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Metacognicion


Enviado por   •  24 de Junio de 2015  •  3.204 Palabras (13 Páginas)  •  483 Visitas

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METACOGNICIÒN

Cada vez se observa más la necesidad de que los procesos de la educación se tienen que orientar a fomentar habilidades de pensamiento en el alumnado, es decir, a aprender a pensar por él mismo, y no tanto a acumular conocimientos. Consecuentemente, si en la clase predominan los contenidos sobre la madurez intelectual de la persona, es fácil que los alumnos acudan a métodos deficientes e inmaduros que acaban siendo poco eficaces a largo plazo, aunque puedan parecer suficientes para el momento. Simon y Bjork (2001) aseguran en un estudio realizado que un estímulo que interrumpa momentáneamente la práctica facilita a las personas el hecho de poder estimar si han aprendido bien las habilidades que han desarrollado (metacognición), y para poder aprender una habilidad lo bastante bien como para sobresalir en un determinado trabajo o actividad, el adiestramiento debe estructurarse de forma que asegure el aprendizaje a largo plazo.

El uso de habilidades metacognitivas nos permite obtener la información que necesitamos, ser conscientes de nuestros pasos durante el proceso de solución de problemas y evaluar la productividad de nuestro propio pensamiento (Acedo, 2003 en línea). Por otra parte, la metacognición está desarrollada en un organismo que piensa mucho y que es susceptible de cometer errores cuando piensa, por lo cual necesita poseer algún tipo de mecanismo que le permita regular estos errores. Finalmente, la metacognición permite planear de antemano y tomar decisiones fundadas en lo que respecta a la vida del hombre en general.

La palabra metacognición etimológicamente fue entendida como un conocimiento más allá de su propio conocimiento, si bien generalmente expresamos como metacognición el conocimiento referido a las variables y los procesos cognitivos que intervienen en el conocimiento y en nuestra representación particular de los hechos que suceden a nuestro alrededor.

Hay que señalar que, en el contexto de la metacognición, el término cognición se puede referir a cualquier operación mental: memorización, atención, percepción, comprensión, comunicación, etc.; por lo tanto, la metacognición es el conocimiento que tenemos de todas estas operaciones.

La metacognición es la que determina el control de nuestra actividad mental y la autorregulación de las facultades cognitivas que hacen posible el aprendizaje humano y la planificación de nuestra actuación inteligente. La metacognición implica el conocimiento de las cogniciones y la regulación de la actividad mental, la cual exige: a) planificar la actividad antes de enfrentarse con un problema, b) observar la eficacia de la actividad iniciada, y c) comprobar los resultados.

Como conclusión, podemos afirmar que la noción de metacognición ha estado implícita en la bibliografía sobre aprendizaje desde hace algún tiempo. Una explicación muy conocida es la de la diferencia existente entre aprender y aprender a aprender. No obstante, hasta hace muy poco tiempo, el tipo de conocimiento y de habilidades que actualmente se incluyen dentro del término metacognición muy raramente constituyeron objetivos explícitos del entrenamiento. El hecho de que la gente aprendiera no sólo lo que se le enseñaba, sino también algo que hace referencia al proceso mismo de aprender, constituyó un descubrimiento muy interesante al que se le ha prestado una atención considerable, pero sólo últimamente los investigadores han empezado a aislar una clase de habilidades que podrían ser consideradas metacognitivas y dignas de ser enseñadas de una manera explícita.

Por otra parte, desde hace ya algunos años se han puesto de moda las expresiones «aprender a aprender» y «enseñar a pensar». Sobre todo, se han hecho muy familiares entre las personas que trabajan en el ámbito de la enseñanza, pero el desconcierto aparece cuando es necesario traducir esto a la práctica, ya que se da por supuesto que los alumnos van a clase para aprender, pero se olvida que también tienen que aprender a aprender. Desde la óptica cognitiva se plantea qué quiere decir «enseñar a aprender a pensar», la cual cosa presupone una transformación y, en según qué circunstancias, una modificación de los esquemas que tienen los alumnos. Así, se aportan sistemas nuevos de enseñamiento y de adecuación de esquemas nuevos a los procesos de aprendizaje, lo que representa un planteamiento de estrategias nuevas, el fomento de habilidades de pensamiento (resolución de problemas, procesos de análisis-síntesis…), etc. No interesa sólo que el alumnado sepa más, sino que entienda más los conceptos y sea capaz de aplicar el conocimiento a una nueva situación.

Son muchas las pruebas de que las habilidades del pensamiento de alto nivel se pueden mejorar mediante entrenamiento y no hay ninguna prueba concluyente para suponer que estas habilidades surjan automáticamente como resultado del desarrollo o la madurez. No obstante, el uso de estrategias metacognitivas está relacionado con el proceso de madurez intelectual del individuo, ya que conocer y reflexionar sobre los propios procesos mentales y buscar estrategias remediales ante las dificultades comprensivas, exige una autonomía de pensamiento propia del pensamiento abstracto.

En esta misma línea, Peverly et al. (2002) apuntan que el control metacognitivo es superior en los alumnos más mayores que en los más jóvenes. Así, el objetivo de enseñar las habilidades del pensamiento no se tendría que considerar como algo opuesto a enseñar el contenido convencional, sino como un complemento de éste.

Por otra parte, muy pocas personas consiguen acercarse al potencial pleno del potencial que tienen. Las habilidades del pensamiento se pueden enseñar, practicar y aprender, si bien esto no quiere decir que el potencial intelectual no tenga nada de innato, ni que todas las personas puedan desarrollar el mismo grado de competencia intelectual sólo dándoles la misma experiencia de entrenamiento. No obstante, posiblemente la mayoría de las personas tienen un potencial como para desarrollar unas habilidades de pensamiento mucho más eficaces que las que tienen. También la disparidad existente entre este potencial y la parte de él que se actualiza es generalmente tan grande que la cuestión de las diferencias de base genética es, en la mayoría de los casos, de una importancia más bien secundaria.

Finalmente, Feuerstein (1988 y 1993) apunta que si se considera la modificabilidad como una característica de la inteligencia del hombre, es importante hacer al hombre inteligente, flexible y autoplástico. La importancia de enseñar a pensar en la escuela A pesar de que algunas escuelas ya hace años que enseñan a sus alumnos estrategias y sistemas para aprender más bien lo que estudian, la investigación rigurosa del tema y de sus consecuencias reales sobre

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