Reseña Historica

Resumen del capitulo 1:

El cuerpo lo encontramos perfectamente integrado a nuestra voluntad consiente silo queremos podemos interrumpir nuestra tarea , hacemos esto por que así lo queremos y le ordenamos a nuestro cuerpo, pero nos damos cuenta que no todos los órganos responden a nuestra voluntad por lo menos no al consiente , a veces lo obligamos a mantenerse de pie bien sea para alterar nuestro sueño o para no sentir cansancio con café o anfetaminas, y es cuando se entra en conflicto en lo que s e quiere y los que se necesita se exige y lo que el cuerpo puede dar.

Nuestro cuerpo escapa a nuestro deseo de dominio pleno.

Conciencia y estados alterados:

Para comprender la conciencia tenemos que recurrir a la descripción de todo un proceso, no podemos tomar la conciencia como objeto concreto , la conciencia es una constelación compleja de acciones y reacciones encadenadas y holísticas que en conjunto lo conformen.

La conciencia es un complejo de elementos encadenados, esos elementos se pueden presentar de forma continua en estricto orden y por el contrario expresarse paralela con ruptura, confusa o ambigua.

La diferencia entre los animales y los hombres es las aptitudes variables que el ser humano pueda considerarse durante el proceso no solo en lo cuantitativo si no en lo cualitativo se trata del repertorio y el grado de respuestas posibles y susceptibles.

El ser humano cuenta con una amplia carde de herramientas psíquicas, se constata que las respuestas inesperadas en el animal , esta no se comparan con las sorpresas y maravillas que nos pueda deparar el ser humano.

Percepción

El ser humano es un ser abierto al mundo. Esta apertura al exterior es tanto mediada como posibilitada por los sentidos, tales como el olfato, el gusto, la vista, el tacto y la audición, son esas puertas por donde el mundo exterior entra en los individuos. Nuestra piel, específicamente, cuenta con una cantidad altísima de células conectadas directamente al sistema nervioso, que perciben los cambios de temperatura y presión. Gracias a dichas células y al paso inmediato de la información desde aquellas hasta el cerebro, podemos reaccionar ante dichos cambios de presión o temperatura.

El olfato por su parte es un sentido tan poderoso como desprestigiado. Un entrenamiento adecuado de nuestro olfato, podría llevarnos a sensibilizar en tal grado este sentido, que tendríamos poco que envidiar al perro. Una delicada membrana ubicada en lo profundo de la nariz, cuenta con células especializadas en reconocer la particularidad de miles de olores.

La visión por su parte nos permite formarnos una imagen del mundo que no es sólo el resultado de la percepción de la luz, sino la consecuencia de una elaboración de la información según criterios preestablecidos.

El oído humano no sólo permite percibir los sonidos, sino que es el centro del equilibrio.

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