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Mente Y Conducta


Enviado por   •  28 de Febrero de 2014  •  5.033 Palabras (21 Páginas)  •  338 Visitas

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Es muy distinto actuar desde nuestra esencia, que hacerlo desde lo que pensamos que somos, quisiéramos o nos imponen que deberíamos ser. Actuar desde nuestra esencia es actuar fluidamente como una unidad de alma, cuerpo, emociones, inteligencia..., mientras que actuar desde nuestras creencias es hacerlo desde alguno o algunos de los aspectos que nos integran. Es actuar sobre la base de reglas, prejuicios, expectativas, intereses…, que con frecuencia no coinciden con lo que en realidad es nuestra naturaleza. Actuar desde nuestra esencia no tiene nada que ver con la importancia intelectual que nos asignamos, con nuestra propia imagen, con nuestro egoísmo, con nuestra manera de pensar, con los condicionamientos sociales, con las formalidades... No. Es un actuar con amplitud de visión, sabiendo que estamos haciendo lo justo, lo correcto. No hay juicio, hay aceptación, un saber que actuar de cierto modo es lo justo. En este sentido, no tratamos de cambiarnos ni de cambiar a los demás según nuestras creencias. Hay respeto. En lugar de obligar a los demás a hacer algo, los invitamos a que vean por sí mismos qué ocurriría si actuaran de manera diferente, qué ocurriría si se atrevieran a ver el mundo de otra forma, si pensaran de otro manera. Al actuar desde nuestras esencias no tenemos motivos para sentir miedo, y como no lo sentimos, no ocupamos nuestro tiempo y energía en filtrar nuestra relación a través de ideas, creencias, reglas, normas, críticas, control, defensas...Nuestras mentes dejan de ocuparse de trivialidades. Al actuar sin temor, actuamos con seguridad en armonía con el Universo y no nos afanamos en demostrar nada. Hacemos lo que hay que hacer, lo que nos dice nuestra naturaleza, nuestro auténtico Yo porque es lo justo. Entonces, dejamos de mentirnos, de engañarnos, de compararnos..., no porque ello sea malo, sino porque sabemos que al mentirnos, engañarnos, compararnos… dejamos de fluir y nos volvemos rígidos y poco asertivos. Actuar desde nuestro Yo superior, sin interposiciones, sin velos, exige saber qué es el conocimiento, cómo conocemos, cómo elaboramos los conocimientos, cuál es su significado, su utilidad, su valor, pues de otro modo y sin saberlo, podríamos estar desarrollando un mundo de ilusiones sobre lo que somos y es nuestro mundo. Implica observarnos con seriedad, prestar mucha atención a cómo pensamos y actuamos sin mentirnos. La psicología nos ayuda a conocernos, tanto en el sentido de lo que somos en esencia como en el sentido de ayudarnos a descubrir todos los velos que interponemos entre nuestra esencia y nuestra conducta, sin embargo, también debemos ser consientes de cómo los psicólogos como seres humanos que son elaboran los conocimientos, qué entienden por conocimientos, qué uso le dan, cuál es su vinculación con la vida social, política, religiosa..., pues sin esos parámetros la psicología se convierte en dogma. Al conocernos auténticamente podremos entender qué quería decir San Pablo al afirmar: “Sois como dioses”.

¿Conocerse a sí mismo?

Usted podría decirme que ya se conoce a sí mismo y que no necesita tomarse el trabajo de seguir ahondando en ello. Eso es lo que típicamente dice una persona que considera que vive su vida más o menos bien, tranquila, con problemas menores…, o que no quiere ver su situación. Se dirá, entonces:“ Siendo así, ¿para qué quiero indagar más?”.Suele ser en tiempos de crisis cuando las personas se “revisan a sí mismas”. Pero ¿se revisan verdaderamente o revisan sólo aquellos aspectos mínimos indispensables para disminuir su angustia? La “certeza”, la “sensación” de conocernos es muy fuerte. Día a día mantenemos las mismas rutinas, reaccionamos de las mismas maneras, manifestamos las mismas actitudes, reforzamos más nuestra manera de pensar, percibir y sentir el mundo y a nosotros mismos…; de modo que solemos hacerla siguiente deducción: “Si, según me recuerdo a mí mismo, me parezco al que fui ayer, antes de ayer y así retrospectivamente, debe ser que ese soy yo, que yo soy así, por lo tanto, me conozco y quizá no tenga remedio, así seré siempre”. Pero en realidad: “¿No será que nos convertimos en lo que nos empeñamos en recordar, en aquello que creemos ser, quizá para tener una sensación de estabilidad y seguridad psicológica?”.

Una aproximación al concepto de conocimiento.

Si usted o yo vamos a emprender el camino de conocernos, es necesario que nos preguntemos ¿qué es el conocimiento?, que nos preguntemos: ¿Qué es conocer? ¿Cómo estamos conociendo en la actualidad? ¿Hay maneras de conocer distintas a las planteadas por el método científico? ¿Hay formas válidas de conocer?...Voy a tratar de dar una definición aproximada del conocimiento. Y digo voy a tratar, porque para nosotros los seres humanos, el conocimiento es, sobre todo, un enigma. No es un ente, un algo, un objeto concreto fácil de observar y manipular. Como dice Mario Bunge (1981), no hay una entidad que podamos considerar como el conocimiento en sí mismo. Es por ello que se suele hablar de los conocimientos.

A pesar de que “sabemos” que existe, que es uno con nosotros, lo utilizamos y es un “algo” muy importante en nuestras vidas, es muy difícil definir porque es imposible hallar en la naturaleza o en nuestro interior una entidad material y concreta a la cual podamos identificar y llamar “conocimiento”. En realidad, al hablar del conocimiento estamos sustantivando al verbo conocer de igual modo que lo hacemos con el verbo amar y la palabra amor. Como señala Edgar Morin (1989b) «Nuestro conocimiento, aunque es algo muy íntimo y familiar en nuestro interior, se convierte en algo extraño apenas intentamos conocerlo» (p. 15).No obstante lo anterior, una aproximación al concepto de conocimiento podría ser: “El conocimiento es un proceso activo en el cual interviene nuestra conciencia, la cual, sobre la base de la forma como nos hemos programado para pensar y sobre el espejo o trasfondo de nuestra memoria, damos forma a la información que recibimos a través de nuestros sentidos, convirtiéndola en algo significativo según nuestros valores”.

La tarea de conocerse.

Conócete a ti mismo y no dejes que la pasión se apodere de tu alma José Antonio Marina No podemos ser tan ingenuos y creer que para conocer y conocernos sólo bastan nuestros sentidos y la manera como hemos aprendido a ver y a pensar. No somos capaces de vivir el aquí y el ahora inmediatos. Siempre transcurre un micro intervalo de tiempo entre lo que captamos a través de nuestros sentidos y la sensación de estar viviendo el aquí y el ahora. Durante ese micro intervalo de tiempo toda la información que hemos captado a través de nuestros sentidos es contrastada con los contenidos de nuestra memoria y elaborada a partir

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