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Ruralidad Y Participacion


Enviado por   •  21 de Agosto de 2011  •  4.476 Palabras (18 Páginas)  •  656 Visitas

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1. Resumen

El presente trabajo es una descripción teórica de los modelos de desarrollo rural más relevantes que nacen a raíz de la denominada Nueva Ruralidad, modelos teóricos que son centro de debate no sólo en Chile, sino en Latinoamérica.

Se propone además una visión crítica sobre el trabajo que se realiza en nuestro país a la luz de estos paradigmas, desde la perspectiva de la participación social, y principalmente en los sectores más pobres. Finalmente se esbozan algunos lineamientos que intentan ser coherentes con las características de los modelos de desarrollo rural vigentes en nuestro país.

Abstract

This paper is a theoretical description of rural development models that are born more relevant following the so-called New Rurality, theoretical models that are centers of debate not only in Chile but in Latin America.

Furthermore, a critical view of the work done in our country in light of these paradigms, from the perspective of social participation, and particularly in the poorest sectors. Finally we outline some guidelines that try to be consistent with the characteristics of rural development models in place in our country.

2. Introducción

La imagen de zonas rurales como algo opuesto a la tecnología está quedando cada vez más olvidada. Hoy en día lo denominado comúnmente como “campo”, tiene características considerablemente distintas a las que tenían hace 10, 20 ó 30 años atrás. Las distintas tecnologías se apoderan paulatinamente de los habitantes de estos territorios, debido a procesos mundiales como los de globalización. Ello ha provocado profundos cambios en las formas de vida rural afectando aspectos como la economía y el medio ambiente.

Respecto a ello el Estado ha aplicado medidas que sin embargo resultan insuficientes para este nuevo escenario en formación. Es así como diversas teorías han nacido como manera de enfrentar esta fuerte transición que vive el mundo rural, no sólo en nuestro país, sino que en diversos contextos de Latinoamérica y del mundo. Son modelos de desarrollo que convergen los principios de distintas ciencias que se pronuncian frente a este complejo, cambiante, y muchas veces olvidado panorama, y que se aplican desde la creación y ejecución de programas orientados según los preceptos de estas nuevas ideas,

Sin embargo, desde la praxis misma, el escenario toma otros matices, y es aquí donde las ramas sociales-comunitarias todavía tienen mucho que decir.

3. Referentes teóricos y empíricos

Generalmente suele asociarse el concepto de desarrollo al crecimiento económico exclusivamente, sin embargo, casi todos los autores e investigadores de las ciencias sociales concuerdan en lo erróneo de esta concepción, y más aún ponen énfasis en otros aspectos que resultan relevantes a la hora de definir lo que es desarrollo. De esta manera, es como la Organización de las Naciones Unidas, plantea en su informe de 1996 lo siguiente:

“sin crecimiento económico no puede haber desarrollo (…) pero además tiene que generarse una distribución equitativa, una participación social, un enriquecimiento de las culturas, una protección del medio ambiente. Hay valores de dignidad y de desarrollo humano, que van más allá del crecimiento económico”.

Es importante destacar todos los elementos mencionados en esta definición, que no corresponden necesariamente al ámbito de lo económico; equidad, participación, cultura y ecología. Todos ellos conceptos que se repiten constantemente al hablar de desarrollo de la persona como ser social, en sus distintos aspectos, con mayor o menos énfasis en cada uno ellos, según la realidad social del sujeto.

Por otro lado, Muñoz (2000) plantea que estamos frente a un cambio radical de los paradigmas del desarrollo que habíamos heredado del pensamiento moderno y que asociaba la noción de “progreso” con una dirección de cambios que iban desde: “lo rural” a “lo urbano”, de la agricultura a la industria, de lo tradicional a lo moderno, y de lo atrasado a lo próspero. De tal manera, que bajo esta concepción el proceso de transformación estructural significó tanto el crecimiento de los sectores industriales como la urbanización de la vida moderna. Y, concomitantemente, la desvalorización de lo rural que pasó a ocupar un papel residual en el desarrollo.

Esta cambio de paradigma intenta cambiar la visión de lo rural como algo opuesto de la urbe, lo urbano, o de lo rural como base en la actividad económica (si es mayoritariamente primaria, se entiende como rural) o bien de acuerdo a simples aglomeraciones de población. Esta nueva visión ha sido denominada “nueva ruralidad”, y Echeverri (2002) la define como la reconsideración de la visión de que lo rural es población dispersa centrada en el sector agropecuario, para pasar a la reconstrucción del objeto de trabajo y de política al definir al ámbito rural como el territorio contruido a partir del uso y apropiación de los recursos naturales, donde se generan procesos productivos, culturales, sociales y políticos.

Este autor señala además que la nueva ruralidad invita a una aproximación a la economía de los recursos naturales y a la economía del territorio para lo cual es menester incluir en las funciones de crecimiento y desarrollo aspectos hasta hoy excluidos, tales como la economía ambiental y ecológica, los mercados de servicios ambientales, la sostenibilidad de los sistemas productivos, los recursos genéticos, las redes de solidaridad social, los conocimientos y la cultura, la equidad de género, la inclusión étnica y etárea, como parte de una economía más compleja que la economía agraria que domina el escenario de política pública actual

Como se puede observar, este nuevo escenario exige a su vez nuevas estrategias de desarrollo rural, enfoque que según Muñoz (2000) debe considerar:

• Las articulaciones entre el núcleo urbano y su entorno rural, analizando los entrelazamientos entre los distintos mercados de bienes y servicios.

• La recuperación de los equilibrios ecológicos a partir del diseño y puesta en marcha de planes, programas y proyectos sostenibles que, por ejemplo, le asignen a las áreas rurales la producción de servicios ambientales.

• La reevaluación de lo local, la que tiene profundas implicaciones en la recomposición del tejido social, el redimensionamiento de las identidades comunitarias, solidaridad colectiva y el desarrollo de las culturas de participación.

• Deben

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