TRABAJO PRACTICO Introducción a la Psicología Social
Enviado por catecate • 19 de Mayo de 2022 • Trabajo • 2.762 Palabras (12 Páginas) • 114 Visitas
TRABAJO
1.A) Leé el siguiente fragmento del libro, Conversaciones con Fidel Moccio sobre creatividad, (Fabris, Fernando. Ediciones Cinco, 2000, pp. 36-37).
Fidel Moccio, Pichon Rivière y los vampiros (Acerca del estudio sobre los rumores, los mitos y las leyendas) ...Hicimos [con Pichon Rivière] el estudio de un vampiro que apareció en los suburbios de Buenos Aires, en el año ’61. Lo estudiamos con Eduardo Colombo mediante una encuesta. Yo quería hacer, y con Colombo repartíamos las encuestas desde un bar que se llama Él Maxi”, de Quilmes, hasta todo Quilmes. Hicimos también una encuesta en el cementerio de Quilmes, que está en Ezpeleta. Ahí percibimos cómo la gente sentía y pensaba al vampiro. Ellos creían que el agresor vivía en el grupo que estaba alrededor del cementerio. Y pensábamos que era la proyección de la culpa de la gente, que inconcientemente tiene culpa porque están alrededor del cementerio, al lado de los muertos. "Yo estoy vivo y mis familiares están muertos”. Lo publicamos. Fue la época del primer ministerio de Alsogaray, en la que hubo una caída muy brusca de la economía y la gente sentía que estábamos en riesgo. Ahora ya estamos hechos, peor no podemos estar, y sin embargo no aparecen vampiros; pero en ese momento se patentizó la fantasía de que alguien estaba atacando a la gente, alguien que estaba chupando, que le sacaba cosas, y esto se proyectó en una figura, la del vampiro, en la que todos creían. Según las distintas edades que investigábamos tenía distintas connotaciones. Si la persona encuestada era joven pensaba que tenía connotaciones sexuales, y si era una persona mayor pensaba que tenía connotaciones agresivas. En una entrevista – que era más profunda que la encuesta – un señor mayor había dicho que el vampiro, cuando aparecía, lo primero que hacía era darte una patada en el culo. Otro decía: "¿Ve allá, esa casa? A ese señor lo atacó”. Íbamos allá y le preguntábamos; respondía: "No, a mí no me atacó”. Era una situación cuasi psicótica, pero fundamentalmente era un rumor, que definimos como rumor-leyenda. Pichon estaba fascinado porque con Colombo íbamos y hacíamos. Pichon nos cargaba y decía que al vampiro lo había inventado alguien que estaba instalando un instituto de hemoterapia en la zona”. |
B) ¿Recordás, de relatos familiares o de historias populares, algún hecho que pueda ser considerado significativo en la línea de rumor o leyenda popular? Escribilo.
Si esto no es posible tratá de investigar sobre algún hecho de estas características, tanto que se relate como acaecido o de la literatura. Puede ser de nuestro país o del extranjero. Luego, escribilo brevemente. Extraé conclusiones articulando el hecho descripto con el material estudiado.
Para realizar este punto en un primer momento pensé en “La llorona”, en “la luz mala”, relatos que recordé de mi infancia, con el cual la mayoría de los padres nos asustaban para que no salgamos de noche. Pero elegí el famoso relato “asado al parquet”, ya que algo que me sacudió mirando los sketch de Capusotto, en el personaje de “Bombita Rodríguez”, el cual nos hace reflexionar e indagarnos a través del humor.
