UN CUENTO VOLVER AL FUTURO

UN CUENTO

VOLVER AL FUTURO

En una calurosa tarde de verano caminaba por el sendero de un parque cerca a mi casa. Reflexionaba sobre lo leído en días anteriores en el curso de Historia de la Psicología y por mi mente pasaban diversos personajes que contribuyeron a forjar lo que hoy en día es la psicología moderna. Mi cabeza era un maremágnum, no podía distinguir entre ellos, todos desfilaban muy rápidamente, distinguí por sus blancas túnicas y luengas barba a los filósofos griegos Aristóteles y Platón quienes conversaban animadamente, al fisiólogo alemán Wilhelm Wundt y su maestro el médico Herman von Helmoltz, al naturalista inglés Charles Darwin y otros que no pude reconocer tal vez por ser menos nombrados.

Ya era casi el medio día y el sol calentaba canicularmente, por lo cual aproveché para descansar a la sombra de un frondoso almendro mientras bajaba un poco el sol. El bochorno de esa hora  hizo que pronto durmiera plácidamente arrullada por una leve brisa veranera.

Fue en ese momento cuando entre sueños sentí que un automóvil DeLorean DMC-12 frenaba bruscamente a mi lado y de él descendía el joven Marty McFly protagonista de la película “Volver al futuro” quien me invitaba a subir a su carro. Con emoción y algo de nervosismo le pedí que si podíamos viajar al año 360 a. C. a la antigua Grecia tierra de grandes filósofos. Marty programó el vehículo y en un abrir y cerrar de ojos nos encontrábamos en la plaza central de Estagira. Allí animadamente discutían Aristóteles y Platón sobre diversos temas que me recordaron las primeras lecturas sobre Epistemología y Ética. Discutían sobre el conocimiento, Platón afirmaba que este residía en el recuerdo y que todo eran reminiscencias puesto que el alma ya había conocido todas las ideas posibles y al entrar en contacto con  las cosas sensibles las recordaba. Aristóteles le contradijo porque para él todo era más terrenal y que al existir un alma mortal el aprendizaje solo se podría dar en vida. Yo intervine brevemente para decirles que difícilmente se pondrían de acuerdo, puesto que mientras para Aristóteles la experimentación era la base del aprendizaje, para Platón lo era el recuerdo. Seguidamente entraron a platicar sobre la virtud, donde Platón tenía la teoría de que la virtud dependía del tipo de alma que predominase en el sujeto y que por eso en un artesano la prudencia era su virtud, en un guerrero lo sería la valentía y que el único que podría alcanzar la idea de “Bien” sería el filósofo-rey, razón por la cual él debía gobernar. Aristóteles le contestó que la virtud no viene determinada por la clase social y que cualquier ser la puede alcanzar si se esfuerza y convierte en hábito el uso del “justo medio” a la hora de obrar y que en últimas todos estamos capacitados para obrar bien moralmente hablando. Antes de despedirme les pregunté que si lo que ellos venían planteando en sus libros y discusiones serían a futuro las bases de la psicología, a lo que contestaron que sí, pero que a lo que yo llamaba psicología ellos lo llamaban la ciencia del alma la cual a través de los tiempos evolucionaría notablemente.

Seguidamente viajamos al Reino Unido, año 1859 con el interés de conocer de primera mano las teorías de la evolución propuestas por Charles Darwin en su libro “El origen de las especies por medio de la selección natural” publicado ese año. Lo encontramos realizando investigaciones sobre insectos y flores en su casa de Down, le estreché la mano y le manifesté que su teoría sobre la evolución por medio de la selección natural era un logro tan trascendental como la teoría de la gravedad de Newton y ya iba a agregar o como la ley de la relatividad de Einstein cuando recordé que estábamos en el año 1859 y Einstein formuló su teoría en 1905, lo cual me hubiera delatado. Hablamos de varios temas entre otros su viaje alrededor del mundo y su estancia en las Islas Galápagos donde encontró especies que solo allí existían debido a que su entorno las hizo evolucionar en forma diferente, explicándome que en condiciones y circunstancias distintas seriamos diferentes producto de la evolución y de ahí su teoría que la resumió con estas palabras: “Todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural”. Finalmente me comentó que estos conocimientos estaban siendo aplicados en la psicología y más concretamente en el estudio de las diferencias individuales y de la inteligencia mediante la utilización de estadísticas. Al subir al automóvil pensaba que gran hombre era Charles Darwin y la incidencia que sus aportes tendrían en el desarrollo de diferentes áreas de la psicología como la del Desarrollo, la Comparada y la Evolucionista.

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