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Teoria No Directiva


Enviado por   •  30 de Octubre de 2013  •  1.435 Palabras (6 Páginas)  •  2.001 Visitas

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Teoría de la no-directividad: Carl Rogers

Aunque durante años alternaba el trabajo terapéutico con la docencia universitaria, la psicoterapia ha sido la actividad fundamental de Carl Rogers.

Carl Rogers nació 1902 en Illinois en una familia muy piadosa y con una moral muy estricta. Después de intentar estudiar agronomía, ser pastor protestante, estudiar historia e ingresar en un seminario acabó abandonando la religión por entender que las creencias religiosas limitan la capacidad de desarrollo personal. Con posterioridad se interesó por la pedagogía y psicología clínica, que se convertiría en su dedicación profesional, después de entrar como interno en el Institute for Child Guidance de Nueva York, y estudiar la psicología freudiana y los métodos de Otto Rank.

A través de sus experiencias de psicoterapeuta va elaborando una filosofía original que sería la base de su trabajo en psicoterapia y en pedagogía. Es el pionero de una psicología humanista centrada en la percepción individual del mundo y practicaba una psicoterapia, alejada tanto del conductismo como del psicoanálisis, que atendía de forma primordial a la relación interpersonal entre terapeuta y cliente. Fallece en La Jolla, California, en 1987. Rogers basa su ideario como terapeuta en el ámbito educativo en la crítica al sistema educativo universitario que conocía que se caracterizaba por suponer la certeza de los tres criterios siguientes: el estudiante es incapaz de realizar su propio aprendizaje científico y personal, aprobar exámenes es el mejor criterio para seleccionar a los estudiantes y que el alumno aprenda lo que el profesor expone.

Rogers explicó su punto de vista a este respecto en una conferencia que dio en la universidad de Harvard y que duró tan sólo diez minutos en la que vino a decir que explicar algo a otro es negativo porque, si se aceptaban sus explicaciones, los alumnos perderían confianza en sus propias experiencias y en sus posibilidades de creación, o bien el intento fracasaría si los alumnos no llegaban a asimilar lo que intentaba trasmitirles. Las conclusiones que sacaba Rogers de tales afirmaciones venia constituir lo que se ha denominado la “bomba pedagógica”:

Esta experiencia implicaría que hay renunciar a la enseñanza. Quienes desearan aprender se reunirían para hacerlo.

Se aboliría los exámenes, porque no miden más que conocimientos sin valor.

Por lo mismo habría que suprimir todos los diplomas o menciones.

Por idéntica razón se derogarían los diplomas en tanto que títulos de competencias.

Otra implicación sería que hay que renunciar a sacar conclusiones, pues es evidente que nadie adquiere conocimientos por medio de conclusiones.

La teoría de la no directividad se basa en potenciar la libertad de elección y opción personal del educando evitando una excesiva participación del terapeuta o del educador. La no directividad parte de una serie de presupuestos a los que Rogers había llegado a través de experiencia en el aula y en la terapia individual y grupal que se pueden resumir en que el único aprendizaje que puede influir significativamente sobre la conducta es el que el individuo descubre y acepta por sí mismo y en que es preciso tener una actitud de apertura positiva hacia el aprendizaje y hacia nuevas experiencias. En la no directividad la enseñanza aparece centrada en el estudiante, la clave del proceso es que el alumno se responsabilice de su aprendizaje, porque sólo el estudiante es quien aprende, aunque podrá ser ayudado en sus dificultades de aprender si lo necesita. Para ello, es preciso que los terapeutas creen las condiciones oportunas que faciliten tal actitud. A su vez la auto-dirección se halla estrechamente relacionada con la no directividad.

El docente se mostrará como es.

Si las condiciones circunstanciales se mantienen favorables, el organismo tiende invariablemente, a la actualización. La noción de “tendencia actualizante” es el postulado fundamental de la terapia centrada en el cliente. La hipótesis que late en la base de toda concepción rogeriana es que cuando la tendencia actualizante puede ejercerse en condiciones favorables, es decir, sin dificultades psicológicas graves, el individuo se desarrollará en el sentido de la madurez.

El objetivo de la terapia centrada en el cliente es crear condiciones en las que el sujeto pueda cambiar lo que no está funcionando bien con él. Rogers concibe su labor en todos los campos como “facilitador” que crea condiciones en las que el cambio es posible, pero las decisiones y las acciones son del cliente, que debe guiar el proceso. El terapeuta no desea que el cliente siga un camino determinado

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