Trabajo Genético Estructuralista Memoria

Memoria

Olga Barros

Lesly Monsalvo

Vallery Pertuz

Andrea Quinto

Daniela Rodríguez

Método Genético Estructuralista

V Semestre

SANTA MARTA, 2020

Índice

1. Justificación
2. Introducción
3. Memoria
4. Memoria a corto plazo
5. Memoria a largo plazo
6. Memoria declarativa (explícita)

1. Memoria episódica
2. Memoria semántica
3. Memoria de trabajo

      7. Memoria no declarativa (implícita)

      8. Pecados de la memoria

      9. Conclusión

      10. Bibliografía

Justificación

A lo largo de nuestra vida nos damos cuenta de lo importante que es la memoria para nuestro crecimiento y desarrollo personal. Si no contáramos con la capacidad de recordar, cada día sería un nacimiento nuevo donde las personas aprenderían cosas que olvidarían al día siguiente. Sin embargo, en este tipo de casos se podría decir que una persona que no tiene recuerdos es un individuo que memoriza a corto plazo para poder subsistir en el presente. De este modo el aprendizaje va de la mano con la memoria, el aprendizaje es el proceso a través del cual se modifican y adquieren habilidades, destrezas, conocimientos, conductas y valores... En él intervienen diversos factores que van desde el medio en el cual se desenvuelve el ser humano, así como los valores y principios que se aprenden en la familia. Es decir por medio de nuestro entorno, el ser humano aprende y por medio de la memoria el ser humano recuerda dicho aprendizaje.

Introducción

Para empezar, es importante definir los conceptos de  aprendizaje y memoria, puesto que son mecanismos específicos necesarios para el desarrollo del ser humano. El aprendizaje es un proceso por el cual se adquiere información que se traduce en conocimiento;  mientras que la memoria es la retención o almacenamiento de dicha  información.  Estos conceptos trabajan unidos porque uno depende del otro; es decir, aprender implica poder recordar y utilizar la información o habilidad adquirida cuando sea necesario (Manrique, s.f).

Cuando se habla de aprendizaje se refiere a los procesos en virtud de los cuales la conducta varía y se va modificando a lo largo del tiempo, por ende, va adaptándose a los cambios que se producen en el entorno. Gracias a este proceso, el individuo adquiere conocimiento relativamente permanente que cambiará su estructura de pensamiento y estará ligada a hábitos y experiencias previas. No obstante,  gran parte del aprendizaje ocurre sin que se perciba cambios en la conducta observable; esto quiere decir que el aprendizaje en vez de ser manifiesto y visible, es latente (Morgado, 2005).

La memoria se define como el proceso voluntario del cerebro para retener y recuperar información. Este proceso implica tres grandes momentos que son: la codificación, el almacenamiento y la recuperación. La codificación se encarga de clasificar la información que le llega al individuo después de un suceso, decide que es útil para archivarlo y forma un recuerdo o código para su representación. Este registro permanece almacenado hasta que llega el momento de recuperarlo. Entre más relevante sea la información, permanecerá por más tiempo en la memoria, por ende, la atención  juega un papel fundamental en este proceso.

Memoria

La memoria es un proceso cerebral complejo que está implicado principalmente en la actividad cognitiva; su capacidad funcional depende de la adquisición que se hace por medio de las estructuras y mecanismos cerebrales, así como también de una estrategia y guía de comportamiento que los seres humanos a la hora de aprender un nuevo conocimiento. Para que la memoria trabaje correctamente y no se sobrecargue de información, que  conlleve a la terminación de procesos erróneos o no requeridos, es necesario que haya un trabajo de autocontrol en el cual la mente no se llene de información poco relevante.

Existen unos procesos que son cruciales para la memoria y su correcto funcionamiento; el recuerdo, por ejemplo, es una reestructuración del pasado el cual tiene sus bases en información anteriormente obtenida; también está el sentimiento, conocimiento, experiencia y motivación nueva recordada por el individuo. Un ejemplo de las memorias asociadas al recuerdo, es la memoria de reconocimiento, que se basa en una bina de independientes procesos cognitivos, siendo el primero el recuerdo de un hecho en particular vivido con anterioridad y un agregado de afinidad o familiaridad que es anticipada a ciertos estímulos en particular. Se encuentra además el proceso de re-consolidación, un mecanismo que permite modificar pensamientos y memorias relacionadas, por ejemplo, con el estrés post-traumático. Por último, el olvido, que se concibe como un proceso de inhibición en el cual no se le permite a la memoria recordar, siendo diferente a un proceso degenerativo o de pérdida de conocimiento.

Existen muchas clasificaciones de la memoria en función a su duración, su contenido, consciencia, etc., y a consideración de varios autores, no obstante, la clasificación clásica de la memoria es la división de esta en memoria a corto plazo y memoria a largo plazo.

Memoria a Corto Plazo (MCP)

Es un sistema que almacena una cantidad limitada de información durante un corto período de tiempo. A ella llega la información (estímulos) del medio y es la encargada de clasificar qué información debe pasar a la memoria a largo plazo y qué información  puede ser desechada. Esta memoria, al trabajar con tanta información, es vulnerable a interferencias por alguna fuente de distracción, pues está asociada a la atención.

Memoria a Largo Plazo (MLP):

Es la resultante del uso continuo de la  información y de la repetición de experiencias. Dicha actividad genera cambios estructurales en la sinapsis y en la plasticidad cerebral (nuevos caminos que se fortalecen y perduran con el tiempo) haciéndola más eficiente. La MLP es un sistema que almacena una gran cantidad de información durante un periodo de tiempo indefinido; es estable y duradera, además de ser poco vulnerable a las interferencias, sin embargo, está dispuesta al mejoramiento y al cambio.

...