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Sistema Nervioso Y Emociones


Enviado por   •  25 de Agosto de 2013  •  1.811 Palabras (8 Páginas)  •  1.510 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Los psicólogos, por lo común, definen la emoción en función de tres componentes: cogniciones (lo que se piensa), sentimientos (lo que se siente) y acciones (lo que se hace). De estos, los sentimientos son los más esenciales para nuestro concepto de emoción. Este tema ya lo hemos visto en clases anteriores de nuestra materia de Bases biológicas del comportamiento con nuestra maestra y amiga Alba Ruth, sin embargo con este trabajo se intenta dejar más clara la idea de cómo es que se desarrollan nuestras emociones, por lo que nos percataremos que lo que nosotros resumimos en un “tengo miedo”, “me da coraje”, etc., reamente implica todo un proceso.

Las situaciones emocionales excitan el sistema nervioso autónomo, el cual tiene dos ramas: La simpática y la parasimpática. El sistema nervioso simpático prepara el cuerpo para respuestas de “luchar o huir” que sean vigorosas y breves. El sistema nervioso parasimpático, por su parte, incrementa la digestión y otros sistemas que almacenan energía y preparan al cuerpo para eventos posteriores. Sin embargo, cada situación provoca su propia mezcla especial de excitación simpática del estómago y estimulación parasimpática de los intestinos y las glándulas salivales.

Las personas que sufren un daño en la médula espinal están paralizadas desde el nivel de la lesión hacia abajo. Las personas que no pueden mover sus brazos y piernas de seguro no pueden atacar ni huir, que son las respuestas para las que se prepara el sistema nervioso autónomo. La mayoría de ellos reporta que sientes emociones respecto de las mismas cosas como lo hacían antes de su lesión. Lo que indica que las emociones no requieren de retroalimentación de los movimientos musculares. Sin embargo, la parálisis no afecta al sistema nervioso autónomo, así que sigue siendo posible que las sensaciones emocionales dependan de la retroalimentación de las respuestas autónomas.

En el caso de que una persona presente una condición que es muy poco común llamada “falla autonómica pura”, el rendimiento del sistema nervioso autónomo hacia el cuerpo falla, ya sea por completo o no. Los latidos del corazón y las actividades de los otros órganos siguen, pero ya no es el sistema nervioso autónomo el que los regula. Las sensaciones emocionales son reacciones de las acciones del cuerpo.

El cerebro y las emociones.

En el estudio de las bases científicas de las emociones conviene recordar algunos principios, enunciados por LeDoux que sirven para centrar el problema en términos abordables por la ciencia actual.

El primero es que lo que llamamos coloquialmente ‘emoción’ no se corresponde con un proceso cerebral separado e independiente, sino el resultado de múltiples mecanismos cerebrales que pueden ser distintos en emociones diferentes. Algo análogo a lo que ocurre con ‘la memoria’ o ‘la inteligencia’. En tal sentido debe tenerse en cuenta también que los componentes conscientes de las emociones, que denominamos ‘sentimientos’, como la alegría, el miedo o el amor, no son cualitativamente diferentes de las percepciones cognitivas como podrían ser la resolución de un problema matemático o la percepción de que el objeto en el que viajamos es un automóvil. Los mecanismos de procesamiento inconsciente que subyacen en ambos casos son diferentes, pero en los dos, la consciencia se produce cuando el mecanismo cerebral general del conocimiento consciente los capta e incluye en su función.

Un segundo principio importante es que los mecanismos cerebrales de conducta emocional, tales como los que se ponen en marcha durante el miedo, la búsqueda de alimento o el deseo sexual, aparecieron ya en estadíos muy primitivos de la evolución animal y se han conservado en gran medida durante la evolución de los vertebrados, entre los que se cuenta el hombre. Las emociones conscientes se darían en aquellas especies animales que poseen consciencia.

No es posible inferir si la emoción consciente que provoca una situación de miedo es percibida de modo igual por el hombre y un animal. No obstante, si los patrones de conducta que se evocan en tal situación, en el hombre y en la otra especie animal son iguales o muy semejantes, podemos asumir que una parte importante de los procesos cerebrales que determinan tal conducta son iguales en ambas especies. La mayoría de los componentes de las respuestas emocionales se ponen en marcha de manera no consciente. Como especuló acertadamente Freud, la consciencia es solo la parte final de un sistema de operaciones cerebrales mucho más amplio. Hay que señalar, además, que, al ser los mecanismos neurales de las emociones evolutivamente más primitivos que los de los procesos cognitivos, se ponen en marcha de manera inconsciente de un modo más inmediato que éstos. De ahí que los procesos cognitivos estén más sometidos a las emociones que a la inversa y que puedan, en determinadas circunstancias, verse avasallados por éstas. Las emociones juegan, además, un papel importante en la determinación de conductas futuras y sus trastornos pueden dar lugar a graves alteraciones del comportamiento, de carácter patológico.

Finalmente, no hay razón para asumir a priori que los componentes conscientes de las emociones son más importantes que los inconscientes, para lo que parece es el objetivo, en términos de la evolución de los seres vivos, de la aparición de los mecanismos cerebrales de las emociones, y que no es sino la supervivencia de la especie a través de la evitación del peligro de lesión corporal o muerte, la consecución del alimento y la reproducción sexual. En tal dirección, tan importante o más son la taquicardia o las actitudes motoras defensivas que se ponen en marcha con la emoción de manera automática, y que ayudan decisivamente a la huida o la lucha del

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