Psicoanàlisis infantil. Abordaje del caso Dick de Melanie Klein desde la perspectiva teòrica de Silvia Bleichmar.

Introducción

El presente trabajo se propone el abordaje de un caso clínico desde la perspectiva teórica y el posicionamiento clínico desarrollados por Silvia Bleichmar en el campo del psicoanálisis infantil. Para ello tomaré como material clínico el caso Dick, presentado por Melanie Klein  en su obra "Desarrollos del psicoanálisis de niños", en el capítulo "La importancia de la formación de símbolos en el desarrollo del yo" . Dick es un niño de cuatro años que Klein describe como un caso de psicosis esquizofrénica. 

A los efectos del presente escrito, se han extraído ciertos pasajes de la presentación del caso realizada por su autora que resultarán útiles para el abordaje que aquí se pretende. Creo importante entonces situar la concepción del objeto a la que adscribo y desde la cual realizaré este estudio. Siguiendo los lineamientos de Bleichmar pienso a la infancia como tiempo de estructuración del aparato psíquico, en el que tienen lugar movimientos fundacionales que implican tiempos reales, históricos, no míticos. Está implícita aquí la concepción del inconciente como no existente desde los orígenes, sino que es establecido por estos movimientos de fundación en los que la represión originaria ocupa un lugar central.  Si bien más abajo se profundizarán otros aspectos de los desarrollos teóricos de la psicoanalista argentina, consideré necesario explicitar que el recorte que se hará del caso obedece a esta concepción del objeto de estudio que nos ocupa.   

El caso  

Dick es un niño de cuatro años, hijo único cuyo cuidado ha estado a cargo de su madre, su padre, su abuela y de dos niñeras. De acuerdo a Klein, existía en Dick una "desusada inhibición del desarrollo". Presentaba al momento de la consulta un vocabulario pobre y un desarrollo intelectual que no coincidía con lo esperable para un niño de su edad. No había indicios de adaptación a la realidad ni de relaciones emocionales con su ambiente. Carecía de afecto y se mostraba indiferente a la presencia o ausencia de su madre o de su niñera. Las manifestaciones de angustia eran raras y de grado reducido.y no aparecían demostraciones de agresividad; no se quejaba, no buscaba ser consolado y parecía ser insensible al dolor. No tenía casi intereses, no jugaba y no tenía contacto con su medio. Sólo demostraba interés por los trenes, las estaciones, las puertas, cerraduras y picaportes. A los 4 años su vocabulario era pobre y escaso, en general no hablaba y se expresaba con ruidos o sonidos articulados que eran ininteligibles; cuando la madre le enseñaba palabras nuevas las repetía correctamente pero luego las alteraba completamente o las repetía automáticamente sin parar. Lo llamativo es que no demostraba interés por hacerse entender. Esto daba cuenta de que no se había desarrollado aún en él la función simbólica. En la oposición y obediencia de Dick no se advertía afecto, ni comprensión alguna.                                                                           Se podía observar además cierta torpeza física: manejaba bien la cuchara, pero no sabía usar el cuchillo, ni la tijera.                                                             Respecto a los primeros tiempos de vida de este niño, Klein destaca que su lactancia había sido insatisfactoria y perturbada: la madre había insistido durante semanas pero el niño rechazaba el pecho, a tal punto que casi murió de inanición. Cuando se le procuró una nodriza no manifestó ningún deseo de mamar. También rechazaba el biberón y, más tarde, los alimentos.                     Melanie Klein destaca que, aunque este niño recibió toda clase de cuidados, se crió en un ambiente carente de amor ya que la actitud de la madre hacia él había sido, desde el principio, de excesiva angustia; y las demás personas encargadas de su cuidado no le demostraron afecto suficiente. Se menciona un período, hacia los dos años, en el que quedó bajo los cuidados de una niñera afectuosa y logró ciertos progresos en su desarrollo: aprendió a caminar, adquirió hábitos de limpieza, comenzó a controlar esfínteres y se interesó un poco más por la comida. A los 4 años parece hacer un esfuerzo para adaptarse exteriormente, aprendió mecánicamente palabras nuevas. Pero las dificultades principales subsistieron y tampoco con esta niñera había establecido ningún contacto emocional. A los 4 años esta niñera lo descubrió practicándose la masturbación y le dijo que no debía hacer eso porque era algo malvado.

Articulación teórico-clínica

No es objeto de este trabajo retomar el análisis, las intervenciones ni las conclusiones a las que llega M. Klein respecto a este caso, sino que como ya se planteó, lo que se propone aquí es un abordaje de este material desde otra perspectiva teórico-clínica.                                                                                     Tomando como eje de este estudio el material con el que cuento, trataré de ir puntualizando qué herramientas teóricas de los desarrollos de Silvia Bleichmar podrían ser útiles para pensar este caso y permitirían un intento de respuesta a los interrogantes que más abajo plantearé. A partir de concebir el aparato psíquico como aparato en estructuración, tomaré las premisas de base propuestas por Bleichmar en La fundación de lo inconciente: "el hecho de que el inconciente no existe desde los orígenes, sino que es establecido por fundación, fundación en la cual la represión originaria tiene un lugar central"; y "que esta fundación del inconciente se estructura por relación al preconciente-conciente, vale decir que su operancia es relativa a la relación que establece con esta instancia a partir de sus diferencias de funcionamiento y de contenido." ( Bleichmar, Silvia. "La fundación de lo inconciente". Capítulo 5, página 191) Postularé como hipótesis que la inhibición del desarrollo que describe Klein y el conjunto de perturbaciones que se presentan fenoménicamente cuando abordamos el caso Dick, obedecen a un fracaso del funcionamiento psíquico que se engarza en un orden determinaciones y que se mantiene en vigencia por un tipo de dominancia estructural. (Bleichmar, S. La fundación de lo inconciente. Cap. 4, pág. 138). Desde este posicionamiento el psicoanálisis no podrá tener como meta "llegar hasta su inconciente, y disminuyendo las dificultades inconcientes, abrir el camino para el desarrollo del yo", ni liberer la fantasía trabada por la angustia para permitir una disminuciçión de la culpa, como proponía Klein (desde una concepción de un inconciente universal y existente desde los orígenes). La propuesta de Bleichmar de abandonar una cronología genetista en la constitución del psiquismo permite transformar los síntomas y trastornos en indicios de esta estructuración, y cercar los movimientos de su fundación, a partir de transformaciones estructurales del aparato psíquico infantil. Esta perspectiva, considera a lo inconciente como efecto de las relaciones sexualizantes con el semejante y recupera así la historicidad fundacional del sujeto psíquico. Esto abre nuevas perspectivas para el diagnóstico diferencial y para las intervenciones clínicas. 

...