¿ Quién no ha escuchado alguna vez decir o repetir “asado peronista” “los cabecitas negras que levantaban el piso de las casas para hacer asado” y hoy se actualiza con “los negros planeros”, que “las chicas se embarazan para cobrar la Asignación Universal por Hijo”. Por eso elegí esta producción artística televisiva que hace una crítica de la vida cotidiana, donde abre un espacio para problematizar hechos dado por obvio, a través del humor alude a hechos reales, y hace una ruptura de una familiaridad encubridora. Para realizar conclusiones transcribo el relato del periodista Jorge Halperín, autor del libro Mentiras Verdades:
“En los años cincuenta cuando Perón gobernaba y entregó casas a familias pobres, la gente del interior que las recibía, hacía asados con los parqués de los pisos. La idea era que eran tan brutos que no entendían el valor de esos pisos y los utilizaban para hacer asados. Este rumor circuló en todo Buenos Aires y todos estaban convencidos de que era cierto. En los años sesenta un antropólogo que se llama Hugo Ratier mandó a un grupo de estudiantes a distintos lugares a verificar el rumor. Llegaron a la conclusión de que no tenía ninguna base real. Era una construcción pública. Entonces un señor, entre el público, se levanta indignado y me dice «Ud. lo califica de leyenda porque no sabe nada, yo soy un empresario de la construcción y sabíamos perfectamente que en el albergue Warnes la gente arrancaba los parqués y con los inodoros hacía macetas». Otro señor, más atrás, se levante y dice «eso es imposible porque el albergue Warnes nunca llegó a tener parqués ni inodoros». Al mirar al primer señor se notaba que no le importaba nada porque él había dicho su verdad y no importaba lo que otro pudiera cuestionarle. Para él era cierto y punto (Halperín, 2000b).”
Desde la perspectiva de la Psicología Social , en el cual analizamos el hombre en situación, sujeto en una relación de determinación recíproca con su contexto, este rumor claramente da cuenta como un sector de las sociedad porteña se sintió amenazado ante la irrupción de un fuerte cambio en lo social, político, económico y cultural en la época de Perón y cómo impactó en ellos la llegada de los migrantes internos de las provincias del interior, los “brutos”, “ los que no sabían el valor de los pisos”. La clase media/alta rechazaba la posibilidad de derechos esenciales para quienes consideraban ignorantes, casi salvajes y por supuesto hoy una parte de la sociedad sigue reproduciendo distintos mitos despectivos hacia la clase obrera. Pichon nos dice que el rumor tiene el carácter de emergente social, expresa fantasías, miedos, tiene un contenido manifiesto y latente. En el gobierno de Perón se construyeron 500 mil viviendas y de este hecho surgió la leyenda rumor denigrando, estigmatizando a los receptores de esas viviendas, además de eso suponían que esas viviendas eran regaladas. ¿hubo miedo a reconocer que la movilización de los “cabecitas negras”, fue clave en esa época? Aquí Pichón afirma que “nada hay en el sujeto que no sea la resultante de la interacción entre individuos, grupos y clases sociales.” Claramente este hecho demuestra que tiene como punto de partida un hecho real pero distorsionado, se centra en el supuesto uso depredatorio de viviendas otorgadas a sectores obreros y populares y evidencia una relación de antinomias sociales que, si bien no nacieron con el peronismo, habría sido resignificada por el nuevo cambio social, político, cultural, donde al otro se lo vivió como amenaza, riesgo y por otro lado en el terreno político el enfrentamiento peronistas/antiperonistas. Desde los aportes de Ana Quiroga sobre la crítica de la vida cotidiana y su sentido de desmitificación de los hechos, la vivienda no es un regalo del Estado, sino un derecho. Subyace una ideología y práctica política en la cual una clase social se apodera de los medios de producción impidiendo que otras clases accedan a través del trabajo a resolver las necesidades concretas de subsistencia. Para desnaturalizar tenemos que conocer nuestro país, conocer la realidad, las desigualdades en distintas zonas , las necesidades colectivas, qué relaciones se ocultan, para que no veamos de manera fragmentada, hay que tener en cuenta cual es la relación que se está sosteniendo, en este caso el desplazamiento de un sector se la población del interior a Buenos Aires, ¿ por qué tienen que salir de su hábitat, de su lugar de origen? Con todo lo que implica sus costumbres, su cultura. ¿ Tienen en su lugar de origen posibilidades de satisfacer sus necesidades.? No quedarnos con la representación social de un determinado sector que mitifica, desde determinados intereses. Los prejuicios también son una forma de representación social.
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