Una realidad que debe acabar

Una realidad que debe acabar

Antecedentes

La escuela es el lugar donde no sólo se espera que los alumnos aprendan contenidos teóricos que le permitan poner en juego una serie de habilidades a desarrollar; más bien, la educación formal tiene una triple exigencia: elevar el nivel de conocimiento y habilidades de base (lenguaje, matemáticas y ciencias), elevar las competencias instrumentales (idioma extranjero, alfabetización digital, formación técnica) y robustecer la formación moral.

Respecto a esta última se espera que los alumnos aprendan a discernir lo correcto y formarse en valores. Sin embargo, se observa cómo la formación moral, planteada como parte del currículum, no ha cumplido con su cometido en la práctica, al menos no en su totalidad.

Lamentablemente, siempre ha existido entre los alumnos ciertas diferencias que si bien, a priori no es algo negativo- al contrario, podría ser una oportunidad para debatir, tolerar, aceptar, negociar o llegar a acuerdos- se ha ido perfilando como un problema, debido a la violencia con los que los propios alumnos han ido enfrentado sus conflictos, en los que priman las diferencias de poder entre unos y otros.

Sin duda, este es un problema que ha existido siempre. Sin embargo, con el correr del tiempo ha ido tomando relevancia: La forma de la violencia como “problema social” de nuestras escuelas, es una invención de la transición democrática o del Chile de la modernización. Esto está relativamente claro. Antes de este periodo no hay mención al problema .

¿Qué es el bullyng?

Hemos señalado que en ocasiones no se lleva a cabo una sana convivencia escolar entre los alumnos. Cuando esto se genera, por diferencias de poder, al abuso de unos sobre otros, estaremos hablando de bullyng.

Empleamos el término bullyng en la escuela para connotar un comportamiento agresivo o el acto intencional de hacer daño a algún/a otro/a, que se lleva a cabo de forma constante durante un período de tiempo y en el cual existe una relación interpersonal caracterizada por una asimetría de poder .

De esto se desprende, que un hecho puntual de violencia o una pelea entre pares de igual fuerza o poder, no se considera bullyng.

El bullyng se puede manifestar como maltrato psicológico o físico y puede ser tanto de forma directa, es decir, de manera presencial, como indirecta, ya sea a través de llamadas telefónicas, mensajes de texto o utilización de redes sociales en Internet.

Desafortunadamente, las víctimas suelen guardar silencio frente a esta problemática que les aqueja, por miedo a que el agresor tome represalias y también por el miedo de aparecer como débiles e incapaces de resolver sus problemas.

Este hostigamiento genera en las victimas una baja autoestima, una mayor ansiedad y un fuerte desagrado por la escuela, lo que los hace faltar a clases de manera frecuente para evitar mayor victimización. Varias de las víctimas que permanecen en la escuela desarrollan problemas de concentración y dificultades de aprendizaje, con su consiguiente baja en las calificaciones. Los niños y las niñas que son víctimas de hostigamiento escolar tienen 5 veces más probabilidades de tener depresión que sus pares, y las niñas que lo sufren tienen 8 veces más probabilidades de tener tendencia al suicidio .

En el año 2007, el Ministerio del Interior, realizó una encuesta a nivel nacional respecto a la violencia escolar. Los resultados arrojaron que el 10,7% de los estudiantes reportan haber sufrido bullyng de parte de sus compañeros, presentándose un 7,6% en colegios particulares, un 9,8% en subvencionados y un 12% en municipales .

La labor del Ministerio de Educación

Este es un problema que como sociedad no podemos hacer vista gorda, menos aún, si estamos dentro de una institución educativa.

A nivel macro, el Ministerio de Educación ha hecho esfuerzos para erradicar esta realidad que se ha plasmado en su Unidad de Transversalidad Educativa, dando orientaciones a los centros para abordar los temas de convivencia escolar y, específicamente, del tema que nos convoca, el hostigamiento escolar o bullyng.

El llamado “Ajuste Curricular”, junto con actualizar la propuesta curricular, ha unificado los Objetivos Fundamentales Transversales, dándole continuidad al proceso formativo de los estudiantes tanto de Educación Básica como de Educación Media. Los Objetivos Fundamentales Transversales en conjunto con los Objetivos Fundamentales Verticales, referidos a las disciplinas de estudio o sectores, constituyen la base curricular de aprendizajes necesarios para construir una convivencia escolar sana, dado que contienen en sí mismos los conocimientos, habilidades y actitudes que las y los estudiantes como personas, como sujetos y como ciudadanos deberán desarrollar en su trayectoria escolar .

En septiembre de 2011, se promulgó, la ley 20.536, sobre violencia escolar, que promueve la buena convivencia escolar y sanciona cualquier acto de violencia escolar, exigiendo que cada establecimiento subvencionado tenga su Reglamento Interno de Convivencia.

La labor de la escuela y los profesores

En el nivel meso y micro, situándonos desde de una racionalidad práctica- racionalidad con la que enfocamos este problema- se pretende que el currículum tenga por finalidad la comprensión de la realidad con la intención moral de mejorarla , finalidad que se logra llevando a cabo la acción correcta o buena. Por lo tanto, los docentes, deben ser una guía y apoyo para que estas prácticas no sucedan en sus centros, promoviendo en sus educandos estas acciones moralmente buenas, antes mencionadas.

Sin embargo, esta labor, no sólo es de exclusividad del profesor jefe. Para eliminar esta práctica se hace necesario un trabajo mancomunado entre todos los actores educativos de un centro. Es necesario que las comunidades educativas sean capaces de identificarlo (el bullyng), de prevenir su ocurrencia y de abordarlo formativamente, sin buscar culpables, sino desplegando estrategias formativas, reparatorias y normativas que permitan reconocer que tanto los estudiantes agredidos como los agresores, y también los espectadores requieren de atención .

Se deben tomar como marco de referencia las propuestas del Ministerio. Sin embargo, será la propia comunidad educativa quien elaboré su propio programa contextualizado para erradicar este problema, a través de la reflexión, de la investigación- acción y del trabajo en equipo entre todos los actores de la comunidad educativa.

De esto se deriva la importancia de que cada establecimiento explicite en su Proyecto Educativo y en su Reglamento de Convivencia Escolar la promoción de una sana convivencia, dando herramientas

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