Resumen Otto Kenberg

La teoría de las relaciones objetales plantea la existencia de una necesidad primaria de objetos, que va más allá de la búsqueda del placer que el yo intenta encontrar para dar respuesta a su necesidad de relación. Desde el inicio, las relaciones objetales se dan entre aspectos del sí mismo y de objetos. La teoría dice que el aparato psíquico está compuesto por estructuras intrapsiquicas que se crean a partir de la internalización de las relaciones que se dan entre sí y con los objetos.

   La teoría psicoanalítica de las relaciones objetales representa el estudio de la naturaleza y el origen de las relaciones interpresonales y de las estructuras intrapsiquicas que derivan de las relaciones internalizadas del pasado. Fijándolas, modificándolas y reactivándolas con otras en el contexto de las relaciones interpersonales.

   Lagache (1971) define teoría objetal como “una tendencia o un comportamiento dirigido a un objeto, por oposición a un comportamiento o tendencia dirigida a la propia persona”. (p. 359)

   Otto Kernberg establece la existencia de 5 etapas para el desarrollo del psiquismo. La primera, corresponde al autismo, que abarca el primer mes de vida e implica un desarrollo indiferenciado de si-mismo-objeto, y es importante para establecer una relación de asociación con la madre. En esta etapa se constituya bajo la influencia de las experiencias gratificantes del lactante y su interacción con la madre.

   La segunda etapa corresponde a la simbiosis, durante el segundo mes de vida hasta el sexto u octavo mes, aquí se consolida la imagen de sí mismo y la diferenciación de las autoimágenes y las imágenes objetales a partir del núcleo condensado de representaciones “buenas” sí- mismo-objeto.

   A continuación, está la tercera etapa de la diferenciación entre las representaciones del sí mismo y las representaciones objetales, que comienza entre el sexto y octavo mes de vida y se complementa entre los 18 meses y 3 años. Termina con la posterior integración de las representaciones “buenas” y “malas” del sí mismo, en un contexto total con integración.

   La cuarta etapa corresponde a la integración de las representaciones del sí mismo y las representaciones objetales y desarrollo de las estructuras intrapsiquicas superiores. Se inicia en la última parte del tercer año de vida y perdura en todo el periodo edípico. Hay una mayor integración de las representaciones del sí-mismo con la carga libidinal y con la carga agresiva en un sistema definido del sí-mismo y por la integración de las imágenes objetales con la carga agresiva en representaciones objetales “totales”.

Finalmente, está la quinta y última etapa, que se establece la consolidación de la integración del superyó y del yo. Aquí disminuye poco a poco la drástica oposición entre el yo y el superyó, y éste último ya integrado, favorece la consolidación de la identidad del yo.

   El “Yo” y sus funciones, tanto como sus estructuras y el carácter son el tópico de la teoría Kernbergriana. Sitúa al carácter como una forma que el “Yo” tiene como respuesta en pos de la adaptación. Para el autor, lo patológico ocurre cuando el “Yo” evidencia una manera anómala en la expresión y vivencia de su carácter, volviéndose rígido y por consecuencia, haciendo que la capacidad de adaptación se torne rígida.

   Kernberg se vale de parte de la teoría freudiana, haciendo alusión a las etapas del desarrollo psicosexual así como también mezclando elementos de la primera y segunda tópica freudiana, añadiéndole conceptos y estructuras de la teoría Kleiniana (Teoría de las relaciones objetales). La patología sería producto del desarrollo infantil en el que se ha producido una fijación, la que principalmente puede manifestarse a causa de un hecho traumático.

   Ahora bien, Kernberg clasifica y ordena los trastornos de personalidad, según el nivel de gravedad de la patología que se puede observar en la identidad del yo, que está presente solo en estructuras neuróticas, por lo tanto sería un criterio diferenciador como las estructuras limítrofes y psicóticas.

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