Primer año De Vida (Rene Spitz)

En el presente texto se abordara los principales años de vida del niño, así como la relación entre la madre y el hijo; ya que a partir de esta relación se garantiza la sobrevivencia y sectores psíquicos de la personalidad del neonato. Es en este primer año de vida es cuando el neonato selecciona sonidos que le serán útiles para expresarse en su idioma. Se irá haciendo independiente del medio que lo rodea; siendo dueño de su cuerpo a través del contacto con otros cuerpos, aprende sus límites corporales y reconoce sus sensaciones; a partir de entonces sabrá dónde empieza y dónde termina su vivencia. Descubre su cuerpo y su belleza por medio de los ojos de sus padres (principalmente de la madre) y los seres que lo rodean; porque el niño, cuando es mirado con amor, aprende a amarse. Cuando es tocado con confianza y ternura, aprende a sentirse y a gozarse. Cuando es aceptado con seguridad y soltura natural, aprende a confiar en sí mismo. Disfruta, rechaza los sabores y huele sin saberlo el olor de la naturaleza y de la vida. Capta la luz y las sombras, se alegra con el sol y se asusta en la oscuridad, y descubre todos los colores con sus brillos y matices. Spitz se centra en el concepto de investidura libidinal o amor ya que es crucial para entender el desarrollo humano; y sostiene que el afecto y el amor son condiciones infaltables para el desarrollo del niño tan importantes como el alimento, la higiene o el calor, en cierto modo se puede decir que el niño no puede desarrollarse sin afecto y amor.

Privar al niño del afecto durante el transcurso del primer año de vida, es tan dañino como privarlo del afecto del placer, ambos fundamentales en la formación del aparato psíquico y de la personalidad.

Durante los primeros meses de vida, el sistema perceptual del niño se halla en un estado de transición, cambiando gradualmente ya que va respondiendo a las señales no verbales, no dirigidas y expresivas. Los signos y las señales que llegan y son percibidas por el niño en los primeros meses de vida pertenecen al equilibrio, a la tensión, a la postura, temperatura, vibración, contacto corporal, etc.; de las cuales el adulto difícilmente se percata y que no puede entender. El primer organizador es la primer sonrisa, ya que por el segundo mes de vida, el lactante es capaz de distinguir el rostro humano del resto de los objetos circundantes, dedicándole su atención entera en forma prolongada, para que durante el tercer mes, se tenga la capacidad de responder a este estímulo con una sonrisa, indicio específico de ha quedado plenamente establecido el primer organizador psíquico, colocándolo en el camino de la construcción del siguiente organizador. Sin embargo, cuando la consolidación del organizador se desvía, el desarrollo se detiene.

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