ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

PERSONALIDAD POSITIVA


Enviado por   •  16 de Junio de 2015  •  1.880 Palabras (8 Páginas)  •  283 Visitas

Página 1 de 8

PERSONALIDAD POSITIVA Y SALUD

Introducción.

Los conceptos de personalidad y salud han sufrido una evolución en sus definiciones y aproximaciones teórico prácticas que tienen gran importancia en el estudio de la relación entre ambos. En el presente trabajo se plantea un “modelo procesual de personalidad positiva” desde una perspectiva salutogénica, considerando la salud como variable dinámica que incluye los planos individual, laboral, social y ecológico de la persona. Se propone y defiende una perspectiva transaccional así como un papel del individuo activo ante su propia salud. De este enfoque se derivan consecuencias a tener en cuenta en posibles programas de prevención y promoción de la salud.

Personalidad y Salud: evolución de ambos conceptos.

Afrontar la relación existente entre personalidad y salud implica, en primer lugar, conocer el concepto explicativo del que se parte para cada uno de esos términos, ya que ambos poseen múltiples definiciones y un largo bagaje teórico y de investigación a sus espaldas. Un segundo componente esencial para su estudio será el establecimiento de la dirección que se establezca en la relación existente entre ambas dimensiones.

Tradicionalmente, LA PERSONALIDAD ha representado las características estructurales y dinámicas de los individuos que se reflejan en respuestas más o menos específicas en diferentes situaciones. Estas propiedades permanentes han dado origen a numerosos enfoques en relación con rasgos y tipos de personalidad y desarrollos teóricos y empíricos que las relacionan con variables más o menos implicadas en procesos de ausencia de bienestar, como por ejemplo del Síndrome de Burnout o de Desgaste Profesional (burnout y patrón conductual tipo A Nowack, 1986; Nagy y Davis, 1985 o rasgos de personalidad y burnout Cebriá y cols., 2001).

Sin embargo, si lo que nos interesa es encontrar una línea de trabajo teórico-práctica que de origen a aplicaciones preventivas e interventivas sobre la salud, no podemos limitarnos a elaborar un listado de características individuales o rasgos de la persona más o menos permanentes. Lo que nos puede facilitar un enfoque activo es la concepción de la personalidad como proceso y la formulación de los mecanismos que definen el desarrollo del individuo. De forma diferente al enfoque adoptado por los modelos estructurales de la personalidad, más descriptivos que explicativos y sobre todo más pasivos, esta concepción procesual permite insistir en la interacción de la persona con las variables ambientales y sociales que la rodean y que pueden tornarse saludables o no y actuar como moduladoras que hagan al sujeto más vulnerable o más resistente a las situaciones de riesgo para la salud. Esta concepción activa, supone, que las personas responden de manera diferente ante unos mismos estresores o circunstancias adversas en sus vidas sin que necesariamente existan respuestas estereotipadas (Bloch, 1977; Cichon y Koff, 1980; Huber, Gable e Iwanichi, 1990; Mayor, 1987).

En cuanto al concepto de SALUD, resulta clara la poca utilidad de su definición como “ausencia de enfermedad”. Esta definición negativa es poco operativa al obligarnos a diferenciar entre lo “normal” y lo “patológico” (diferencia que no siempre es posible y que está afectada por el concepto de normalidad variable con el tiempo). Además la principal crítica metodológica a esa definición es la implicación operativa que plantea el evaluar síntomas de enfermedad para concluir sobre la salud. Por ello en 1946, la Carta Magna o Carta Constitucional de la Organización Mundial de la Salud, definía la salud como “El estado completo de bienestar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades”.

Esta concepción, aunque no exenta de críticas, suponía por primera vez una perspectiva positiva, en la que salud equivale a bienestar y también por primera vez se unifican las áreas física, mental y social. En su momento la definición marcó un hito que posteriormente se ha ido desarrollando al complementar algunos aspectos que dejaba olvidados: en ocasiones equiparar salud y bienestar no es del todo exacto, plantea un concepto estático que olvida el dinamismo de la salud (hay distintos grados de salud y distintos grados de enfermedad) y se trata más de una utopía que de una realidad ya que el bienestar absoluto físico, mental y social es probablemente algo más utópico que realmente alcanzable.

Sin embargo, gracias a esta perspectiva positiva que surge de la concepción ideal, se parte ahora de definiciones más operativas que presuponen la salud como “una facultad de adaptación humana al medio ambiente, de ajuste del organismo a su medio”. Es más, se ha desarrollado una concepción holística de salud en la que se asume que el individuo busca, no solamente no estar enfermo, sino además encontrar un sentido de felicidad y bienestar que está relacionado con otros factores tales como la familia, la educación y la calidad de vida en general. Desde esta perspectiva, la salud se formula como un evento multicausal en el que participan condiciones biológicas, psicológicas, sociales, ambientales, culturales y ecológicas.

Algunos trabajos pioneros de esta nueva concepción desde el ámbito médico son los desarrollados por Blum (1981) sobre planificación para la salud en los que propone ir más allá de la acción curativa en el sistema sanitario e introduce conceptos que luego han sido fundamentales en la promoción de la salud como la acción intersectorial, la participación y el desarrollo comunitario (Alvarez-Dardet, En red).

Modelos teóricos y aproximaciones empíricas a la relación entre personalidad y salud.

Tradicionalmente ha existido por parte de la comunidad científica un intento de relacionar ambos conceptos, personalidad y salud, desde diferentes perspectivas y modelos teóricos que podrían agruparse en tres grandes categorías.

I. PERSONALIDAD Y ESTADO FÍSICO DE ENFERMEDAD/SALUD:

La relación entre personalidad y estados psicológicos, biológicos y neurológicos del individuo ha dado lugar a diferentes aproximaciones al estado de salud que establecen, por ejemplo, correlaciones del mismo con la actividad cardiovascular

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (12 Kb)
Leer 7 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com