Sentido De La Vida

Sentido de la vida humana

“Cada hombre vale más que la humanidad entera” dice Miguel de Unamuno, dejando claro, que si bien la comunidad será importante en el desarrollo humano, las decisiones personales tienen un valor universal. Resuelve de este modo el dilema entre el individuo y la comunidad, ambas importantes para la persona. Para Miguel de Unamuno cada hombre es protagonista de la vida, y su vida tiene un valor que trasciende el tiempo y el espacio, sistemas filosóficos y teológicos.

El actuar humano va dirigido a la consecución de la vida. Se vive para vivir. Por lo que su ética puede interpretarse como una ética de fines, pero individual. El ser personal individual es el que goza de la dignidad. Y esta dignidad humana debe partir de la unidad y continuidad. El hombre no es pura materialidad, ni mera espiritualidad. El hombre, persona humana, se realiza en el encuentro del espíritu y de la carne que se comunican una única y perenne vida, llamada a la plenitud. Por eso, todo esfuerzo por conservar y tener más vida se admite en la teleología moral de Miguel de Unamuno.

El hombre de Miguel de Unamuno, consiste en su aspiración a ser más, a serlo todo y definitivamente con poder de trascenderse y de superarse en cada instante . De la aspiración el ser humano recoge su configuración, su dignidad. Como el hijo que desea realizarse, se reafirma en la medida que va conquistando la meta de su realización. El sentido de la vida se percibe si se mira el horizonte de la muerte. El hombre, ser finito y contingente, tiende, sin embargo, a perdurar, a subsistir, por lo que la vida es lucha agónica contra la muerte y a nada amenazantes.

La vida es un fin en sí, no en un círculo vitalista, sino en un horizonte de plenitud exhaustiva, pero no agotada o cerrada. Sino como una actividad que mira la trascendencia. La vida es el bien supremo del hombre y, ante el riesgo de que se acabe, hay que fomentarla, desearla, defenderla. La muerte, cuya realidad le obsesiona, entra en este escenario no como fundamento, sino como amenaza para la vida del ser y de la conciencia. Es un elemento turbador, pero decisivo, porque solo a su luz puede entenderse el sentido de la vida. El hombre es un fin, no un medio , este es un principio ético que ayuda a reconocer a Miguel de Unamuno en su aporte humanista. Se vive para vivir, como ya se mencionó anteriormente, no para morir, la muerte será un acontecimiento que distinguirá la vida mortal de la vida inmortal, pero vida las dos formas circunstánciales de vivir.

La vida como deseo, anhelo, fe voluntad de vivir y sobrevivir. La vida y el pensamiento no se dejan encerrar en un sistema. El resorte del vivir es el ansia de sobrevivir en tiempo y en espacio; los seres empiezan a vivir cuando quieren ser otros que son y seguir siendo los mismos” . La vida no se expande por que se conozca su principio, sino porque conoce su fin, entonces se abre paso ante cualquier sistema que le intenta detener en un aspiración utópica.

La filosofía se ocupa de crear a nivel lingüístico la expresión idónea de la vida, de la biografía de cada hombre concreto, pues el hombre no se le puede tomar para definirle como definir la materialidad inerme que la ciencia deshace y da forma en la repetición de la conducta de los elementos combinados en la materia. A veces, Unamuno, podría verse como utilitarista de la religión y del conocimiento,

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