Niños De La Calle
Enviado por A1B2C3D4F5 • 24 de Febrero de 2013 • 2.630 Palabras (11 Páginas) • 368 Visitas
Normalmente son los niños que viven en las calles de una ciudad, privados de atención familiar y protección de un adulto. Los niños de la calle viven en edificios abandonados, cajas de cartón, aparcamientos, estaciones en desuso o en cualquier rincón donde puedan dormir sin ser agredidos ni descubiertos por la policía. Es difícil encontrar una definición precisa que pueda definir la enorme variedad de circunstancias en las que estos niños de la calle viven día a día. Sus condiciones son muy heterogéneas, desde niños que pasan todo el día en la calle y duermen en casa, con unos padres poco capacitados para atenderle adecuadamente; a jóvenes totalmente independientes que establecen sus propios grupos sociales, o comunidades de drogadictos dedicados al robo. De cualquier modo, la UNICEF ha establecido dos categorías definitorias de este término:
• Son aquellos que están relacionados con algún tipo de actividad económica, que va desde la mendicidad a la venta modesta. La mayoría de ellos vuelven a casa de pujan petal al final del día y contribuyen con sus ingresos a la economía familiar. Ocasionalmente pueden asistir a la escuela y normalmente mantienen cierto sentido de comunidad familiar. Debido a la precariedad de la situación económica familiar, estos niños pueden verse eventualmente empujados a una estancia más permanente en la calle.
• También son aquellos que realmente viven en la calle, fuera de un medio familiar convencional. Los lazos familiares pueden existir todavía, pero son mantenidos sólo ocasional o involuntariamente.
• Las estadísticas de las Naciones Unidas dicen que América Latina los niños de la calle sus edades oscilan entre 8 y los 17 años. Las niñas constituyen aproximadamente un 10 y 15%, ya que tienen más posibilidades de elaborar estrategias alternativas (cuidados de hermanos menores, trabajo doméstico, prostitución.)
La pobreza en América Latina produce muerte, enfermedades evitables, causadas por las falencias, ausencia de sistemas sanitarios y educativos, el abandono y la falta de hogar.
La pobreza y el desempleo de los adultos es fuente de desesperanza, complicando las relaciones entre padres e hijos y creando situaciones límite en la configuración familiar. Se intenta responsabilizar a los padres sin conciencia, pero si existe esa calidad de padres, por lo general soportan la misma marginación que sus hijos. Dice acerca de esto el padre Cajade: "La realidad de los chicos en riesgo es consecuencias de problemáticas que empiezan en sus familias. Cuando decís que a los chicos de Argentina les faltan sus derechos, estas diciendo que le están faltando los derechos a los padres de los chicos. En la medida que aumenta la franja de exclusión de los padres esto se reproduce sobre la niñez."(Diario Hoy, 25/4/99)
Aún cuando la problemática de los niños de la calle aparece ante la sociedad como un hecho crítico en aumento, su cuantificación resulta dificultosa. Ello se debe a que los mismos niños en general deambulan de un lado al otro de la ciudad y al hecho de que gran cantidad de niños van al centro de las ciudades en calidad de trabajadores, solos o con sus progenitores, distorsionando la evaluación de su situación.
A partir de datos obtenidos por UNICEF, tomados de informantes clave, en el año 1991, se puede estimar en todo el país que habría alrededor 24.000 niños que trabajan en las calles y 6.000 niños que viven en la calle, es decir sin vínculos familiares o con vínculos débiles. La gran mayoría (80%) son varones y su distribución etárea es la siguiente: 15% son menores de 8 años de edad, 50% tienen entre 8 a 14 años y 35% entre 15 y 18.
Un elevado número de estos niños y adolescentes ya ha pasado por algún nivel de judicialización, presentando algunos un ciclo policía-juzgado-instituto-calle, proceso que los va deteriorando aún más.
Según estimaciones realizadas por INDEC/CELADE, la tasa de actividad de los niños entre 10 y 14 años pasó de 8% en 1960 a 6,6% en 1980. En este último año, las tasas de los varones (8,3%) y del área rural (11,8%) fueron las más altas.
En cuanto a la situación de las niñas, su inserción laboral tiende a ser subestimada ya que las que están a cargo de las tareas domésticas, no son consideradas como trabajadoras ni están remuneradas, lo que dificulta su relevamiento.
Una investigación realizada en 1987, utilizó un cuestionario con preguntas adicionales a las habituales con el objetivo de mejorar la captación de la extensión del trabajo infantil (6 a 14 años). Al mismo tiempo, permitió conocer algunas relaciones del trabajo infantil. Aquí también se confirmó que la tasa de actividad de los pobres (3,6%) es superior a la de los no-pobres (1,5%). Asimismo, la actividad laboral aumenta con la edad y la pobreza: mientras 6,8% de los niños pobres de 11-14 años trabajan, ese porcentaje desciende a 1,2% entre los niños pobres de 6 a 10 años. Por otro lado, los resultados indicaron que los niños trabajadores pobres realizan sus actividades laborales fundamentalmente como cuenta propia o empleado doméstico, y a medida que disminuye el nivel de pobreza, predominan las actividades de "ayuda familiar" o asalariadas. O sea, los niños de familias más pobres realizan los trabajos más marginales.
El lugar marginal y la poca solución que les da la sociedad les permite(o les obliga) a elaborar estrategias de urgencia que les proporcionan algún recurso económico(limpieza de parabrisas, venta de estampitas, robo) A las cuales el imaginario social1 llama trabajo infantil, pero que en realidad no pueden llamarse trabajo, ya que son solo actividades destinadas a la supervivencia.
Hoy podemos pensar a estos niños de la calle como un excluido más del mercado.
La consistencia imaginaria de la infancia(niñez como inocencia, fragilidad y docilidad) concebida en el mundo burgués persiste hoy, y por lo tanto hay un desacople entre este discurso y lo que ocurre en la realidad, ya que ha habido un cambio histórico, ya sea desde los modelos de acumulación, como en el mundo del trabajo, la heterogeneidad de la pobreza, la vida cotidiana, etc.
Los niños pobres, la marginalidad en que están subsumidos, los chicos de la calle, y las situaciones violentas que ellos mismos protagonizan son un síntoma del agotamiento de las instituciones que forjaron la infancia, la escuela, la familia, el juzgado de menores, las instituciones de asistencia a la familia, por lo cual estas ya no producen su objeto: la infancia.
Los chicos en y de la calle son un síntoma social principalmente de la falta de trabajo que ha pasado a ser en la sociedad actual un bien escaso y precario.
Históricamente, los chicos que trabajaban cuando el trabajo requería tomar a todos los adultos
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