Memorias de Formacion
Enviado por Mariela Alejandra Szulepa • 11 de Noviembre de 2019 • Reseña • 11.323 Palabras (46 Páginas) • 144 Visitas
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Introducción
En lo que ha transcurrido de este ciclo lectivo 2018, siendo este mi último año en la carrera de Lengua y Literatura, me siento hoy muy feliz por los logros que he alcanzado. Llena de felicidad y gozo, compartiré con ustedes mi Memoria de Formación.
Si bien, muchos considerarán algo irrelevante la felicidad que expresaré en esta memoria, sin embargo, permítanme decirles que es una de los aspectos principales a tener en cuenta para saber si esta profesión, que ya casi se deja entrever, es la correcta o no.
La felicidad, al igual que otras características favorables que debe poseer el docente son los “condimentos” que contribuyen a nuestra formación continua; un docente por más saberes que posea sino es feliz con su profesión no es un docente completo, sino solamente un instrumento de formación raso y vacío, que estoy segura no aportará lo que sus estudiantes necesitan y merecen.
Hace ya algunos años, cuatro para ser precisos; eh concluido la secundaria; hoy me encuentro cursando la Residencia Pedagógica, por ende, mi cuarto año de la carrera de Lengua y Literatura en el Instituto Cecilia Braslavsky.
Por consiguiente, compartiré una especie de autobiografía en la que narraré episodios de mi vida; poniendo énfasis en mi escolaridad y formación. Esta memoria de formación, será escrita teniendo en cuenta aspectos de mi trayecto educativo: primario, secundario y nivel superior (Yo profesor-Yo y los otros-Yo en el futuro). La narración será llevada a cabo de manera alegórica[1] teniendo en cuenta el contacto y relación entre los mundos Platónicos[2]: sensible e inteligible: sueño[3]- realidad.
Ni Freud ni tú
Gabriela González
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Primer capítulo: “YO PROFESOR”
Introducción
En este capítulo de mi memoria, narraré mi trayectoria educativa previa el nivel superior: primaria y secundaria. Los aspectos que aquí daré a conocer tendrán como fin disponer en balance todo lo significativo y lo que me ha marcado positiva o negativamente durante mi trayecto educativo.
La narración será llevada a cabo a modo de relato alegórico. Me sumergiré al mundo de mis libros, a un mundo que no sé si es real o irreal, si solo vive en mi inconsciente o mundo inteligible. Señor lector, apelo a su oído o vista para que pueda construir imágenes mentales de lo que aquí narraré: mi sueño, mi vida.
Ecos me mi inconsciente
Son las 3 de la mañana, me encuentro yo sentada sobre mi escritorio sin poder dormir, luego de haber tenido uno de los sueños más magníficos de mi vida. Al despertar, decidí ir pon una lapicera y un papel para apuntar todo lo soñado, cuya escritura será a honores de mi escritor modelo y mentor: Cervantes.
A mitad del camino de la vida me encontraba perdida en una isla desierta, cuyos únicos seres vivos que me acompañaban en dicho lugar eran animales salvajes y despiadados. Anduve perdida en esa isla por cuatro años. Los seres eran salvajes, se comían unos a otros no había fraternidad entre los mismos. Estaba en medio de una gran guerra en donde yo era un combatiente más.
Aprendí a convivir con ellos y a sobrevivir a las condiciones del lugar. Trataba de mantenerme ocupada siempre en algo, para no recordar la inmensa soledad que en mi pecho latía con intensidad.
Los días transcurrían muy lentamente, me preguntaba si algún día encontraría el modo de salir de esa isla, ese lugar tan lleno de nada. Sin embargo, comencé a recorrer cada vez más y a descubrir nuevas cosas. Comencé a explorar.
Cada día descubría lugares nuevos que no conocía, un día luego de recorrer toda la isla explorando y descubriendo, observé que, a lo lejos, después de una gran montaña, se visualizaba una caverna que poseía un orificio al interior de la tierra, me asomé cuidadosamente y vi que parecía ser un pasadizo secreto.
Al visualizar la caverna, me acordé de uno de las tantas aventuras vividas por el magnífico Don Quijote de la mancha y su escudero Sancho: la cueva de Montessinos; fue entonces que creí que esa ventura la emprendería yo, pero sin escudero.
En ese momento pensé que quizás se trataba de la única salida. Tomé la decisión de adentrarme en esa enorme caverna, que parecía no tener fin; busqué alimentos y agua y decidí emprender el viaje.
Al día siguiente, comencé el viaje a la cueva; en el trecho de entrada tenía un cartel que decía: “Por mí se llega a la ciudad de la felicidad, por mí se llega al éxito”
Luego de leer este letrero, entendí que esta puerta me llevaría a ese lugar tan deseado por mí que era el éxito y la felicidad. Seguí caminando cuando de pronto llego a un gran lago, cuya agua era de color azul y transparente; pensé en saciar mi sed y luego seguir; pero de ponto oí que desde las aguas salían voces, ¡quién eres y qué haces aquí! ¡una intrusa! En ese entonces me asusté mucho y decidí regresar por la puerta que había entrado.
Corrí hasta la puerta, pero ya no la encontré, no estaba, había desaparecido como arte de magia, comencé a golpear las paredes de la cueva para ver si la encontraba; en eso oí risas y burlas ¡Que ingenua! ¡Sigue buscando!
Luego, escuche que alguien me llamaba por mi nombre, su voz parecía muy amable; cuando voltee a ver quién me llamaba vi a Odiseo, cuyo rostro resplandecía honor y valentía; vestido con una túnica de color blanco y consigo llevaba un gran bastón de madera, en la punta poseía un diamante de color azul.
Sorprendida pregunté: - ¿Odiseo sos vos? El respondió: - Soy yo el mismo; el que ha sobrevivido 20 años fuera de Ítaca, 10 en la guerra de Troya y otros 10 en esta espantosa isla-; entonces le pregunté cómo había conseguido salir de la isla y él respondió: - Hay varias formas de salir, pero todas son muy desafiantes y requieren de mucho conocimiento y astucia, debido a que el camino está plagado de trampas y pruebas, que deberás superar, de lo contrario aquí te quedarás atrapada como las almas en pena que en ese lago se lamentan.
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