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Pedofilia


Enviado por   •  16 de Mayo de 2015  •  1.757 Palabras (8 Páginas)  •  181 Visitas

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¿Qué ocurre en la mente de un pedófilo?

¿Qué ocurre en la mente de un individuo para que se excite tocando a un menor? Los expertos no han dado aún con una respuesta clara para explicar esta patología, la pedofilia. Apuntan hipótesis: experiencias nocivas en la adolescencia o el hecho de haber sufrido abusos en el pasado pueden conducir al adulto por la senda del delito. Los pedófilos sienten un impulso irrefrenable y saltan de la fantasía a la realidad. Y aunque Internet, con sus comunidades virtuales y foros, les ha dado alas, según los expertos, son pocos. La mayoría de abusos a críos se dan en casa. Lo que añade el incesto. Una fuerte depresión, el fracaso en las relaciones personales o la ingesta de alcohol pueden desinhibir a un individuo para que acabe abusando de su hija, nieta o sobrina. Con a, porque la mayoría de víctimas son niñas.

Los pedófilos son pocos; la mayoría de abusos se da en el seno del hogar

Carencias afectivas pueden llevar a los adultos a buscar cariño en los niños

Los pederastas buscan trabajos que les permitan estar cerca de menores

Internet puede reforzar su idea de que lo que hacen es aceptable

Gums and Friends. Es decir, Chicles y Amigos. Es el nombre con el que José A. P. bautizó su tienda de golosinas, en el apacible paseo de Vilanova (Barcelona), que da al puerto. El local sigue abierto, pero José ya no despacha a nadie. Está en la cárcel por supuestos abusos a dos niñas. Las víctimas son hijas de dos empleadas rumanas que trabajaban para él en una panadería. El hombre, de 33 años, se ganó la confianza de las pequeñas. Con argucias, las llevaba a Gums and Friends mientras sus madres vendían pan. En el almacén, las obligaba a masturbarle.

Cometió los abusos de forma reiterada. Un patrón que se repite en casi todos los pederastas, concluyen los expertos. Su perversa estrategia le funcionó hasta que una de las niñas no quiso seguir con el juego y se lo contó a la madre, que acudió a la policía. No era la primera vez que detenían a José por ese motivo. Los pederastas, insisten los psicólogos, reinciden porque no pueden frenar sus impulsos.

José vivía con su pareja en un piso contiguo a la tienda. Pasaba por ser un hombre "cordial y simpático". Su nombre ha sido borrado del buzón con tippex. Los vecinos se preguntan si hubiera podido actuar de otro modo. Lo más probable es que no. "Hay pedófilos que se contienen porque saben el daño que causan, o porque temen a la policía. Pero la mayoría acaban delinquiendo", opina Enrique Echeburúa, catedrático de Psicología Clínica en la Universidad del País Vasco, que recuerda que hay que distinguir entre pedofilia (un concepto clínico que indica atracción por los niños) y pederastia, que supone el delito de abusar de ellos. El primer paso de los pedófilos es consumir pornografía infantil. Más tarde contactan con sus posibles víctimas y "despliegan estrategias de seducción", sigue el experto.

La adolescencia es clave en el nacimiento de esta psicopatología. "Si el joven se excita con estímulos atípicos, como imágenes infantiles, puede acabar asociando placer sexual con niños", aclara Echeburúa. Esa hipótesis la corrobora Santiago Redondo, profesor de Psicología y Criminología de la Universidad de Barcelona: "El adolescente se inicia en el sexo pensando en niños. El problema es que reproduce esa experiencia en su imaginación".

La creencia, exaltada por el cine y la televisión, de que la víctima se convierte en verdugo, es cierta. Al menos, en parte. "Los niños de los que han abusado sufren interferencias en su desarrollo emocional. Por eso pueden tener comportamientos anómalos", indica Echeburúa. El responsable de tratamiento de la cárcel barcelonesa de Brians 2, Joan Carles Navarro, ha visitado a cientos de pederastas condenados y ha visto casos sorprendentes: "Un hombre admitió que abusaron de él a los 12 años; la misma edad que tenían sus víctimas. Entonces otro paciente se puso en pie y recordó, para su sorpresa, que también abusaron de él".

Los expertos consideran que la transformación de víctima en verdugo era más frecuente en el pasado, cuando no existía tratamiento alguno y los menores llevaban el asunto en el más absoluto secreto. Además, alertan de que puede darse el efecto contrario: el adulto ejerce una sobrevigilancia sobre el menor para evitar que él también tenga que sufrir. En todo caso, destacan los psicólogos, parece que en la pedofilia no hay factores genéticos implicados, aunque admiten que quedan terrenos por descubrir.

¿Cómo se distingue a un pedófilo? Los psicólogos sí han dado aquí con respuestas firmes, de manual. El pedófilo se muestra simpático al lado del niño; disfruta de una capacidad de atracción que le permite ganarse su confianza sin necesidad, por lo general, de usar la fuerza. El caso de Mari Luz es, en ese sentido, excepcional. Con los adultos, el pedófilo se siente incómodo. Procura rodearse de niños a través del trabajo y el tiempo libre: sacerdotes, monitores de colonias o vendedores de caramelos, entre otros. Casi todos son hombres.

Algo funciona mal en la mente de los pedófilos. Justifican su conducta. Para convencerse de que actúan bien alteran, si les conviene, su pensamiento. "Sufren distorsiones cognitivas. Se dicen a sí mismos que a los niños les gusta que les toquen, que no

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