato a la presidencia de Colombia, Antanas Mockus, vio la posibilidad de tener un mejor país destinando la mayor cantidad de recursos a la educación y a la culturización de la ciudadanía, pero desafortunadamente nuestro país que es manejado por unos pocos eligieron a un candidato que lo único que hizo fue ponernos en guerra con las FARC. Todos esos problemas hacen que las personas pierdan la fe y la credibilidad

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