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Psicoanálisis II- Masoquismo


Enviado por   •  6 de Octubre de 2015  •  Examen  •  2.788 Palabras (12 Páginas)  •  236 Visitas

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Facultad de Psicología y Relaciones Humanas

Lic. en Psicología

Psicoanálisis II

Parcial domiciliario

Alumna: Patrito, Ma. Victoria (viquipatrito@hotmail.com)

Profesora: Lyda Gonzalez

2014


C

on la finalidad de intentar explicar el masoquismo, se hará un recorrido por las obras de Freud, entre ellas: “De la historia de una neurosis infantil” (Caso del <>) (1918), “Pegan a un niño” (1919), “Más allá del principio de placer, Psicología de las masas y Análisis del yo” (1920-1922), “El yo y el ello” (El Problema económico del masoquismo) (1923).

En 1918 Freud publica “De la historia de una neurosis infantil (…)” y aquí pondrá énfasis en un caso en particular: en la vida de este niño cumplían un rol importante tanto las dos personas de sexo femenino que se encargaron de su cuidado (su “ñaña” y una niñera inglesa) y también su hermana.  El niño al principio se presentó como dócil y tranquilo, pero en algunas ocasiones lo encontraron totalmente diferente: irritado, violento, gritaba como un salvaje.  

         Entre estos hechos,  su hermana lo martirizaba con un libro que tenía imágenes de un lobo que lo aterrorizaba. En un primer momento del trauma de este niño, encuentra a sus padres teniendo relaciones sexuales.  Luego de esto, su hermana también lo habría querido incurrir desde muy pequeño en prácticas sexuales. Y para ese entonces, este niño ya tendría sentimientos hostiles hacia ella debido a celos por los padres.  Al no resultarle adecuada como objeto sexual, la reemplazará por su ñaña. Empezó a intentar seducirla o provocarla, jugaba con su miembro delante de ella. La ñaña lo regañó, amenazó ya que eso no estaba bien. En el Complejo de Edipo esto podría funcionar como desengaño, pero aún no lo angustiaba la posibilidad de castración.  En su encuentro con la sexualidad, el niño se vio imposibilitado y transformó esa búsqueda de satisfacción onanista por el sadismo. Aquí la causa y explicación de su irritabilidad, su atormento hacia sus niñeras, sus padres y cualquier animal. (Entonces su objeto principal era la ñaña, en una suerte de “venganza”).

También tuvo fantasías en que a él mismo le “pegaban” o “azotaban” en el pene. Aquí la fantasía se había vuelto de su sadismo hacia el fantasma masoquista. El masoquismo como la vuelta hacia la persona propia. Este momento del masoquismo se podrá describir como erógeno, dado al placer mismo de sentir dolor. Una vez que se desengaño de la ñaña, su elección de amor fue hacia su padre por identificación hacia él. Freud sostiene que todos sus ataques frente al padre eran un intento de seducción, el niño querría provocar un castigo que trae consigo satisfacción masoquista y calmaría su sentimiento de culpa.

Luego de esto hay un segundo momento clave del trauma, donde el niño sueña con lobos y re significa la primera imagen traumática. En su sueño se asocian imágenes que tienen que ver con la castración, todo aquello que representaba un corte y le hacía acordar a la amenaza de su ñaña.

 

Se podrán hacer visibles las diferentes manifestaciones del masoquismo, comenzando por  1919 cuando Freud ubica rasgos del masoquismo, primero, en  la fantasía “pegan a un niño”. Muchos de sus pacientes le confesaban esta fantasía, lo particular de ella es que le atribuían sentimientos placenteros, generalmente una satisfacción onanista (en los genitales). Esta representación-fantasía no podía referirse a un vínculo con las autoridades en la edad escolar, sino que debía tener un origen más temprano a ello. Este fantasma masoquista “ser-azotado”, donde el niño-sujeto se convierte en objeto, Freud lo explicará como un rasgo de la perversión sexual que surge mucho antes del desarrollo de los genitales y se anudará en una ocasión causal.

Ahora la perversión se anuda a la elección incestuosa del objeto de amor, surge en el Complejo de Edipo y queda como secuela de este. Entonces, al ser la fantasía una perversión, esta surgiría como consecuencia del Complejo de Edipo. Los lobos representan la sexualidad y el no puede dejar de ver y encontrar satisfacción pulsional en ello.

Hablamos de un “fantasma” masoquista porque referimos a una pantalla frente a la pulsión, esta no se logra simbolizar ni describir. Es posible que el paciente no recuerde bien como sucede: entonces, fantasea.  El encuentro con la sexualidad es, de por sí, traumático. Al no poder poner en palabras este trauma, será descrito como una fantasía.

Aquí se hará énfasis en el período de la infancia de los dos a los cinco años: caracterizada por la amnesia y donde los factores libidinosos son despertados por vez primera a raíz de unas ciertas vivencias.  Esta fantasía aparece al final del período.

En esta fantasía “de paliza” Freud distingue una evolución dentro de este período de la infancia. En sus textos las describirá mediante la experiencia de las pacientes femeninas, pero de todas formas se puede generalizar a los varones: ya que no hay diferencias de sexos para determinar que refieren al amor incestuoso del complejo de Edipo. En una primera etapa, se sabe que el niño azotado nunca es el fantaseador, es otro. Tampoco el azotador es el niño que fantasea, sino su padre.  Aun así, esta etapa es consiente y sádica.  Freud utiliza una frase para el sentido de esta etapa: “El padre le pega al niño (que yo odio)”. Aquí  se satisfacen los celos del niño, su padre no ama entonces a ese otro niño al que le pega: lo ama a él. Esta etapa entra en relación con la elección del objeto que primero tendrá el carácter de incestuoso. Este enamoramiento, sin embargo, siempre terminará en la represión debido a “desengaños” externos.

Desde aquí a la segunda etapa hay una transformación importante: ahora es el niño fantaseador mismo quien es azotado por el padre en su fantasía. Esta etapa no se recuerda, no existe en la conciencia del niño. Aquí aparece el fantasma (fantasía para poder representar aquella pulsión indescriptible que trae satisfacción auto erótica) masoquista. Freud utiliza la frase “Yo soy azotado por el padre”. Esta elección incestuosa que se hace visible en la primera fase de la fantasía, aparece simultáneamente con el sentimiento de culpa del niño. Esta conciencia de culpa hace que el sadismo de la primera fase se trasmude en masoquismo en una segunda fase. Es la moral escandalizando tanto el sadismo como el incesto. El masoquismo aquí se ve directamente ligado al efecto de displacer que produce pero que, sin embargo, hace un cumplimiento de la pulsión (auto erótica). Esta culpa para Freud carga con significado de constitutiva, es necesario para el niño que no sabe que hacer con esta sexualidad que lo desborda.  Es algo que los excede a ellos, necesitan una moral desde el exterior.

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