Textos De Psicologia
Enviado por carlaferni • 7 de Octubre de 2013 • 3.748 Palabras (15 Páginas) • 404 Visitas
Textos de psicología - Textos para pensar
La desilusión
Quizás podemos decir que la desilusión es necesaria para existir. Lo que sería demasiado egocéntrico es afirmar que la desilusión nos es ajena y no nos perturba.
Por otro lado es fácil pensar que vivir ilusionado resulta muchas veces ingenuo y casi molesto para las demás personas, que probablemente dudarán de nuestro raciocinio intelectual…acertadamente.
Un personaje ilusionado puede parecer mítico, un tanto creyente al destino de las cosas con un toque de lo mágico. Habrán escuchado muchas veces esos sujeto, sujetados a la suerte que sin trabajar mucho con la realidad y el deseo se sumergen en las aguas del destino y esperan que un buen viento los lleve a un magnifico puerto sin haber remado ni siquiera una vez.
Es claro que en esta situación se ve la vagancia del ser, pero someterse a la deriva, in pulsado por los vientos del destino también es un profundo acto de pasividad.
Aquel que se someta a esta neurosis de destino buscará evitar la desilusión convenciéndose que su camino ya está señalado….y si la cosa es así para que hacer el esfuerzo.
Viaje entre fantasmas
Entre las sabanas del inconsciente, se tejieron los miedos.
Sombras a medio hacer aparecieron en nuestros sueños.
Son sueños, entresueños o pesadillas que llegan quien sabe de donde. Quien sabe de que territorio propio, tan propio como irreconocible.
La soledades son la reina de la tierra de los temores, pero todos tenemos bien en claro que es la diosa, nuestra señora “la muerte” fuente de todos los temores, fundadora irrefutable del ser, ya que como analizó nuestro amigo Sócrates, todos somos mortales, ósea Sócrates va a morir. Y realmente aunque parezca a priori una idea sencilla, no es nada senillo recordarnos que somos finitos sin que un congelamiento nos recorra el ser.
Congelamiento, congelamiento, me resulta inevitable escribir esta palabra enclavado en este texto sin que llegue a mi memoria el padecimiento del fóbico, un sujeto extremadamente sujetado, atado al temor de la muerte, escondido entre las paredes de su casa, rodeado de sus familiares mas próximos, familiares que fueron tomados de rehén por una patología cruel y autoritaria.
Porque para seguir en el tema y jugando con las metáforas de la historia. El faraón pretende se sepultado con parte de su prole y con su servidumbre en la construcción que él preparó para su muerte.
¿Acaso esto no le recuerda algunos síntomas psicológicos y su influencia sobre el vínculo cercano del paciente? Porque, ya abran pensado, que no solo pertenece esta asociación al reino de las fobias.
Entonces volviendo a los fantasmas, el miedo y los mitos.
Vale recordar que en todos nosotros habitan los fantasmas del pasado, reservorio de la infancia, fragmentos punitorios de las voces de nuestros padres, voces confusas que se materializan en nuestro presente solicitando que seamos perfectos y hermosos.
Voces que nos señalan modelos de imágenes, imágenes de dioses....deberíamos ser como Apolo o como Venus según nos indique nuestra sexualidad, por su puesto, sexualidad no es necesariamente lo que indica nuestro sexo. Como diría algún psicoanalista todos somos casi Apolo y casi Venus el tema es
¿en que grado somos de cada uno de ellos? Porque eso va determinar los gustos sexuales.
Los padres ....los dioses....la perfección .....la imagen... la búsqueda de la perfección de la imagen tiene sus costos, recuerdan la muerte de Narciso ahogado en sus vanidades, dando la espalda al amor de Eco.
El yo pide ser escuchado, el yo es el tema de conversación permanente, yo opino que, pienso que, la verdad es el yo, yo se que.. pero el yo sin otro solo es el ahogo de Narciso y el silencio permanente.
Hoy la perfección de la imagen insiste, reclama presencia, esa idea cruel que viene de los confines del inconsciente se hace síntoma en la anorexia y la bulimia y reina en la vida de sus esclavizadas victimas.
No hay voz que pueda contradecir lo que la anoréxica ve en el espejo de su inconsciente.
Lo interesante de la historia de los sujetos es que existen padres fallados que admiten esta falla y soportan transferirla a sus hijos.
Algunos afortunados parecidos a Aquiles, tuvieron una madre que se permitió no hundirlo plenamente en las aguas de la absoluta perfección, quedo un talón, el talón que recuerda la falla primordial, la falla que había enunciado Sócrates para todos nosotros.
La señora ya sabía del ahogo de Narciso y no iba a sumergir a su hijo, ni totalmente, ni por mucho tiempo.
Quizás esta sea la escena maternal necesaria para atenuar la crueldad de los fantasmas.
Una escena imperfecta que permite el nacimiento de la vulnerabilidad.
Por esto hablar de lo inexorable de nuestra falla, es la transmisión necesaria que funda y fundamenta a sujetos deseantes, a sabiendas que falla no es debilidad, sino humanidad.
Tras la sabana los fantasmas ocultan lo más tenido, la castración, la falta.
Tras la sabana están las palabras que pueden curar los síntomas que nos empobrecen, síntomas que nos alejan de nuestros seres queridos, síntomas que dificultan nuestra sexualidad.
Muchas veces los psicoanalistas intentamos explicar el porque de una terapia, el sentido de la misma, lo que se me ocurre luego de haber atravesado este texto y mi propia práctica es un pensamiento muy censillo.... la terapia en muchas ocasiones, es un plus, un más de libertad en la vida del paciente.
¿Cuáles son tus actitudes indomeñable que te quitan libertad?
Dejar de fumar
Jugando con las palabras y el título de este escrito se puede decir que antes de fumar está dejar y dejar no es para nada fácil.
Si se viaja por la memoria y se recuerda los momentos en la vida que nos toca dejar, abandonar, perder, es probable que se encuentre usted ante un acto que hace temblar a los más osados.
Dejar un trabajo. Dejar de comer golosinas. Dejar al ser que alguna vez fue amado. Dejar de hacer lo que sabemos fehacientemente que nos hace mal, pero insistimos repetidamente en hacerlo.
Por eso, dejar, es una operación psicológica del orden inconsciente, donde la voluntad muchas veces pierde la batalla ante las pasiones internas que nos llevan por el sendero del placer y la culpa. Luego de comer el chocolate recordamos la caída de la dieta.
¿Quien no a sido castigado por la idea que el placer se hace humo dando paso a la angustia y el vacío?
En ocasiones entre los discursos de diván se puede escuchar la penosa afirmación. “El cigarrillo es mi compañero, mi amigo íntimo en los momentos
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