PSICOBIOLOGÍA CEREBRAL

PROBLEMA DE LA INVESTIGACIÓN

El alto índice de deserción universitaria de jóvenes entre los 18 y 25 años por bajo rendimiento académico.

PREGUNTA DE INVESTIGACIÓN

¿Cómo la inteligencia emocional afecta los procesos de formación académica en jóvenes universitarios entre los 18 y 25 años?

MARCO TEÓRICO

En la actualidad los grupos sociales se determinan por las relaciones que se mantienen entre los diferentes individuos que la conforman, estas relaciones están ligadas a la forma en que cada sujeto percibe, siente y se integra al mundo que lo rodea, esta capacidad de percibir, valorar y expresar emociones, propias y ajenas, reflejada en el concepto de Inteligencia Emocional tiene una alto impacto en los logros personales y profesionales, por ello, se ha convertido en un tópico que ha despertado el interés de los diferentes círculos de estudio, tanto de académicos como de profesionales, en este punto y ante la relevancia que empieza a tomar cada vez con mayor frecuencia es entonces donde nos aproximamos al concepto de la inteligencia emocional como una característica del ser humano por la cual tiene control sobre sus sentimientos y emociones y estos ayudan a equilibrar su diario vivir, enfrentándose a un mundo que cada momento supone situaciones que no pueden ser controladas pero que no por ello podamos evadirlas, por el contrario estas son tan cercanas que desde un punto de vista psicológico y sociológico se convierten en situaciones de riesgo para el normal desarrollo social y personal de los individuos como partes de una comunidad.

Según los círculos académicos de psicología se entiende por Inteligencia Emocional (IE) como la capacidad por medio de la cual reconocemos, comprendemos y manejamos nuestras propias emociones al tiempo que influimos en las emociones de los demás. (Psicoactiva, s.f.), es decir, la inteligencia emocional es el mecanismo base mediante el cual los individuos mantienen relaciones sociales con un pleno conocimiento de sus emociones y un reconocimiento de las emociones del otro, podríamos determinar entonces que un correcto manejo de la inteligencia emocional nos permitiría sostener con gran estabilidad diversos vínculos de carácter social sin que ello afecte nuestro desarrollo emocional, personal, familiar, laboral, etc.

Pero el término de Inteligencia Emocional no es algo nuevo, ya desde la década de 1920 el psicólogo y pedagogo estadounidense Edward Thorndike introduce el concepto de “inteligencia social” como la capacidad de llevarse bien con otras personas. (THORNDIKE, 1920). Más tarde en la década de los 90’s la Inteligencia Emocional empezaba a mostrar un papel preponderante en el estudio del desarrollo individual y social de los seres humanos, y se entendía como una extensión de la inteligencia que desde tiempo atrás se venía estudiando en el campo de la psicología por innumerables profesionales de diferentes áreas del conocimiento; por ese entonces fueron los investigadores Peter Salovey y John D. Mayer los que profundizaron en este tópico de la inteligencia y en 1990 en uno de sus artículos más influyentes llamado “Inteligencia Emocional” la definieron como “el subconjunto de la inteligencia social que implica la capacidad de monitorizar los sentimientos y emociones propios y de los demás, de discriminar entre ellos y utilizar esta información para guiar el pensamiento de uno y acciones” (MAYER & SALOVEY, Inteligencia Emocional, 1990)

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