¿Qué es la escucha activa?

1. ¿Qué es la escucha activa?

La escucha activa hace referencia a las habilidades para atender y comprender los diferentes niveles que intervienen en la comunicación, tanto en relación a la información que transmitimos explícitamente (de manera verbal y no verbal), como a otros elementos que no decimos con palabras pero que se encuentran implícitos en el intercambio comunicativo.

La escucha activa favorece que empleemos nuestros recursos personales para que nuestro interlocutor se sienta atendido y comprendido, haciéndole consciente de que valoramos lo que intenta transmitirnos, y generando por lo tanto una actitud más favorable y receptiva por su parte.

2. ¿Qué características posee la persona que ha desarrollado su escucha activa?

- Expresar predisposición para escuchar a nuestro interlocutor, haciéndole saber que eso es lo más importante en ese momento.

- Observar y prestar atención a nuestra forma de escuchar, adaptando los elementos, (verbales y no verbales) que resulten inadecuados o que pueden inferir en el proceso.

- Emplear la comunicación no verbal para propiciar y sostener el intercambio comunicativo (postura corporal adecuada, contacto ocular, tono de voz, etc.)

Mostrar empatía y capacidad para ponernos en el lugar de nuestro interlocutor, entendiendo sus motivaciones (sin que necesariamente implique que las compartimos o estemos de acuerdo con ellas)

- Prestar atención a las emociones de la otra persona, reconociendo el papel que pueden tener los mensajes que nos transmite y reaccionando a ellas con empatía.

- Demostrar interés por la información que nos transmite y reaccionando a ellas con empatía.

- Emplear recursos (preguntas, repeticiones, etc.) para favorecer la comprensión a las preocupaciones e interés de la otra persona.

3. ¿Qué situaciones perjudican el desarrollo de la escucha activa?

Podríamos distinguir barreras internas y externas.

Las internas hacen referencia a nosotros mismos, a cómo nos disponemos nosotros a escuchar. Podríamos destacar:

- Falta de atención y distracciones: realmente no estamos centrados en lo que nuestro interlocutor nos está diciendo. La escucha activa exige de la actitud “activa” de querer escuchar, la intención de escuchar muy bien. Hemos de procurar percibir el núcleo de lo que oye a través de las palabras.

- El estrés, el cansancio o la fatiga dificultan seriamente el prestar la atención necesaria para conseguir una escucha activa.

- Lo que hemos denominado escucha selectiva, sólo prestamos atención a los temas que realmente nos interesan, eliminando o perdiendo el resto. Podríamos perdernos algo realmente importante de la comunicación del emisor. Hemos de procurar repetir lo que el interlocutor está diciendo para comprobar que estamos entendiendo bien y para que el otro se sienta entendido. Procuremos reformular

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