COMENTARIO TEXTO PSICOLOGÍA

COMENTARIOS DE TEXTO

"He aquí como procedo para obtener el hipnotismo. Comienzo por decir al enfermo que le es muy útil someterse á este tratamiento; que es posible curarle ó aliviarle por el sueño; que no se trata de ninguna práctica perjudicial ó extraordinaria; que todo es un simple sueño, que se puede provocar en todo el mundo, sueño tranquilo, bienhechor, que restablece el equilibrio del sistema nervioso, etc.; hasta en ocasiones, si es posible, hago dormir delante de él, una ó dos personas para demostrarle que este sueño no tiene nada de penoso, ni se ejecuta ninguna experiencia; y cuando he alejado así de su ánimo la preocupación que hace nacer la idea del magnetismo y el temor un poco místico anexo á lo desconocido, y sobre todo, cuando el paciente ha visto enfermos curados ó aliviados á consecuencia de este sueño, se confía y no opone resistencia. Entonces le digo: «Míreme V. fijamente y no piense más que en dormir. Va V. a sentir una pesadez en los párpados, fatiga en los ojos; pestañea usted, se humedecen los ojos; se pone confusa la vista; se cierran los párpados.» Algunas personas cierran los ojos y duermen inmediatamente. En otras lo repito, lo acentúo más, añado el gesto; poco importa cualquier clase de gesto. Coloco dos dedos de la mano derecha delante de los ojos de la persona y le invito a que fije en ellos su mirada, o con las dos manos colocadas muy cerca de su cara, las paso muchas veces de arriba á abajo, ó también le mando que fije su mirada en la mía, y trato al mismo tiempo de concentrar toda su atención sobre la idea del sueño. Le digo: «Los párpados de V. se cierran, ya no puede abrirlos. Esperimenta V. una pesadez en los brazos, en las piernas; no siente V. nada, sus manos están inmóviles, no ve V. nada; el sueño viene» y añado con tono algo imperioso: «Dormid». Generalmente esta palabra, inclina el fiel de la balanza; los ojos se cierran y el enfermo duerme. Si el sujeto no cierra los ojos ó no los conserva cerrados, no hago prolongar largo tiempo la fijación de sus miradas sobre la mía ó sobre mis dedos, porque hay personas que sostienen los ojos indefinidamente abiertos, y que en lugar de concebir así la idea de sueño, no tienen más que la de fijar los ojos con rigidez; entonces da mejor resultado la oclusión de los párpados. Al cabo de dos ó tres minutos de fijación de la mirada, le bajo los párpados y los sostengo cerrados, ó bien los extiendo lenta y suavemente sobre los globos oculares, cerrándolos más y más, progresivamente, imitando lo que sucede cuando aparece el sueño natural; concluyendo por sostenerlos cerrados al mismo tiempo que continúo la sugestión de este modo: «Los párpados de Vd. están pegados, no puede Vd. abrirlos; la necesidad de dormir se hace cada vez más irresistible; no puede V. dominarla.» Bajo gradualmente la voz y repito el mandato «Dormid», y es raro que transcurran más de cuatro á cinco minutos, sin que se obtenga el sueño. Este es el sueño por sugestión, es la imagen del sueño que he sugerido, que introduzco en su cerebro". (Bernheim, 1886, págs. 1-3).

ENCUADRAMIENTO

El texto que se expone forma parte de un relato del libro "De la Suggestion et de son Application à la Thérapeutique" de Bernheim en 1886 donde se explican los procedimientos terapéuticos basados en la sugestión que se utilizan en la escuela de Nancy. El libro se contextualiza en el periodo controvertido sobre la hipnosis a finales del Siglo XIX.

ANÁLISIS

El relato descriptivo expuesto por el autor tendría como fin exponer el procedimiento para obtener un estado de sueño por sugestión. El texto estaría conformado por dos partes diferenciadas.

En la primera parte, el autor describe el método necesario para proporcionar al paciente un estado de familiaridad, tranquilidad y confianza para poder desarrollar las condiciones óptimas para llevar a cabo su procedimiento, tal y como se recoge en el siguiente párrafo: (….)y cuando he alejado así de su ánimo la preocupación que hace nacer la idea del magnetismo y el temor un poco místico anexo á lo desconocido, y sobre todo, cuando el paciente ha visto enfermos curados ó aliviados á consecuencia de este sueño, se confía y no opone resistencia. En la segunda parte, el autor describe de forma literal el discurso, gestos y tiempo necesario para poder perpetrar un estado de sugestión en el paciente, tal y como se expone en los siguientes párrafos: Entonces le digo: «Míreme V. fijamente y no piense más que en dormir. Va V. a sentir una pesadez en los párpados, fatiga en los ojos; pestañea usted, se humedecen los ojos; se pone confusa la vista; se cierran los párpados.»….)

Se puede reconocer tanto por el lenguaje, como por los términos psicológicos (“magnetismo animal”) utilizados por el autor, las influencias culturales del S.XIX.

En el plano temático se pueden entrever varios de los puntos fundamentales que describirían la Teoría del autor: La sugestionabilidad se encuentra en personas no hipnotizadas tanto como en sujetos hipnotizados. En cada caso, se encuentra presente en diferentes grados. La hipnosis es el estado de sugestionabilidad aumentada por excelencia. La hipnosis es un estado fisiológico que únicamente puede obtenerse mediante sugestiones apropiadas. Esta posee grados de profundidad que pueden medirse mediante la sugestionabilidad del sujeto hipnotizado.

EXPLICACIÓN

Tras años de desprestigio en el marco de la medicina científico natural oficial, la hipnosis, durante el último cuarto del siglo XIX, volvió a situarse como uno de los centros de interés científico. En Europa destacaron dos escuelas enfrentadas; La Escuela de Salpétrieré (París) que fue la predominante durante este periodo, liderada por Jean-Martin Charcot (1825-1893) y la Escuela provenzal de Nancy cuyos máximos representantes serian Ambroise Auguste Liébeault (1823-1904) e Hippolyte-Marie Berheim (1837-1917). Mientras que Charcot y sus colegas sostenían que la hipnosis era un signo de patología mental, más propia de la histeria, los miembros de la escuela de Nancy mantenían que se trataba de algo perfectamente normal, y que todos los seres humanos eran más o menos sugestionables. Tal enfrentamiento es relevante para la historia de la hipnosis, la de la psicopatología y la psicoterapia modernas y también para la de la Psicología.

CONCLUSIÓN

La concepción de Bernheim se basó en la sugestión y la sugestionabilidad como elementos fundamentales de la hipnosis (Weitzenhoffer, 1867). Berheim llegó a dar tanta importancia a la sugestión que fue restringiendo el uso de la hipnosis hasta llegar a plantear que cualquier efecto hipnótico podría producirse mediante sugestión en vigilia. De hecho, desarrolló una cierta metodología

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