Una Luz Que Se Apaga
Enviado por MMPEDROZA • 7 de Diciembre de 2012 • 3.267 Palabras (14 Páginas) • 3.441 Visitas
Introducción
¿Has imaginado la dicha de ser padre y disfrutar de lo maravilloso que es ver como esa personita crece, aprende y se sorprende con las cosas que a ti te parecen tan simples y usuales? Si aun no lo eres o si ya lo eres ¿Sabes lo magnifico que es que te digan papá o mamá? ¿Lo maravilloso de escuchar su risa y ver sus primeros pasos? ¿Lo pesado que es levantarse a media noche a darle el biberón o tener que consolarlo si tuvo una pesadilla y está asustado, sin embargo, esa pesadez se te pasa al ver sus ojitos y su sonrisa que te dicen: “Gracias” por estar con él? ¿Lo rápido que se pasa el tiempo y lo ves crecer y ser cada vez más independiente e inteligente? Todo esto es maravilloso según lo cuentan pero… ¿Te imaginas que pasaría si recibieras la noticia de que ese pequeñito que has sostenido en tus brazos fuertemente y con tanto amor, tiene una enfermedad terminal? ¿Qué harías? ¿Qué pasaría con el resto de tu familia y de tus actividades?...
Y peor aun… ¿Qué harías si tu pequeñito no resistiera la enfermedad y lamentablemente muriera? ¿Qué pasaría con tu vida después de ese momento?...estas y muchas situaciones y preguntas se encuentran en “Una luz que se apaga” de Elisabeth Kübler-Ross libro donde la autora da a conocer varias historias, anécdotas y sentimientos de padres, hermanos, abuelos y demás personas que han pasado por la pérdida de un ser querido ante tal situación tan difícil y dolorosa como lo es una enfermedad mortal ó el suicidio ó asesinato de ese ser querido.
Da a conocer los diferentes sentimientos y reacciones que se dan en personas que aunque estén pasando por la misma situación o por una situación parecida tienen diferentes reacciones y explica lo que es conveniente hacer en este tipo de situaciones tanto con la persona enferma, en este caso tu hijo, como con los demás hijos que sobreviven.
En el presente ensayo se destacan algunos de los aspectos que se consideran más relevantes del libro, así como las emociones y sentimientos que surgieron en el transcurso de la lectura del mismo.
Una luz
que se apaga
Elisabeth Kübler-Ross inicia explicando el por qué escribe sobre la muerte diciendo: “La muerte: la culminación de la vida, la graduación, el adiós antes de otro hola, el fin de otro principio. La muerte es la gran transición.
Ver y estudiar, aprender y comprender las formas, las miles de formas en las que realizan esa transición personas de todas las culturas, de todos los tiempos y lugares, es un milagro tan grande como el nacimiento. Es mayor, diría yo, puesto que es la puerta de la comprensión de la naturaleza humana, la lucha y la sobrevivencia humanas y, en último término, la evolución espiritual humana. Nos da los únicos indicios que tenemos hasta ahora sobre los POR QUES y los DONDES y el propósito final de la vida, con todos sus dolores y toda su belleza. Sí, he escrito 7 libros, pero cuanto más estudio a los seres humanos en presencia de la muerte, mas aprendo sobre la vida y sus misterios finales” (Elisabeth Kübler-Ross).
En seguida explica la experiencia sobre la muerte que toman aquellos niños quienes pasan por este trayecto de sufrimiento previo al desenlace de su vida, diciendo: “Los que aprendieron a CONOCER la muerte, en vez de temerla y combatirla, se convierten en nuestros maestros de la VIDA. Hay millares de niños que saben de la muerte mucho más que los adultos. Estos pueden escuchar a estos niños encogerse de hombros, pensar que los chicos no comprenden la muerte, y hasta rechazar sus ideas al respecto. Sin embargo, algún día, varias décadas más tarde, tal vez recuerden esas enseñanzas, cuando tengan que encarar ellos mismos a –La última enemiga-. Entonces descubrirán que aquellos jovencitos eran el más sabio de los maestros y, ellos, los estudiantes novatos.” (Elisabeth Kübler-Ross).
Después hace mención del tiempo que requirió para hacer tal libro, menciona que tardo 10 años recopilando información, resultado de su convivencia con niños moribundos de diversas edades, así como del vasto conocimiento de padres que han pasado por esa penosa experiencia; todo con el fin de darle a conocer al lector el conocimiento interno de estos niños moribundos, a fin de que puedan tambien desarrollar, aprender y captar la importancia de la voz interna, a la que se necesita escuchar, ya que es la que da el “conocimiento” y la paz que indica la dirección a tomar ante los vendavales de la vida, no separados, sino unidos por el amor y la comprensión.
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Al iniciar el primer capítulo se habla de cómo el niño enfermo sabe, por intuición, cuál será el término de su enfermedad, ya que todos los pequeños tienen conciencia a nivel espiritual si está próximo a morir. Menciona como toda persona, sea grande o pequeña, necesita a otra en quien confiar, así que estos niños en busca de respuesta acerca del término de su enfermedad eligen a la persona más inesperada (un auxiliar de enfermería, el intendente, etc.) para juntos sostener platicas breves, pero profundas, de las que los adultos/padres se quedarían maravillados, ya que como ellos han sufrido calamidades de la vida a una edad temprana, saben cosas que otros niños de su edad no comprenderían. “así es como Dios, que nos creo a todos, compensa a los pequeños cuando fallan físicamente. Ellos se hacen más fuertes en sabiduría interna y en conocimiento intuitivo.”
Con respecto a la gran sabiduría que obtienen estos niños, no he tenido la oportunidad de convivir con personas o niños en etapa terminal, sin embargo, he visto en varias películas y lo que leí en este libro, es que aprenden a ver la vida de una manera más objetiva, aprenden a disfrutar de cada instante, así como de cosas que son tan simples pero que dan una gran satisfacción, como un abrazo, una sonrisa, un amanecer o un atardecer, son cosas que dejamos de lado por estar preocupados en cosas que quizás no requieran de tanta atención y que en lugar de darnos satisfacción nos dan preocupación, esto me hizo pensar en todo lo que he dejado pasar, todos los abrazos no dados, las sonrisas negadas, el agrado de sentir el viento en mi rostro, entre tantas otras cosas que quizás son simples pero gratificantes al fin y al cabo, que dejan un gran sabor de boca al realizarlas.
Más adelante da algunas observaciones de lo que se debe y no hacer al enfrentar una experiencia como una enfermedad terminal, como por ejemplo:
No se debe de engañar a los niños, no les mienta, dígales que esta triste y que, a veces, se siente inútil e incapaz de ayudar. Ellos
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