Neuropsicología Del Desarrollo
Enviado por mir30 • 8 de Abril de 2014 • 1.151 Palabras (5 Páginas) • 239 Visitas
Empatía, cognición social y trastornos del espectro autista.
La Empatía es un término que viene del griego (emptheia, ‘sinceridad’ o ‘sentimiento’). Lo usaron originalmente médicos alemanes, como Titcheneren (Einfuhlung), quien la definió como proyectar en uno mismo lo que se observa.
La empatía es un componente esencial para la experiencia emocional y la interacción social, y denota una respuesta afectiva a estados mentales directamente percibidos, imaginados o de sentimientos inferidos por otra persona. Ocurre cuando la observación o imaginación de estados afectivos en otros induce estados compartidos en el observador, lo que nos permite ponernos en la piel del otro’. A través de ella podemos comprender los estados emocionales, y nos permite no sólo comunicar e interactuar con otros en aspectos afectivos y placenteros, sino, también, predecir acciones, intenciones y sentimientos de otros. Esta motivación genera una verdadera conducta prosocial. Se ha considerado a la empatía sinónimo de contagio emocional, mimetización, simpatía, compasión e interés empático, aunque todos son necesarios para que se dé la empatía, ninguno de ellos representa lo mismo.
El contagio emocional (procede de la empatía), es la tendencia a tomar las emociones de otras personas, también llamado el “contagio emocional” tomando de forma involuntaria las emociones de otros.
Harrison et al. demostraron el contagio pupilar involuntario en resonancia magnética funcional (RMf). En personas que eran expuestas a ver fotos de caras tristes con varios tamaños de pupilas, comprobaron que las pupilas se ponían más pequeñas al observar caras tristes con pequeño tamaño pupilar que pupilas de mayor tamaño, lo que coincidía con una mayor activación del núcleo de Edinger- Wesphal.
El núcleo de Edinger-Wesphal es el encargado del control pupilar. Esta estructura subcortical se activó sin tener conciencia de la situación. Por lo tanto, esto se puede considerar un precursor somático de la empatía.
La mimetización (procede de la empatía), es una tendencia a sincronizar expresiones afectivas, vocalizaciones o posturas de otras personas. Es un fenómeno automático que facilita compartir y entender las emociones del otro.
Es importante distinguir entre la simpatía, la compasión y el interés empático (consecuencias de la empatía). Todas generan cambios afectivos en el observador en respuesta a la percepción o imaginación del estado afectivo de la otra persona. La diferencia radica en que la empatía comprende sentimientos isomórficos con los de la otra persona, mientras que los otros no necesariamente implican sentimientos compartidos. Empatía sentir ‘con’. Simpatía, compasión y interés empático sentir ‘por’.
Las personas con TEA padecen dificultades en la percepción de caras y emociones generaría la imposibilidad de inferir segundas intenciones, comprender miradas, deseos y conductas de los otros, la denominada ceguera mental o ausencia de la teoría de la mente, lo que afecta gravemente la conducta social.
En definitiva, no reconocer las emociones, sumado a la imposibilidad de ‘corporizar’ el sentimiento (sentir en uno mismo), generará una pobre cognición social, que afectará nuestras habilidades sociales por dificultades en el desarrollo de la empatía. Esto nos permite comprender la teoría del déficit en la empatización en las personas con TEA.
Entre las bases neurobiológicas de la empatía se encuentran la amígdala (Diversos autores han comunicado, en personas con TEA, déficits en el reconocimiento facial, en la detección de expresión de emoción, en la mirada egocéntrica y en la lectura de los ojos. Todos estos hallazgos están relacionados con disfunciones de la amígdala.), el sistema límbico y la ínsula anterior junto con la corteza cingulada caudal anterior o corteza cingulada media.
Sistema
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